Esta semana el fundador de WikiLeaks da su última batalla para evitar ser extraditado a Estados Unidos, donde podría ser condenado a 175 años en prisión. Julian Assange se ha convertido en un símbolo de la libertad de prensa, su destino marcará un precedente para activistas y periodistas
Texto: José Ignacio De Alba
Foto: Especial
MICHOACÁN. -Desde el año 2012, cuando Julián Assange fue detenido, el activista ha eludido su encarcelamiento en Estados Unidos, el país al que desnudó en sus infames prácticas de guerra. Assange y sus abogados buscan esta semana la última apelación en el Reino Unido para no ser extraditado.
Esta última batalla es de vida o muerte para el activista, poque Estados Unidos lo acusa de18 cargos, por la publicación masiva de archivos militares y cables diplomáticos confidenciales, relacionados con la guerra de Afganistán.
En total, Assange, podría ser condenado a 175 años en prisión, por violar la Ley de Espionaje de Estados Unidos.
El Tribunal Superior de Londres organizó una audiencia este martes 20 y miércoles 21 de febrero para conocer los argumentos de la defensa de Assange.
El riesgo de ser extraditado a Estados Unidos, es que podría ser procesado en virtud de la Ley de Espionaje de 1917, una ley de tiempos de guerra.
Assange corre el riesgo de ser sometido a reclusión prolongada en régimen de aislamiento en una prisión de máxima seguridad. Aunque Estados Unidos ha ofrecido “garantías diplomáticas” a Reino Unido.
Stella Assange, hermana del activista, dijo en entrevista a la BBC que el fundador de WikiLeaks, recluido en la prisión de máxima seguridad de Belmarsh desde 2019, está muy débil tanto física como mentalmente por el estrés y no sobreviviría a la extradición. «Este caso determinará si vive o muere, esencialmente», alertó Stella.
Cientos de organizaciones, como Amnistía Internacional, y medios como el The New York Times y The Guardian, defienden las acciones de Assange, diciendo que sus revelaciones fueron necesarias para exhibir los excesos que cometió Estados Unidos durante la guerra en Afganistán.
Además, los defensores del activista aseguran que las acciones de WikiLeaks están protegidas por la Primera Enmienda de Estados Unidos. Aunque para el gobierno estadounidense en un enemigo público.
Julia Hall, experta de Amnistía Internacional explicó “la seguridad de editores y periodistas de investigación de todo el mundo pende de un hilo. Si se envía a Julian Assange a Estados Unidos y se le procesa allí, también se someterán a juicio las libertades de prensa”.
“Assange sufrirá personalmente por estas acusaciones de base política y la comunidad que integra los medios de comunicación de todo el mundo recibirá el aviso de que tampoco está a salvo. El derecho del público a conocer lo que hacen los gobiernos en su nombre se verá profundamente socavado. Estados Unidos debe retirar los cargos presentados contra Assange en virtud de la Ley de Espionaje y poner fin a su detención arbitraria en Reino Unido”, expuso Julia Hall.
El primer ministro australiano, Anthony Albanese, pidió detener la persecución en contra de su conciudadano. El Parlamento de su país también aprobó una moción que pide poner fin a la persecución de Assange.
Anthony Albanese afirmó que los australianos de todas las tendencias están de acuerdo en que «ya basta» y que el acoso contra Assange no puede seguir “indefinidamente”.
Julian Assange fundó WikiLeaks en 2006. La plataforma sin fines lucro se dedica desde entonces a promover la transparencia gubernamental y la libertad de prensa. A lo largo de los años, Assange ha sido una figura central en el trabajo de WikiLeaks, desafiando a poderosos gobiernos e instituciones.
Su trabajo se centra en publicar información clasificada y revelar actos de corrupción y violaciones de derechos humanos. A pesar de sus contribuciones para aumentar la transparencia, Assange se convirtió en el objetivo de varios gobiernos. Como se ha denunciado, el escarmiento que ha sufrido Assange es un “castigo ejemplar”, para activistas de todo el mundo.
El año 2010 fue un año crucial para WikiLeaks, debido a varias filtraciones importantes que captaron la atención mundial. Todos estos documentos fueron entregados por la exanalista de seguridad Chelsea Manning y publicados en WikiLeaks.
En abril de ese año WikiLeaks publicó un video titulado «Asesinato Colateral», que mostraba un ataque aéreo estadounidense en Bagdad en 2007 donde periodistas de Reuters y civiles iraquíes fueron asesinados.
Ese mismo año, WikiLeaks publicó los «Diarios de la Guerra de Afganistán», que revelaban incidentes no informados previamente sobre la guerra, y los «Registros de la Guerra de Irak», que detallaban abusos y crímenes durante la ocupación estadounidense en ese país.
Además, en noviembre de 2010, WikiLeaks filtró los «Papeles del Departamento de Estado», una colección masiva de cables diplomáticos de EE.UU., exponiendo comunicaciones confidenciales y estrategias políticas de Estados Unidos y otros países.
Los documentos de Wikileaks, fueron retomados por algunos de los medios más importantes del mundo, como The New York Times, The Guardian o el Le Monde.
Julian Assange fue detenido por primera vez en 2012, pero el cargo en contra del activista estaba vinculado con dos casos de abuso sexual. Aunque Assange siempre sostuvo que, en realidad, la detención estaba relacionada con su actividad en WikiLeaks. Suecia, donde supuestamente se cometieron los delitos, nunca pudo comprobar su culpabilidad.
A pesar de eso, el activista logró evadir la persecución en su contra cuando se refugió en la embajada de Ecuador en Londres. Donde vivió siete años, acusado de incumplir las condiciones de una fianza impuestas por el gobierno británico.
En 2019, Assange fue sacado de la embajada ecuatoriana por la fuerza, cuando el gobierno del presidente ecuatoriano, Lenin Moreno, decidió entregarlo al gobierno británico. Desde entonces el activista vive en una prisión de máxima seguridad. Desde ahí sus abogados han interpuesto una serie de mecanismos para evitar su extradición a Estados Unidos.
Cronista interesado en la historia y autor de la columna Cartohistoria que se publica en Pie de Página, medio del que es reportero fundador. Desde 2014 ha recorrido el país para contar historias de desigualdad, despojo y sobre víctimas de la violencia derivada del conflicto armado interno. Integrante de los equipos ganadores del Premio Nacional Rostros de la Discriminación (2016); Premio Gabriel García Márquez (2017); y el Premio Nacional de Periodismo (2019).
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