La candidata de Morena, Marina del Pilar Ávila, aventaja en la contienda por la gubernatura de Baja California. Hay quienes aseguran que profundizará los intereses de la 4T en la entidad. Otros temen que la mano detrás de su “suerte” sea la de Jaime Bonilla o la de su esposo, Carlos Torres, exdiputado panista amigo de Felipe Calderón
Texto y fotos: Alejandro Ruiz
BAJA CALIFORNIA.- Parece que este estado no retornará al panismo en este proceso electoral, pues quien puntea las encuestas es la mexicalense Marina del Pilar Ávila, de Morena, con 35 años de edad.
El fenómeno de Marina del Pilar es parte del “tsunami” obradorista que sacudió a la península fronteriza desde el 2018, cuando Morena arrasó en el proceso electoral en esta entidad y conquistó las cinco alcaldías y las diputaciones de los 8 distritos federales.
En las encuestas Lupita Jones, la representante de PRI, PAN y PRD en la coalición “Va por Baja California”, no da pistas de representar una amenaza para la campaña de Marina del Pilar, quien auguró que ganaría por al menos 15 puntos de ventaja. Mientras una desbandada de militantes del PRI se agrupó en días pasados en torno al oscuro candidato del Partido Encuentro Solidario: Jorge Hank Rhon.
Hace tres años el nombre de Marina del Pilar Ávila era poco conocido para la gente de Baja California. Hoy puntea la preferencia electoral en la carrera a la gubernatura del estado.
Abogada de formación, Marina inició su carrera política en 2012, bajo el gobierno del panista José Guadalupe Osuna Millán. Era el enlace de la Secretaría de Gobernación para el programa Subsemun, un subsidio para la seguridad municipal.
Posterior a eso, Marina del Pilar se incorporó a Morena en el equipo del exdiputado Catalino Zavala, quien durante el gobierno de Bonilla se desempeñó como secretario de Educación y ahora coordina la campaña de la morenista.
Marina ganó una diputación federal en 2018. Ejerció el cargo escasos 6 meses, para después pedir licencia y contender a la alcaldía de su municipio natal, Mexicali. Ganó la elección con una ventaja de más del 47%. Su perfil político es conciliador. Eso le ha valido críticas por parte de algunos sectores del movimiento social mexicalense, ya que durante la consulta para expulsar a Constellation Brands, no tomó una postura fija, hasta que López Obrador se pronunció a favor de los resultados de la consulta.
Estas características han hecho que Marina no haya entrado al juego de disputas que acontecen al interior de Morena. En términos prácticos no representa una amenaza ante los intereses de Jaime Bonilla.
Inclusive, en las calles del estado fronterizo se especula que Marina es la candidata de Bonilla, aunque en la práctica ella se alinea más con el grupo de Mario Delgado al interior de Morena.
Tal vez lo más problemático de la joven candidata hacia su partido es su matrimonio con el expanista Carlos Torres Torres. Al candidato del PAN a la alcaldía de Tijuana en 2010 se le identifica como un íntimo amigo del expresidente Felipe Calderón Hinojosa.
Carlos Torres fue expulsado del PAN en 2019, luego que como diputado local promoviera la reforma que ampliaba el periodo de gobierno de Jaime Bonilla. Posterior a eso contrajo matrimonio con la ahora candidata a la gubernatura.
El velo de incertidumbre que arropa a la candidata de Morena es difuso. La expectativa está al aire, pues hay quienes aseguran que Marina representará la profundización del proyecto de la Cuarta Transformación en Baja California. Otros temen que la mano detrás de su “suerte” sea la de Jaime Bonilla o los de su esposo, Carlos Torres.
Lo cierto es que la candidatura de Marina del Pilar complica el retorno del panismo al gobierno del estado. Por ello las dirigencias estatales del PRI, el PAN y el PRD han entablado una alianza histórica.
Empero, la campaña de la candidata de la coalición “Va por Baja California”, Lupita Jones, se diluye. Una desbandada de militantes del PRI se agrupó en torno al oscuro candidato del Partido Encuentro Solidario: Jorge Hank Rhon.
Detenido el 4 de junio del 2011 por la posesión de 78 armas exclusivas del ejército, Jorge Hank Rhon hoy es candidato a la gubernatura de Baja California por el Partido Encuentro Solidario.
Hijo del empresario y político mexiquense: Carlos Hank González, fundador del Grupo Atlacomulco del PRI; Jorge Hank Rhon emigró a Tijuana en 1985 para atender el hipódromo de su padre.
“Desde que Hank llega a Tijuana las fiestas lujosas y el despilfarro de lana empezó a caracterizarlo. Aunque también regalaba dinero a la gente, en una especie de filantropía extraña. Se comenzó a ganar a Tijuana”, explica el periodista y autor del libro La liturgia del tigre blanco: una leyenda llamada Jorge Hank, Daniel Salinas Basave.
