Ella no es Claudia Sheinbaum

27 noviembre, 2021

Llama la atención que hubo un sexenio completo dedicado a publicitar y cuidar la imagen de Peña Nieto,  pero ahora, a la alcaldesa de la Ciudad no se le permite aparecer en un medio de comunicación que publica su perfil con buenas fotografías

Por Duilio Rodríguez @duiliorodriguez

“Esta no es una pipa”. 

Esta frase es famosa porque se encuentra escrita en una de las obras representativas del pintor René Magritte. La frase tal cual, aparece en la pintura donde claramente se ve una pipa. 

Esto en cierta forma es desconcertante para el espectador, ya que el mensaje contradice lo que vemos. Parece retarnos a preguntarnos: ¿qué es, entonces, lo que estamos viendo? O mejor aún, invita a los más rígidos a pensar, a aceptar que lo que vemos es solo una representación de la pipa y no una pipa verdadera con la que podríamos fumar.

En el caso de los retratos fotográficos sucede algo similar. Cada vez que nos van a fotografiar solemos posar, sonreír o actuar distinto a cómo normalmente lo hacemos. 

Si sabemos que tenemos una sesión de fotografía hoy, lo más probable es que nos vistamos y nos arreglemos para la ocasión.

Muchas veces, por mi profesión, he tenido la oportunidad de retratar personajes de todos los ámbitos: actores, diseñadores, arquitectos, emprendedores, deportistas, empresarios y políticos.

Pude fotografiar a los expresidentes Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto y muchos otros candidatos y funcionarios públicos de distintas administraciones. 

Aunque con cada uno de ellos hubo sus propias particularidades en la logística, en sus gobiernos lograr una cita para retratarlos era sumamente complicado. 

En la preparación para la sesión fotográfica intervenían sus secretarias, los encargados de comunicación social. Todos, con con el fin de intentar controlar lo más posible la sesión. 

La gran mayoría de los retratos eran para medios de comunicación, por lo que las posibilidades que tenía para decidir las tomas se reducían a la dirección del personaje, y en algunos casos, la locación, que solía ser dentro de su oficina. 

Otra característica común era el poco tiempo disponible para fotografiarlos. En la mayoría de las veces solo tenía 10 o 15 minutos de toma real, pues el resto del tiempo se utilizaba para la entrevista.

Tanto el tiempo como la oportunidad de conversar previamente con los sujetos que se retratan son fundamentales para que los fotógrafos logremos la mayor naturalidad. Sin embargo, esto parece imposible con personas públicas muy ocupadas. 

A diferencia de las sesiones con artistas, con los políticos no es nada común coordinar el vestuario, no hay maquillistas y ellos mismos y/o sus estrategas de comunicación deciden la ropa y los colores que utilizan.

Editorialmente, sólo pedimos que no utilicen ciertos patrones textiles como rayas o grecas que suelen producir un efecto no deseado conocido como moire.

La intención fotográfica editorial se decide en equipo mediante planeaciones que suponen lograr un resultado específico. Sin embargo, en la mayoría de los casos, al llegar a los lugares muchas cosas cambian y hay que utilizar el ingenio, la creatividad, y a veces improvisar para resolver la idea.

Con los funcionarios que me ha tocado retratar en esta administración, las sesiones han sido muy relajadas. No hay intermediarios que me hayan intentado convencer de alguna toma o de alguna locación. 

Una buena sesión de retrato, nos permite a los fotógrafos escoger el lugar, y romper el hielo para lograr la mayor naturalidad posible y eventualmente extender el tiempo solicitado para conocer más al personaje. 

Un sesión de retratos funciona mejor si podemos conocer mejor sobre sus deseos, aspiraciones, gustos, por que queremos mostrar mas fielmente al sujeto.

Por otro lado, no conozco ningún medio de comunicación serio que no decida quién será la fotógrafa o el fotógrafo que, por su estilo y profesionalismo, pueda conseguir el objetivo estético y técnico. 

Este es el caso de El País semanal que publicó en su última portada a la alcaldesa de la ciudad de México, Claudia Sheinbaum. Para esta sesión el semanario español buscó a la fotógrafa Ana Hop, quien es una destacada fotógrafa de retrato.

Portada de El País semanal. Foto: Ana Hop

Conozco a Ana desde hace tiempo e inclusive he trabajado con ella en algunas sesiones que le encargamos en el pasado. Así que sé de su excelente calidad y de su magnífico estilo. 

Lo que me sorprende es que haya personas que ataquen a la alcaldesa de la ciudad por verse bien, asegurando que la sesión fue pagada, que Ana escogió el vestuario o incluso que se «vendió» al gobierno. 

Entiendo la animadversión de los que están en contra del gobierno, pero es importante recordar que el expresidente Enrique Peña Nieto tenía un grupo de fotógrafos, distintos a los de Presidencia, dedicados a exaltar su imagen.

El gobierno de la 4T por el contrario, suele descuidar la imagen con tal de ahorrar recursos económicos.   

Ana Hop llegó ahí por petición del Semanario, no por petición del gobierno capitalino. Ella me contó que la sesión sólo duró 15 minutos que ella no coordinó la moda y la locación la conoció en ese momento.

“Yo no conocía a Claudia Sheinbaum, me pareció una persona muy sencilla y muy afable, para mi fue muy fácil llegar a ella y sugerirle las tomas fotográficas, aunque me hubiera gustado tener mas tiempo con ella”, me dijo Ana. 

Al día siguiente de la publicación, recibió cientos de mensajes para felicitarla, pero también una gran cantidad de mensajes de odio en Twitter. “No podía creer que la gente asegurara que Sheinbaum no trabaja, cuando en realidad llegó de trabajar toda la mañana y que después de la sesión tenia mas eventos, o que ellos o nosotros habíamos coordinado la moda”.

Insisto, no me sorprende la virulencia en Twitter, lo que llama la atención es que hubo un sexenio completo dedicado a publicitar y cuidar la imagen de Peña Nieto y sus cercanos,  pero ahora, a la alcaldesa de la Ciudad no se le permite aparecer en un medio de comunicación que publica su perfil con buenas fotografías.

Para Ana, lo mas importante en sus retratos es que las personas salgan bien y lo logró. Eso le molesta a los opositores y atacan a la fotógrafa. 

Como con la pipa de Magritte, valdría la pena reflexionar que un retrato consensuado entre el fotógrafo, el medio y el fotografiado es una representación de la persona.

Ella no es Claudia Sheinbaum, es una buena imagen que la fotógrafa hizo de la alcaldesa.

Editor y fotógrafo documental, retrato, multimedia y vídeo. Dos veces ganador del Premio Nacional de Fotografía Rostros de la Discriminación.