La crisis aumenta la brecha de género

1 octubre, 2020

La violencia de género no es la única situación que profundizó la pandemia, las mujeres también son más afectadas por la crisis económica

Twitter: @vgarciadeleon

La crisis sanitaria ha puesto en evidencia que en México y el mundo hay una brecha de género que no se termina de cerrar, por el contrario, ha recrudecido la posición de desventaja e inequidad que las mujeres viven en varios temas. 

El fuerte incremento en la violencia de género, en sus distintas formas, es apenas una muestra de ello. Entre marzo y julio se incrementaron 57% las solicitudes de apoyo de mujeres a la Red Nacional de Refugios. 

Nadie niega que México ha logrado ciertos avances en acortar la brecha con el cambio de algunas leyes, una mayor participación de las mujeres en la administración pública y en el Congreso, y quizá una mayor ascenso en puestos de mayor responsabilidad en las empresas. Pero no es suficiente. 

La brecha laboral se ha profundizado, pues la crisis económica y el confinamiento han agudizado condiciones que ya existían: la participación laboral es menor y  las mujeres padecen, más que los hombres, de empleos precarios, informales, de tiempo parcial y temporales. 

Las cifras son frías pero ayudan a conocer el problema. En México, la proporción de mujeres dentro de la población que trabaja (ya sea que esté empleada o desempleada) era de 45%, antes de la pandemia, la segunda más baja de los países de de la OCDE, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).  

Al mes de agosto, el porcentaje de mujeres activas laboralmente bajó a 39%. Pero el mayor contraste resulta de comparar esa cifra con la participación masculina que es de 73%, con todo y que bajó respecto al año pasado.  

Una de las principales causas de la menor participación femenina, según los expertos, está en la alta carga de trabajo no remunerado que llevan a cabo, que les impide dedicarle más tiempo al trabajo formal. 

El trabajo doméstico de servicios y cuidados –no remunerado– se ha multiplicado en el confinamiento con los hijos, maridos y adultos mayores en casa, sin guarderías y escuelas funcionando habitualmente,  y  es un hecho que esas tareas recaen sobre todo en las mujeres.

Los datos más recientes, antes de la pandemia, refieren que las mujeres en México invierten en promedio 43 horas a la semana en actividades del hogar no remuneradas, en contraste con 17 horas del hombre. 

Eso explica otro fenómeno, el aumento de las mujeres dentro de la población económicamente no activa (PENA), aquella que está disponible para trabajar pero que no busca empleo o dejó de buscar por falta de oportunidades. En ese grupo están 31 millones de mujeres contra 12.5 millones de hombres, un incremento de 12% respecto a hace un año. La mayor parte de esa población femenina no tiene condiciones para trabajar porque hace trabajo no remunerado de cuidados y servicios, según la ENOE. 

Para rematar, el desempleo ha castigado especialmente a las mujeres. Si bien es elevado tanto para hombres como para mujeres, las ha castigado especialmente a ellas porque se concentran en actividades que se han visto gravemente afectadas por las medidas de confinamiento. El 77% de la población ocupada femenina trabaja en las industrias de servicio, hospitalidad, restaurantes, turismo y comercio.

Ante este escenario, organismos internacionales han llamado al gobierno mexicano a implementar políticas especialmente enfocadas a la población femenina, aumentar los permisos de paternidad, el subsidio para acceder a servicios de cuidado de niños y adultos mayores  (difíciles de acceder en este momento) y extender créditos con condiciones flexibles.

Sin embargo, contrario a eso hemos visto que el gobierno actual ha limitado recursos para programas específicos para esta población, tema para otro artículo.  Por lo pronto no está de más decir que está bien buscar un equilibrio, aprender a valorarnos, a decir que no y poner límites en todos los ámbitos. 

Periodista independiente. Se especializó en temas económicos con la convicción de que el periodismo puede cerrar la brecha que existe hacia ellos, para entenderlos e, incluso, disfrutarlos. Ha sido editora y reportera en Expansión, Fortune México y conductora en RompevientoTV. Ayudó a fundar la red de Periodistas de a Pie.