Antes del 2004, Jorge Hank no había manifestado intenciones explícitas de participar en cargos de elección popular, aunque su afinidad hacia el PRI era evidente, pues en repetidas ocasiones se dijo admirador de Gustavo Díaz Ordáz y Arturo “El Negro” Durazo.
“En el 2003 Hank se reúne con el entonces presidente nacional del PRI, Roberto Madrazo, y éste lo convence de que participe en la política”, narra Daniel Salinas.
Este hecho motivó a Jorge Hank a contender por el PRI a la alcaldía de Tijuana, la cual ganó. Y pese a que el derroche de dinero lo hizo una persona muy querida por la población tijuanense, los índices de inseguridad en el municipio incrementaron exponencialmente.
Posterior a su periodo como alcalde, el también dueño de los Casinos Caliente y del equipo de fútbol Xolos de Tijuana apostó a contender por primera vez para la gubernatura del estado en el 2007, en una alianza con el entonces senador del PRI Fernando Castro Trenti.
Castro Trenti, sin embargo, traicionó a Hank Rhon, explica Salinas Basave: “se alió con Elba Esther para posicionar a José Guadalupe Osuna Millán, quien quedaría electo como gobernador. Eso Hank nunca lo perdonó.”
Posterior a la derrota de Jorge Hank en el proceso electoral del 2007, el priismo bajacaliforniano se dividió en dos bandos encabezados por Hank y Castro Trenti, y quienes en 2013 definirían la siguiente elección.
“En 2013 Hank de nuevo manifiesta sus aspiraciones para ser gobernador. Pero el escándalo su arresto en 2011 jugó en su contra, por lo que decide hacer alianza con Kiko Vega y Jorge Astiazarán para promover el voto cruzado y jugar en contra de Castro Trenti, quien lo había traicionado en el 2007. La elección resultó favorable para Kiko Vega quien quedó como gobernador y Jorge Astiazarán como alcalde de Tijuana”, puntualiza Daniel Salinas.
Ante esto Jorge Hank abandona sus aspiraciones políticas durante un par de años para continuar su vida de lujos y excesos en Tijuana, sin embargo en enero del 2021 Hank anuncia su candidatura a la gubernatura por el Partido Encuentro Solidario. El regreso de Jorge Hank Rhon era un hecho.
“Yo creo que el espíritu de la época está en contra de Hank”, enfatiza Daniel Salinas, “él no tiene pudor en esconder sus excesos, su pasado, pero hoy en una era de la corrección política su discurso misógino y patriarcal juegan en su contra.”
Pese a ello, Jorge Hank Rhon hoy se posiciona como uno de los candidatos que puede disputarle la gubernatura a la candidata de Morena, Marina del Pilar, pues en días recientes algunas facciones de la alianza “Va por Baja California” anunciaron su incorporación a la candidatura del empresario mexiquense, así como algunos sectores de Morena aglutinados entorno a la figura de Rigoberto Campos, quien fuera uno de los dirigentes del movimiento nacido en Mexicali en contra de Constellation Brands.
Entre su leal equipo de trabajo se encuentran personajes que estuvieron vinculados al homicidio del periodista Héctor “El Gato” Félix, miembro fundador del semanario Zeta, quien fue asesinado a balazos por su jefe de escoltas y vinculado a Arturo “El Negro” Durazo. Antonio Vera Palestina, quien purgara una pena de 25 años de prisión y fuera puesto en libertad en el 2015.
Hoy los hijos de Vera Palestina que no están prófugos de la justicia son parte del equipo que resguarda a Hank Rhon en sus actividades de campaña.
Los rumores que giran entorno a la figura de Jorge Hank Rhon son muchos, pero entre los que resaltan son sus presuntos vínculos con el crimen organizado, el tráfico de animales exóticos y cientos de acusaciones por corrupción.
En 2019, cuando fue designado como candidato a la gubernatura, Jaime Bonilla no se mostró muy complacido con las órdenes que bajaban desde Palacio Nacional, ya que eso significaba sólo ocupar el cargo dos años.
Algunos periodistas locales afirman que Bonilla tenía intenciones de quedarse durante 6 años en el poder, sin embargo, y debido a su cercanía con Andrés Manuel López Obrador desde hace años atrás, el mandatario tabasqueño le pidió que fuera él quien asumiera la gubernatura del estado, y el político tijuanense cedió.
Pero meses después de que Bonilla asumiera la gubernatura, diputados de Morena presentaron en el congreso local una iniciativa para extender la gubernatura durante 5 años más, bajo el argumento de ahorrar recursos en los consecutivos procesos electorales y empatar las elecciones a la gubernatura con el proceso electoral federal. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) determinó que Bonilla tenía que abandonar su cargo en 2021; López Obrador respaldó el fallo.
