Estados Unidos interviene en la guerra contra Irán y ataca instalaciones nucleares

22 junio, 2025

Sin autorización del Congreso, el gobierno de los Estados Unidos atacó instalaciones nucleares en Irán en coordinación con Israel; Teherán denuncia violación al derecho internacional y amenaza con represalias, mientras la ONU advierte sobre escalada global

Texto: Alejandro Ruiz

Foto: Staff de la Casa Blanca

CIUDAD DE MÉXICO. – Estados Unidos atacó tres instalaciones nucleares en Irán, interviniendo directamente en la guerra que este país sostiene con Israel, aunque en su campaña, el presidente norteamericano, Donald Trump aseguró que no se involucraría en «guerras eternas».

El ataque tuvo como objetivos las instalaciones nucleares de Fordow, Natanz e Isfahán, donde el gobierno iraní almacenaba uranio, y fue perpetrado con bombarderos B-2 que transportaron el penetrador de municiones masivo GBU-57A/B, la bomba no nuclear más grande del mundo.

Los ataques se realizaron en coordinación con Israel, como confirmaron Donald Trump, y el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, quien tras los bombardeos felicitó a su homologo estadounidense:

«El presidente Trump y yo solemos decir: la paz a través de la fuerza. Primero viene la fuerza, luego la paz (…). La historia recordará que el presidente Trump actuó para negarle al régimen más peligroso del mundo las armas más peligrosas del mundo».

Ataque violó el derecho internacional: Irán

Tras los ataques, la Agencia de Energía Atómica de Irán emitió un comunicado en el que calificó el ataque como «un acto brutal que viola el derecho internacional, especialmente el Tratado de No Proliferación Nuclear», y aseguraron que «esta acción, que contraviene el derecho internacional».,

En el comunicado, la Agencia de Energía Atómica de Irán señaló de cómplice al Organismo Internacional de Energía Atómica, quienes conforme al Acuerdo de Salvaguardas y al Tratado de No Proliferación Nuclear vigilaban el espacio aéreo de las instalaciones nucleares de su país.

Ante esto, exigieron a la comunidad internacional que condenara «este caos de la ley de la jungla y apoye a Irán en la consecución de sus derechos legítimos». Además, reiteraron que pese a los ataques Irán no detendrá el desarrollo de la industria nuclear.

Por su parte, la televisora nacional de Irán afirmó en cadena nacional que el daño a las instalaciones nucleares no fue importante, pues los sitios ya habían sido evacuados junto con los materiales utilizados para desarrollar armamento nuclear. El ataque, afirmaron, solo averió dos túneles de entrada y salida de la instalación de Fordow.

Posteriormente, uno de sus presentadores dijo al aire que todos los civiles y Fuerzas Armadas estadounidenses se convirtieron en objetivos válidos para la respuesta de Irán, y después mostró un mapa donde ubicaba geográficamente las instalaciones del ejército norteamericano en Medio Oriente que están al alcance de sus misiles.

De acuerdo con información de la BBC, en la región están desplegados más de 40 mil soldados estadounidenses No obstante, hasta el cierre de esta edición, el gobierno iraní no ha confirmado si atacarán dichas instalaciones, aunque el canciller iraní, Abbas Araghchi, publicó en sus redes sociales que «los acontecimientos de esta mañana son indignantes y tendrán consecuencias duraderas (…). Irán se reserva todas las opciones para defender su soberanía, sus intereses y su pueblo».

Tensiones llevaron al ataque

Previo a que Estados Unidos lanzara los ataques, el presidente Donald Trump había establecido una fecha límite de dos semanas para que su gobierno decidiera si intervenía militarmente en la guerra que Irán sostiene con Israel la cual, dicen los gobiernos israelí y de los Estados Unidos, tiene como objetivo eliminar las armas nucleares de Irán, aunque ese país no tiene ninguna desarrollada.

Ante el ultimátum de Trump, el presidente de Irán, Masoud Pezeshkian, declaró que su país no aceptaría bajo ninguna circunstancia limitar su enriquecimiento nuclear al 0%, como exige Trump. La declaración llega después de que el Ayatolá y líder supremo de Irán, Alí Hoseiní Khamenei, ​se negara a participar en una reunión convocada por la Unión Europea en Estambul para negociar el cese de los ataques con Israel.

