El libro tiene la talla para ser lectura obligada de quienes analizan o quieren conocer de las prácticas de las redes sociales. Una historia bien narrada que tendría que ser texto de referencia en las escuelas de periodismo, y visitado por padres de familia y todo aquel que fija posición sobre las redes sociales
Texto: Ricardo Olayo G.
Foto: Joshua Hoehne / Unsplash
Entre la curiosidad, a veces más parecida al morbo y la defensa de causas, transcurre una parte de la actividad en las redes sociales, específicamente en Twitter. Esa plataforma que es utilizada como punto de partida para generar tendencia, y llevar y traer temas a los medios tradicionales, tiene un vértigo difícil de analizar.
Con método y profundidad existe una obra que plasma esa dinámica a partir de casos concretos ocurridos en México. Se trata de Linchamientos Digitales, de Ana María Olabuenaga, editado por Planeta.
El libro tiene la talla para ser lectura obligada de quienes analizan o quieren conocer de las prácticas de las redes sociales. Una historia bien narrada que tendría que ser texto de referencia en las escuelas de periodismo, y visitado por padres de familia y todo aquel que fija posición sobre las redes sociales.
Olabuenaga elaboró una tesis para obtener el grado de Maestría. Ante los hallazgos, en el camino la impulsaron a hacer un libro, que se lee con absoluta familiariadad sobre tres casos que forman parte de la vida pública reciente: el del periodista Nicolás Alvarado, quien escribió sobre la figura del cantante Juan Gabriel tras su fallecimiento; Marcelino Perelló, líder del 68, citado en sus palabras sobre violencia sexual; y el músico, Armando Vega Gil, en el supuesto acoso efectuado a una menor de edad, quince años atrás, episodio que fue parte de #MeToo, y culminó con su suicidio.
En los tres casos se hace una descripción en detalle de la dinámica ocurrida en Twitter. El primer tuit -siempre hay un tuit-, el contexto, testimonios y los motores que impulsaron cada caso en el ámbito on line hasta tener consecuencia en el mundo off line.
La reflexión que provoca es inmediata: qué ocurre cuando un tuit desata las emociones, convicciones e intereses de la audiencia. Y qué más cuando interactúan y se suman miles con o sin reflexión, y que más pasa cuando los aludidos y las empresas en que trabajan toman la palabra.
La autora apunta: “Si el proceso de linchamiento se mantiene en lo digital no es linchamiento”. La audiencia pide consecuencias en la “vida real”.
¿Existe un patrón de comportamiento? Aunque no hay un cuerpo de normas que realmente conozcan y apliquen el grueso de usuarios de Twitter, cabe la pregunta ¿se puede pasar encima del otro con anuencia del algoritmo?
“Las redes sociales en México funcionan como un tribunal moral. Hay evidencia suficiente para concluir que esto podría ser un comportamiento universal derivado de los casos observados en India, Estados Unidos e Italia”, sostiene Olabuenaga.
Linchamientos Digitales es una joya original. En México no hay -o no está mi alcance- un texto accesible que muestre en profundidad casos concretos de nuestro país, con una narrativa documentada y sostenida, con herramientas de monitoreo, que dé cuenta de la forma en que actúo la comunidad nacional en Twitter.
Aborda, no evade los temas que pueden ser políticamente riesgosos, porque esos son los que Twitter engarza para hacer tendencia. El enfoque es de autora y retrata con precisión los momentos de los tres personajes.
En los tres casos tiende a un relato íntimo. Presenta personas de carne y hueso, lejos de los bots y los trolls, que desfiguran la red social; sin omitir la potencia y el buen uso que millones dan a esa plataforma.
En el proceso de los linchamientos “se actúa en nombre del ‘bien’, buscando y obteniendo contra el presunto agresor un castigo offline que puede ir desde la pérdida de reputación, trabajo, bienes materiales o simbólicos y/o hasta la vida. El presunto agresor puede ser una persona o una institución, usuario o no de redes sociales digitales, culpable o inocente”.
Bienvenidas las aproximaciones a definir e identificar un fenómeno que nos envuelve y rebasa.
La obra hace un vasto recuento de casos de #Lords y #Ladys, desde 2011. A propósito, ese acto de ironía al llamarles así, es un chispazo de ingenio que seduce, pero que en el fondo banaliza la falta; sanciona ipso facto, y solo es la reacción con emoción, que explota dosis de miedo y dolor, los motores que precisamente mueven las noticias falsas.
Linchamientos digitales relata casos emblemáticos como el de Tiziana Cantone, una joven italiana cuyo novio subió imágenes con contenido sexual. Y aunque ella ganó la demanda contra los gigantes tecnológicos -empezando por Google-, vía el “derecho al olvido”, finalmente se suicidó por la presión on line y offline.
Aparece también el origen y connotación sajona de la palabra linchamiento y el efecto que genera aún ese término en la sociedad estadunidense. El libro es una obra recomendable, que no se agota, da anexos, bibliografía, listas de hechos…
Ana María Olabuenga es comunicadora, reconocida publicista (creadora de la campaña “Totalmente Palacio”), escribe de temas políticos cada semana en Milenio, y es autora de este magnífico texto sociológico, que analiza la frontera donde termina la burla y comienza el acoso, en que se puede ser víctima y verdugo.
Observador de una parte del pasado para vivir el presente. Suma experiencias en el periodismo y anexas desde hace 30 años. Recién redescubrió el daño que hacen las noticias falsas #fakenews. Quedó de enviar su CV
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