Eso modificó el panorama para Bonilla y su papel en su partido, pues varios cuadros importantes fueron manifestando sus intenciones para contender por la gubernatura en el proceso electoral 2020-2021.
El periodo de gobierno de Jaime Bonilla se fue deteriorando poco a poco. Además de la derrota en sus intenciones de continuidad y la división al interior del partido, las decenas de casos de corrupción que vinculan a sus colaboradores cercanos, sumado a la crisis política, social y económica derivada de la pandemia por covid-19 pusieron en entredicho a su administración.
“Bonilla se volvió hermético, no escuchaba a nadie, ni a sus asesores, ni a su partido ni a sus colaboradores. Comenzó a pelearse con medio mundo y eso se reflejó en su política con los empresarios y los medios”, señala el periodista Daniel Salinas Basave.
Además, está el evidente distanciamiento con López Obrador en temas tan cruciales como la consulta sobre la permanencia de Constellation Brands en Mexicali. Bonilla había manifestado estar a favor de que la planta operara en el estado; se fue alejando de su estructura política y del discurso de la Cuarta Transformación.
“Bonilla en realidad proviene del PRI”, agrega Daniel Basave, “él viene de un grupo cercano a Xicoténcatl Leyva, quien era de ese viejo PRI de la tendencia de Colosio. Cuando Salinas castiga a Xico Leyva en el 89 por dejar que Cárdenas ganara el estado en la elección del 88, él y su corriente se aíslan de la política. Bonilla se va a San Diego a vivir, y ahí se desenvuelve como empresario hasta que irrumpe Andrés Manuel López Obrador. Pero su acercamiento con él fue más por las afinidades que tienen, que por proyecto.”
Pese a ello, Jaime Bonilla buscó darle continuidad a su proyecto de gobierno. Presionó a los alcaldes que se manifestaron en su contra para que desistieran en sus intenciones de sucederlo. Destaca el caso del exalcalde de Tijuana, Arturo González Cruz; Bonilla le dedicó una campaña mediática y de aparato en su contra; eso culminó en la renuncia del alcalde en enero del 2021, y en la expropiación del Club Campestre en abri, lugar en el que Arturo González era expresidente.
La irrupción de Marina del Pilar, quien como diputada federal se acercó a Mario Delgado, hoy presidente nacional de Morena, frustró las intenciones de Jaime Bonilla para posicionar a Armando Ayala en la contienda para la gubernatura.
La sociedad civil de Baja California demostró en 2017 que aunque sean tachados de conservadores pueden quitar gobernadores.
La privatización del agua y la lucha contra de la planta de Constellation Brands abrieron un frente de lucha, en particular en Mexicali. Durante meses, las calles de Mexicali se inundaron con más de 60 mil personas. Exigían al gobierno de Kiko Vega pusiera un alto al despojo de su recurso más preciado: el agua.
La movilización dio pie a la conformación de una red de organizaciones que sostuvieron durante meses la toma de las oficinas del centro cívico. Obligaron con esto a que el proyecto de Ley de Aguas promovido por el gobernador panista fuera derogado.
Asimismo, recurrieron a mecanismos legales como la consulta ciudadana para frenar megaproyectos como el que representaba Constellation Brands. La sociedad salió a votar, y en un hecho inédito se logró detener los trabajos de la planta.
Sin embargo, y pese a que la organización social se diluyó en el proceso electoral del 2018, las demandas del movimiento mexicalense siguen vigentes. Buscan la atención al problema de sequía de la región y la garantía del derecho humano al agua.
Para las organizaciones sociales estas demandas no son atendidas por quienes aspiran a la gubernatura; pues aseguran que ninguna propuesta atiende de fondo la escasez y privatización del agua en Baja California. La demanda del líquido que acarrea el acelerado desarrollo inmobiliario e industrial en el estado fronterizo les está llevando a un punto crítico.
De igual forma, el crimen organizado en la entidad sigue cobrando víctimas. Los niveles de consumo de drogas se han incrementado entre la población de Baja California. Los asesinatos una cifra histórica en el 2018 en el municipio de Tijuana: 2 mil 500.
La presencia de grupos como el Cartel Jalisco Nueva Generación, quienes disputan el control de la entidad, es un factor que, sumado a la particularidad de un estado fronterizo, han puesto a Bajo California en el ojo del huracán.
Este mismo cartel publicó un video en abril de este año acusando a Jaime Bonilla y su gabinete de seguridad de operar para el Cartel de Sinaloa y los Arellano Félix, y responsabilizaron a su administración de la escalada de violencia en la entidad.
La precarización laboral, el cierre de las fronteras, el constante flujo migratorio y la escasez de agua han vuelto a la administración de Baja California una tarea nada fácil el o la próxima gobernante.
Periodista independiente radicado en la ciudad de Querétaro. Creo en las historias que permiten abrir espacios de reflexión, discusión y construcción colectiva, con la convicción de que otros mundos son posibles si los construimos desde abajo.
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