Además de las declaraciones del gobierno iraní, el portavoz de Ansarallah de Yemen, Yahya Saree, amenazó con que su país atacaría todos los buques de la marina y comerciales estadounidenses en el Mar Rojo y Bab Al-Mandab si Estados Unidos entraba en guerra con Irán. A su declaración se sumaron la de otras potencias nucleares como Rusia, China y Corea del Norte, quienes advirtieron que apoyarían a Irán en caso de que el ejército norteamericano interviniera en el conflicto.

No obstante, horas antes de los ataques de este 21 de junio, el gobierno de los Estados Unidos comenzó a realizar maniobras de traslado de armamento y movilización de sus efectivos en la región. Sin embargo, hasta ese momento el presidente Donald Trump no había dado la orden de atacar.

La orden divide a los Estados Unidos

De hecho, en Israel, fuentes militares comenzaron a adelantar por el sistema de radio que esperaban la aprobación de La Casa Blanca para realizar una operación militar contra Irán. Aunado a esto, en una declaración del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu y el ministro de Defensa de Israel, advirtieron que atacarían la instalación nuclear iraní en Fordow. Tras la declaración, el vicepresidente de los Estados Unidos, JD Vance, dijo que Israel «estaba arrastrando a América a la guerra» y se opuso a dicha acción.

La declaración encendió las alarmas, y provocó que el canciller irání, Abbas Araghchi, calificara de «muy, muy peligrosa» una posible intervención directa de Estados Unidos en el conflicto con Israel.

Horas después, el gobierno norteamericano perpetró el ataque, aparentemente, sin autorización del Congreso de los Estados Unidos, como declaró el demócrata Hakeem Jeffries, quien acusó a Donald Trump de engañar «país sobre sus intenciones».

«No solicitó la autorización del Congreso para el uso de la fuerza militar y corre el riesgo de enredarse en una guerra potencialmente desastrosa».

Otros líderes demócratas, como los senadores Bernie Sanders y Alexandria Ocasio-Cortez, adelantaron que las acciones de Trump pueden derivar en un juicio político contra el presidente, pues «la única entidad que puede llevar a este país a la guerra es el Congreso».

Sin embargo, los demócratas son minoría en el Congreso de los Estados Unidos, pues quienes copan el grueso de la Cámara de Representantes son miembros del Partido Republicano, quienes celebraron la decisión de Trump y afirmaron que los ataques contra Irán no eran una escalada hacia la guerra, «sino una respuesta prudente a los belicistas de Teherán».

Tras las reacciones, Donald Trump ofreció una conferencia de prensa en la que estuvieron presentes su vicepresidente, JD Vance, el secretario de Estado Marco Rubio y el secretario de Defensa Pete Hegseth. En ella, declaró que «Irán, el matón del Medio Oriente, ahora debe hacer la paz. Si no lo hacen, los ataques futuros serán mucho más grandes y mucho más fáciles».

Horas después, el gobierno de Irán lanzó nuevos ataques contra Israel, sin que hasta el cierre de esta edición se registren ataques contra los destacamentos del ejército norteamericano.

Ataque de los Estados Unidos «es una amenaza directa para la paz y seguridad internacionales»: ONU

Tras el ataque norteamericano, el Secretario General de Naciones Unidas, António Guterres, comunicó a través de redes sociales su preocupación al respecto, y los calificó como «una escalada peligrosa y amenaza directa para la paz y la seguridad internacionales».

En otros países la opinión sobre los ataques divididas.

Por ejemplo, los presidentes de Cuba y Venezuela condenaron los ataques. El presidente venezolano Nicolás Maduro, dijo que fueron «un acto de agresión ilegal, injustificable y extremadamente peligroso», mientras que Díaz Canel dijo que este cato llevaría a la humanidad a «una crisis de irreversibles consecuencias».

No obstante, posiciones como las de México y Chile, en vez de condenar los ataques, llamaron al respeto del derecho internacional.

Por ejemplo, Gabriel Boric, presidente de Chile, escribió en sus redes sociales que el ataque «violó el derecho internacional», mientras que México, a través de su cancillería, exhortó «a desescalar las tensiones en la región. La restauración de la convivencia pacífica entre los Estados de la región es la mayor prioridad».

Por otro lado, el primer ministro de Reino Unido, Keir Starmer, respaldó la decisión de Trump, asegurando que 2el programa nuclear de Irán constituye una grave amenaza para la seguridad internacional. Jamás se permitirá que Irán desarrolle un arma nuclear».

Periodista independiente radicado en la ciudad de Querétaro. Creo en las historias que permiten abrir espacios de reflexión, discusión y construcción colectiva, con la convicción de que otros mundos son posibles si los construimos desde abajo.