28 noviembre, 2019
Dos foros de participación ciudadana se celebraron como requisito para la Ley de Planeación de la ciudad, que está por aprobarse en el congreso local. Más allá de un verdadero espacio de escucha ciudadana, pareció un trámite para legitimar la ley que viene
Texto: Arturo Contreras Camero
Foto: Lucía Vergara y Arturo Contreras
Desde temas como un sistema de información de riesgo urbano, a exenciones fiscales para construir edificios pasando por la estructura del aún inexistente Instituto de planeación,los foros consultivos de la ley de planeaciónfueron más un foro de buenos deseos que un espacio para el debate.
A partir de marzo de este año, la Ley de Planeación de la ciudad se ha ido retrasando en el congreso. La normatividad sentará los lineamientos de cómo se planeará, diseñará y construirá la urbe en los próximos 20 años. Desde hace un mes el tema recorre los pasillos del congreso de la ciudad. Las propuestas de dictamen circulan entre chats sin claridad de dónde vienen o a qué versión de qué documento corresponde.
Pareciera que estos foros, en los que se retoman algunas propuestas ciudadanas son el anuncio de que la ley está a punto de aprobarse.
A veces las propuestas son asuntos vitales, como la gestión del agua en comunidades de la ciudad. La construcción de torres de departamentos o centros comerciales las pone en riesgo. Otras, si bien tienen que ver con el desarrollo de la ciudad, no caben en el foro, como la cancelación de la ampliación de la línea 3 del Metrobús.
Los ciudadanos proponentes explican sus ideas casi a micrófono abierto, después de apuntarse en la lista. Se reúnene en un pequeño auditorio de unas viejas oficinas del congreso, casi enfrente del hemiciclo a Juárez. Poco más de 50 personas caben en el lugar.
Enfrente, junto al podio desde el que hablan los ciudadanos, hay una mesa. Desde ahí, al centro, Federico Döring escucha algunas de las propuestas, y en algunos casos responde cosas como “Eso se contempla en el artículo tal de nuestra propuesta” o “vamos a tomar el tema en cuenta a estar atentos”.
El diputado es el presidente de la comisión de Planeación del desarrollo, encargada, junto a la de Administración, de desarrollar la propuesta de ley. En algunos momentos, Doring parece aburrido y mira su celular. Como si el foro fuera sólo un trámite.
Los ciudadanos que asisten a emitir sus propuestas e inquietudes podrían englobarse en tres grandes categorías. La primera: los vecinos organizados, respaldados por organizaciones civiles. Su principal demanda es que el Instituto de planeación, el organismo que, como mandata la constitución de la ciudad, se debe crear como parte de la Ley de Planeación, tenga cierto grado de independencia de la jefatura de gGobierno.
Por otro lado hay expertos y académicos que aseguran tener la respuesta a todos los problemas de la ciudad. Muchos llegan a decir que todas las propuestas que se tienen no van a servir mucho, y que solo ellos tienen la respuesta para desarrollar la ciudad de forma sustentable y armoniosa.
Los terceros llegan disfrazados de ciudadanos. Son los representantes de las industrias inmobiliarias y de los colegios de arquitectos e ingenieros. Sus discursos empiezan hablando de la necesidad de desarrollo, de cómo todo mundo necesita casas nuevas y un nuevo modelo de ciudad.
“La reglamentación no nos da la oportunidad de crecer verticalmente”, se quejan algunos de ellos. La queja cae en oídos sordos. Por consenso entre los diputados, la Ley de Planeación no incluirá lineamientos sobre de cuántos pisos puede tener un edificio o cuestiones como tipos de uso de suelo, que se discutirán en la subsecuente Ley de Desarrollo Urbano y Territorial.
Otros, como Javier Hernández, representante de la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios de la ciudad, pide que en el Instituto de Planeación se contemplen espacios, no para las inmobiliarias, sino para sus representantes gremiales, es decir: los ingenieros y arquitectos que construyen edificios.
Ese es el meollo: quiénes integran y controlan el Instituto de Planeación de la ciudad, el órgano que decidirá cómo se reparte el territorio. Dónde se construye qué cosa, con cuántos pisos y cómo.
De acuerdo con la constitución de la ciudad, dicho instituto deberá contar con cinco órganos rectores, entre ellos una junta de gobierno, un directorio técnico y un consejo ciudadano. Todos ellos deberán contar con ciertos componentes ciudadanos. Ya sea que sean ciudadanos quienes los integren o que sean involucrados en la selección de sus integrantes.
En ese punto parece existir un conflicto entre el gobierno de la ciudad y las propuestas de los legisladores. Mientras que el gobierno de Claudia Sheinbaum ha presentado propuestas de ley en las que busca que estos espacios sean menos ciudadanos y puedan ser controlados desde la jefatura de gobierno, algunos legisladores, como el propio Döring, buscan un instituto más autónomo.
Desde hace un mes, la Ley de planeación aparece y desaparece de la palestra legislativa. Mónica Tapia de Ruta Cívica, una de las organizaciones que defienden la autonomía del instituto, lo atribuye al conflicto entre la jefatura de Gobierno y los legisladores.
“En lugar de ponernos todos de acuerdo y hacer un documento, todos están jalando para sus posiciones”, asegura. “En vez de centrarse todos para hacer una iniciativa y un dictamen, cada parte está trabajando sus propuestas.”
De acuerdo con Mónica, eso hace parecer que estos foros son nada más para el show. “Lo que se cedió ya se cedió y lo que se perdió ya se perdió”, dice respecto a las negociaciones y propuestas para la ley.
Los foros, convocados por el diputado Döring, parecen sustituir las mesas de diálogo y el debate legislativo, que nunca se llevaron a cabo.
Mónica asistió como representante de Ruta Cívica y presentó una serie de comentarios y propuestas a las dos iniciativas que existen sobre la ley. Ha hecho lo mismo con media decena de otros legisladores involucrados. De alguna manera, es un cabildeo entre todas las opciones posibles, para ver si con alguna, sus propuestas son tomadas en cuenta.
“Si se hubieran armado mesas de discusión serias, esto habría sido diferente, pero por eso tenemos que estar cabildeando por todos lados”,
Mónica Tapia
Este jueves 27 de noviembre las comisiones que deben dictaminar sobre la ley iniciarán una sesión para tener listo el dictamen de la ley (la propuesta que se presentará ante el pleno del Congreso). El diputado Döring asegura que esta semana no se emitirá ningún dictamen, y que será hasta la próxima, sin embargo, hay quienes creen que el dictamen podría presentarse desde el viernes, para que el próximo martes se discuta en el pleno.
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