13 agosto, 2022
Madre y padre venezolanos, hija colombiana. Cada vez más hay más doble nacionalidad entre familias, que llevan varios años migrando de un país a otro, buscando una vida mejor.
Texto y fotos: Diana Manzo / IstmoPress
TAPANATEPEC, OAX.- La doble nacionalidad de hijas e hijos de migrantes que están cruzando el territorio oaxaqueño en busca del sueño americano, es la otra cara de la migración en la frontera sur.
María Pastrana y su esposo Carlos son venezolanos y viajan con su hija de 3 años de edad cuya nacionalidad es colombiana, los tres llegaron a Tapanatepec, Oaxaca al refugio provisional que instaló el Instituto Nacional de Migración (INM) en busca de un permiso que les permita su estancia legal en territorio mexicano.
El trámite se llama “Formato Migratorio Múltiple (FMM)” y todos los días son unos mil migrantes quienes solicitan este trámite que les permite cruzar territorio nacional durante 15 días.
“Viajar con una criatura es difícil, pero no imposible. Nosotros salimos de Colombia por el cambio de gobierno, porque temíamos nuevos conflictos, entonces decidimos salir y buscar una nueva vida”, expresó la mujer de 30 años de edad.
María es administradora de empresas, pero allá en Colombia ejerció el oficio de cultora de belleza, y en Estados Unidos piensa trabajar en lo que sea necesario para mejorar su vida familiar.
Además de migrantes venezolanos, también han llegado personas de Colombia, Ecuador, Cuba, República Dominicana, Panamá y Chile, todas con el anhelo de conseguir su permiso legal y llegar a la frontera norte o a Estados Unidos.
Ariyelzy Matus nació en República Dominicana y a los 15 años migró a Panamá, su hijo de tres años de edad es panameño, y también tiene una doble nacionalidad.
“A nosotras no nos pesa nuestras crías” dice la mujer que carga en brazos a su hijo. Reconoce que el tránsito no ha sido nada sencillo, pero finalmente ha llegado a México.
La joven de piel negra mostró su alegría por haber obtenido su permiso y ahora buscará su camino hacia Estados Unidos, donde imagina un nuevo futuro para ella y su hijito.
Juan Carlos es venezolano y su hijo nació en Ecuador hace cuatro años, ahora viaja con toda su familia para llegar a Miami o Washington, donde espera reencontrarse con sus familiares.
El presidente municipal Humberto Parrazales detalló que la llegada de personas migrantes ha sido constante desde hace diez días.
Dijo que unos 350 menores llegan todos los días al refugio del INM acompañado de sus padres y otros viajan solos.
“Hemos visto que llegan familias con hijos de varias nacionalidades, y es que todos somos migrantes, y merecemos un trato digno”.
Finalmente señaló que a pesar de algunas inconformidades de vecinos, la estancia de las personas migrantes a su municipio ha sido cordial y respetuosa.
Se espera que la llegada de personas en movilidad continúe en este lugar. En el campamento no se permite el acceso a medios de comunicación y está resguardado por policías federales y agentes migratorios.
*Este trabajo fue publicado originalmente en IstmoPress, que forma parte de la Alianza de Medios. Aquí puedes revisar el original.
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