En el 2019, la saxofonista María Elena Ríos sufrió una tentativa de feminicido y sobrevivió a un ataque con ácido. Dos años después, la justicia no llega y la violencia institucional se multiplica
Texto: Diana Manzo / IstmoPress
Foto: IstmoPress
OAXACA.- Su voz detrás del teléfono es de hartazgo. María Elena Ríos, la joven saxofonista que sobrevivió a un ataque con ácido en el 2019, ha visto sus días convertidos en un infierno. El motivo es la violencia institucional y dilatoria que, contra ella, ha encabezado el Fiscal General de Oaxaca, Arturo Peimbert. le parecen indicar que Peimbert está en su contra.
La joven oaxaqueña, originaria de Huajuapan de León, es doblemente víctima de la violencia; primero de la feminicida, de la cual es sobreviviente; y en segundo, de la institucional, que va desde la Fiscalía General de Oaxaca hasta el Tribunal Superior de Justicia. Además, ha sido víctima de la violencia psicológica por el acoso y criminalización que vive de parte de los familiares de su agresor.
Pareciera que alcanzar la justicia fuera un pecado, externó María Elena Ríos al reconocer que “sí fuera hija de algún funcionario público, ya sea senador, diputado o gobernador de”, seguramente ya hubiera una sentencia para los presuntos feminicidas, y por ende, podría alcanzar la justicia que tanto anhela.
Desde el principio, María Elena ha vivido violencia institucional. Las autoridades señalaron que las agresiones que sufrió eran “lesiones”, pero después de exigencias y denuncias de parte de colectivas, finalmente se logró que su caso fuera catalogado como Feminicidio en grado de tentativa.
Otro ejemplo de violencia institucional que María Elena ha vivido, es la ineficiencia en el acceso a la salud, debido a que las autoridades no se hacían responsables de su traslado y atención médica. Finalmente, lo que actualmente vive es la “dilación del juicio”, pues el tiempo transcurre y no hay acceso a la justicia. Asimismo, sigue sin tomarse en cuenta a las víctimas indirectas, que en este caso son los familiares de la joven saxofonista.
María Elena tiene que recordar a diario el rostro de sus agresores, y no va a parar hasta que llegue la justicia para ella. Así como para todas las mujeres que han sido víctimas de diferentes tipos de violencia, o que, como ella, hayan sufrido un intento de feminicidio.
Ella tampoco quiere acordarse de los autores intelectuales del delito, uno de ellos, el ex diputado priista Juan V.C., recluido en el penal de Tanivet, ubicado en la capital de Oaxaca. Así como de Juan Antonio V.H, hijo del ex diputado priista acusado de tentativa de feminicidio y prófugo de la justicia. Actualmente se ofrece un millón de pesos a quien brinde información sobre su paradero.
Lo que quiero es justicia, que el proceso avance, que no se detenga, que Peimbert, el fiscal general, detenga a mi agresor y deje de tomar sus infinitas vacaciones”.
María Elena Ríos
Aunque funcionarios, senadores y activistas han denunciado que la vida de María Elena corre peligro, eso no ha sido tomado en cuenta por las autoridades.
Recientemente, el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Oaxaca (TSJO), Eduardo Pincho Sánchez, adelantó, de una manera equivocada, que el caso de la saxofonista está por recibir sentencia. La realidad, sin embargo, es otra, pues a raíz de tantas dilaciones por los amparos que han solicitado sus agresores, a más de dos años, su caso no ha llegado a la etapa intermedia.
En el estudio llamado “Violencia institucional hacia las mujeres en la región sur de México”, se indica que, desde los congresos federal y local, no se observa un incremento en el presupuesto destinado a mecanismos para el adelanto de las mujeres y sus figuras organizativas. Asimismo, asegura que aunque en Oaxaca se logró un aumento en la estructura de atención hacia las mujeres que han sufrido violencia, ésta aún resulta insuficiente para brindar un servicio adecuado y de calidad.
Angélica Ayala, directora de la colectiva Ges Mujer, señala que, en el caso de María Elena, hay una larga cadena de acciones y omisiones que genera la impunidad y negligencias.
El caso de María Elena es un claro ejemplo de que se quiere ocultar la verdad, porque al principio el caso se tipificó como lesiones, después por exigencias ya fue tentativa de feminicidio, y actualmente no hay nada de avance, no hay voluntad política y eso es impunidad”.
Angélica Ayala, directora de Ges Mujer
Ante esto, la Fiscalía Estatal informó que actualmente se está buscando a Juan Antonio Vera Hernández por tentativa de feminicidio. Respecto a la sentencia, toca el turno a los jueces, quienes de acuerdo a sus tiempos van llevando a cabo el proceso judicial.
“¿Y yo a quién le pido chance?”, externó María Elena Ríos como respuesta al mensaje que le hizo el fiscal, Arturo Peimbert: “Dame chance Male, en 45 días lo detengo”.
El mensaje es sobre la captura de su agresor, del cual, aseguró, no se sabe nada de su ubicación.
La joven lamentó que las autoridades de justicia no hagan su trabajo. Criticó la militarización en los entornos turísticos, porque “la chamba se hace en labor de campo, no desde la oficina delegando responsabilidad a la sociedad”.
Mientras llega la justicia, María Elena usa la palabra como defensora de los derechos de las mujeres y los niños; y espera que algún día se acabe toda esta cadena de injusticias, para poder vivir, al menos, sin temor a que la asesinen.
En México se tiene registro de 26 mujeres atacadas con ácido, 20 de ellas lograron sobrevivir como María Elena. La mayoría de los casos siguen en la impunidad y no existen leyes que tipifiquen este delito en específico.
*Este trabajo fue realizado por ISTMO PRESS, que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes consultar el original
Reportera en Unión Hidalgo, Oaxaca.
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