Los autorretratos de nuestras sombras

18 junio, 2022

“Puedes hacer que tu sombra haga cosas increíbles: por ejemplo, tirar de una boya gigante en una playa, llevar un metro cúbico de oro a pulso o levantar un coche con las dos manos. La creatividad no tiene límites».

María Ruiz

Frederic Nogier ocupa el espacio con su cuerpo a través de la sombra y la fotografía. Se define a sí mismo como un explorador urbano porque es en la ciudad donde encuentra inspiración. Me encontré con su galería y me gustó mucho porque su obra me recuerda que la fotografía también es juego y que está bonito darnos tiempo de explorar nuestros cuerpos junto a la luz, el color y el espacio.  

Hace unos días le escribí, quería saber de dónde salió esta obsesión por fotografíar su sombra y muy amablemente me contestó una entrevista que hicimos por medio de un correo electrónico en dos idiomas. Gracias traductor de Google.

La primera vez que Nogier fotografió su sombra fue durante unas vacaciones en Italia, al pasar frente a una silla tumbona se encontró con su propia sombra, ésta se proyectaba perfectamente en línea con el sol. Sintió el equilibrio entre color,  luz y espacio… pero sobre todo entendió que su sombra podía ser un personaje.

“Me gustó el aspecto gráfico, el color de una tela envejecida por los rayos de un sol ardiente, un momento de silencio y plenitud. Desde ese día, conocí esta extraña forma que nos sigue a todos y empecé a hacerla representar diferentes papeles. Lo que me fascina son las infinitas posibilidades de este concepto” comparte.




Desde entonces comenzó a fotografíar su sombra y a buscar las sombras de otras personas para subirlas a su galería virtual: Shadow Self-portrait ( Sombras autorretrato).

Su serie fotográfica está muy vinculada con su bienestar, ya que su búsqueda de fotos se mezcla con otro proceso corporal: el caminar:

“Caminar es muy importante en mi trabajo. Sin ella, no podría hacer este tipo de imágenes. La observación está en el centro de mi trabajo y el ritmo que me impone el caminar me permite abrir el campo a la imaginación y la interpretación. Nunca defino un itinerario preciso, son paseos aleatorios. En cada una de mis excursiones, la mayoría de ellas urbanas, es como si me lanzara a la aventura. En cada esquina, decido al azar si continúo en la misma dirección o cambio de dirección. Detenerse en una escena y observar el contexto y los accesorios que hay, ponerse en escena para contar una historia, me inspira. Sólo el punto de partida es una limitación, así como el anochecer que cierra el paseo”

Los tiempos de Frederic son tiempos de paciencia, fotografía siguiendo el sol, la luz bonita y no se estresa si regresa de sus caminos sin alguna fotografía:

“La frecuencia es bastante variable, pero no me impongo ninguna. Esta es mi libertad, sin limitaciones de tiempo. En cuanto hay sol o una luz bonita y siento el deseo de fotografiar, me aventuro a salir, sin estresarme. Por lo demás, estaciones como el otoño o la primavera son mucho más favorables para mis montajes. Me gusta la suavidad de octubre y la frescura de mayo. En principio, fotografío más bien al principio o al final del día, para tener bellas sombras proyectadas y muy poco cuando el sol está en su cenit. Es en estos momentos cuando todo se calma, cuando la luz acaricia el suelo, las fachadas, los objetos, cuando surge el deseo de fotografiar. Tiene algo de relajante, la mente se libera y deja espacio para la inspiración. También se sabe que puedo caminar durante cuatro o cinco horas sin que surja una situación interesante y volver con las manos vacías. Por lo tanto, no puede haber rutina ni planificación, es una reunión de muchos factores, en la que el azar también juega un papel importante”

¿Cómo definirías tu trabajo con las sombras y el espacio público?

En primer lugar, diría que se trata de una escena efímera, que dura sólo unos segundos, realizada en un espacio público, con o sin público, en un momento determinado del día, inmortalizada por el acto fotográfico. Hay un poco de Fluxus en mi enfoque, pero también una especie de teatro de calle. El espacio público ha sido durante mucho tiempo el campo de juego de los fotógrafos y de los fotógrafos de calle. Por mi parte, me encantan André Kertész, Brassaï, Vivian Maier o Lee Friedlander como pioneros de la disciplina. Cada uno de ellos supo apropiarse y mostrar una faceta diferente de este patio. Para mí, esta relación es más íntima, no muestro un personaje, sino rastros o pistas dejadas por otras personas y me las apropio para darles una nueva vida, un nuevo significado. La especificidad de mi trabajo es, por tanto, jugar con estos elementos, desviarlos, transformarlos, cambiar su significado original y ofrecerles un nuevo papel. Visto desde cierto ángulo, perturbo un poco este orden establecido y eso es lo que me gusta. Observar y transformar este espacio público en un escenario teatral. Un lugar para la improvisación y la creación.



Para Frederic jugar es parte instintiva de fotografiar su sombra:


“Puedes hacer que tu sombra haga cosas increíbles: por ejemplo, tirar de una boya gigante en una playa, llevar un metro cúbico de oro a pulso o levantar un coche con las dos manos. La creatividad no tiene límites. En este proyecto, llevo dos sombreros, soy tanto fotógrafo como actor. Es una interesante gimnasia que me impongo, en la que el fotógrafo tiene, por supuesto, la última palabra.



En tiempos de algoritmos y prisas, ¿por qué es importante respetar los tiempos de nuestra creatividad?

“Vivimos en una época en la que todo va cada vez más rápido, en la que el ser humano está bajo la influencia permanente de la tecnología, que cree dominar, cuando es la tecnología la que acaba transformando nuestro comportamiento. Lo que nos queda es nuestro libre pensamiento y nuestro poder para decidir lo que nos hace felices. Así que personalmente creo que la creatividad es lo más preciado que tenemos desde nuestro nacimiento. No hay que dejar de hacerlo, es único y propio de cada uno. Por eso es importante darle espacios de libertad, ya sea para dibujar, pensar, escribir, esculpir, pintar, cantar, cocinar… en fin, para escapar mejor a explorar nuevos territorios que nos permitan conocernos mejor. La creatividad siempre está vinculada al ámbito de la experiencia, la emoción, el sentimiento, el tacto, el olfato, el oído, el gusto y nunca proviene de quienes piensan o actúan como los demás”.


Puedes seguir a Frederic en su cuenta de instagram: @photography.fred


Foránea siempre, lo suyo es lo audiovisual y el periodismo es la vía por donde conoce y cuestiona al mundo.