A través de un festival, estudiantes de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México cuestionaron la falta de espacios para las mujeres en los festivales musicales. La organización la realizaron dos estudiantes, quienes comparten sus reflexiones

Texto: Ammy Zabdy Sánchez Salas (Taller de periodismos de la UACM)

Fotos: Gabriela Vilchis

CIUDAD DE MÉXICO. – Jannet Serrano y Fátima Nolasco son estudiantes de Comunicación y Cultura en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Ambas tienen un interés particular: la música, pero también reinvidicar el papel de las mujeres en ella.

Hace un mes, concretamente el 7 de marzo, por iniciativa propia, las dos organizaron el festival Músicas en alianza, con el objetivo de gestar espacios para visibilizar las luchas de las mujeres dentro de la escena de la música en la capital mexicana.

Su horizonte no es menor, pues desde su perspectiva, en los espacios más consolidados y comerciales donde se celebran otros festivales escasea la presencia de mujeres músicas. La realidad les da la razón, pues apenas un 16% del elenco de dichos eventos es conformado por mujeres.

En entrevista para Pie de Página, Jannet y Fátima  reflexonan sobre esto, y también ahondan en los motivos que las llevaron a repensar el papel de las mujeres en los festivales de música.  

Construir desde las coincidencias

–¿Cuál fue el origen de la base de este proyecto?

Jannet: –En noviembre de 2023 se publicó el cartel del festival Vive Latino, y en las redes sociales comenzaron a publicarse reflexiones de morras quejándose sobre la falta de paridad en esos escenarios, donde menos de la quinta parte de los músicos programados son mujeres.

“Desde entonces, y después de informarme sobre este tema, surgió la idea de hacer un festival donde las músicas programadas solo fueran morras”.  

Fátima: –Yo me sumé al proyecto después de conocer a Jannet en una entrevista, en su programa Deconstruyendo en manada, que se transmite desde Cultural Radio, la radio estudiantil de la UACM. Desde entonces hicimos click por nuestras formas de pensar y de dialogar de ciertos temas, como la violencia hacia la mujer, pero también sobre las luchas de mujeres en torno al 8 de marzo.

Jannet:– No teníamos muy claro desde el principio lo de las ponencias, pensábamos que todo sería música, pero cuando le propusimos a Borboleta Buen Día, productora musical, nos conectó con otras morras con una actitud súper positiva.

“A otras ponentes las contactamos por Instagram, pensando que no todas aceptarían, pero para nuestra sorpresa ¡casi todas aceptaron sumarse a este festival!, una experiencia que tanto ellas como nosotras disfrutamos mucho.

«No hubo una selección del tipo de música, sino que se abrió el espacio para todas aquellas que quisieran integrarse. Los géneros que estuvieron presentes fueron el Punk, Rock, Ska, Metal, Balada, Pop, fusión de géneros hispanos, etcétera».

Música y teoría para generar conciencia

–¿Alcanzaron su objetivo principal?

Fátima: –Por supuesto que alcanzamos nuestro objetivo. En las ponencias se habló sobre todo tipo de violencias hacia la mujer, como las que se producen en el contexto de maternar,  la violencia que viven como bandas musicales, pudimos conocer estas realidades y visibilizarlas entre la comunidad del plantel.

Jannet: –Desde mi perspectiva cumplimos las metas al 100 porciento. Estamos muy contentas, porque se dieron a conocer las prácticas patriarcales que aún vivimos las morras en esta ciudad y que son poco denunciadas.

“También conocimos prácticas de resistencia contra esas violencias, pudimos crear conciencia y abrir el espacio para estas bandas”.

Los retos de organizar un festival

–¿Cómo fue su experiencia personal en este festival?

Fátima: –Es complicado porque hay muchos sentimientos encontrados por todo lo que se vivió, desde la planeación, la creación y hasta la realización del festival mismo.

“Sí hubo dificultades, pero se superaron y seguimos adelante. Para mi fue una experiencia muy satisfactoria y emocionante. Acabamos cansadas pero con el corazoncito lleno de todos esos comentarios positivos”.

Jannet: –Estaba súper nerviosa en el tema de las audiencias. Tenía miedo de que no llegara nadie el mero día, pero el festival superó mis expectativas.

“En el escenario siempre hubo gente. En donde más se nos complicó fue en la asistencia de las ponencias y los talleres. Aunque no pudimos estar en todos lados al mismo tiempo nosotras como organizadoras, todas y todos los asistentes nos felicitaron por el espacio”.

–¿Fue un evento autónomo o sí tuvieron ayuda de la institución?

Jannet: –Sí obtuvimos apoyo desde el inicio, fui al área de Difusión cultural, donde estoy haciendo mi servicio social, explicándoles la idea que había tenido y desde ese momento obtuvimos una respuesta positiva. Recibimos apoyo de la universidad, e incluso de otras áreas como la coordinación del plantel. La coordinadora Magali Cortés accedió a que el festival se abriera a todo público, brindando apoyos como transporte para ponentes. Incluso nos dieron la cortesía de un box lunch para todas las y los voluntarios que estaban colaborando en talleres, conferencias, organización.

Fátima: –Nos apoyaron en lo que se pudo. También es importante decir que las ponentes, talleristas y casi todas las bandas lo hicieron solidariamente, apenas pudimos ofrecer un pago simbólico a la banda Girls go ska, y eso fue gracias al apoyo institucional.

Músicas en alianza se convirtió en un  vibrante homenaje a la fuerza, al talento y a la diversidad de las mujeres en la escena musical, pero también en la universidad. A través de la música se creó un espacio de empoderamiento y reflexión en el que se reconoció el papel fundamental de las mujeres en la sociedad. Cada una de las participantes compartió su arte y transmitió mensajes de igualdad y resiliencia. Este evento fue un recordatorio de que la lucha por la igualdad de género debe continuar todos los días.

Este festival dejó claro que la música tiene el poder de unir, inspirar y transformar la realidad. A través de las melodías y las letras se transmitieron mensajes de empoderamiento y se reafirmó el compromiso de seguir construyendo un mundo más equitativo y justo para todas las mujeres.