10 septiembre, 2020
Más recursos para la Secretaría de Salud, pero la población que atiende el Insabi tendrá que poner para sus medicinas
Twitter: @vgarciadeleon
La covid ha dejado a la vista las carencias del sistema público de salud en México y los efectos del rezago presupuestal, con casi 69 mil muertes al 10 de septiembre. Nadie puede negar la urgencia de enfocar más recursos en este tema, y la reciente propuesta de gasto público para 2021 lo hace, pero aún dista de subsanar el gasto de bolsillo que tienen que hacer en salud la población, y más aún la de menores ingresos.
Eso implica que, en medio de una situación económica en extremo adversa y de una pandemia que no se ve cuando terminará, muchas familias deberán seguir usando sus propios recursos para contrarrestar las exclusiones en atención médica y falta de acceso a medicamentos.
La recomendación de la Organización Mundial de Salud es que 80% del gasto en salud provenga de recursos públicos, para garantizar que lo que sale de la bolsa de la población no pone en riesgo su situación económica. Pero la realidad en nuestro país está lejos de esa recomendación, pues 52% proviene del gobierno, y 48% de nuestra bolsa, según datos publicados por la OCDE en 2019. Con ello, México es el país de ese organismo con el mayor gasto de bolsillo en salud.
El problema es la desigualdad que genera ese fenómeno, como refiere Rogelio Gómez, coordinador de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza: “Las familias de menores recursos tienen menor capacidad para pagar tratamientos de alto costo, están más expuestos a situaciones de abuso y a la inflación de precios de servicios privados, por la urgencia y el dolor, en momentos que, a veces literalmente son de vida o muerte”.
Una de las razones para un mayor gasto de bolsillo es la falta de afiliación al sistema público de salud IMSS, IMSS-Bienestar, ISSSTE o del Insabi (antes Seguro Popular). Pero en este tema ha habido avances. Al 2018, según la asociación civil, sólo 16% de la población no tenía alguna afiliación y está exlcuida totalmente para ejercer su derecho a la salud.
Pero aún afiliadas, la mitad de las personas tienen que pagar por los medicamentos recetados y el 39% por atención médica, según la Encuesta Nacional de Salud de 2018.
No es raro, dados los tiempos para concertar una consulta y la calidad de los servicios públicos.
También hay diferencias en el monto del gasto de bolsillo que hace una persona adscrita a Pemex que una en el IMSS Bienestar, que atiende a población en comunidades rurales, según un estudio del CIEP. Alguien afiliado a los servicios de salud de Pemex gasta sólo 14% de su bolsillo, para la población en IMSS Bienestar el gasto de bolsillo es superior al gasto público, 53% vs. 47%.
Para lograr la ecuación que propone la OMS, el país debería destinar 6% del PIB al tema de salud. Pero los recursos actualmente destinados apenas alcanzan la mitad de eso. “Nos faltan 3 puntos del PIB (en gasto) para igualar el mínimo que sugiere la OMS”, dice Judith Méndez, del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), considerando incluso la propuesta de gasto para 2021.
La recomendación de la OMS es una meta en una situación ideal, que no es en la que estamos. Puede ser más realista un aumento en el gasto de salud de 1% del PIB, como el que sugiere Rogelio Gómez, esto serían 240 mil millones de pesos adicionales para equiparar la calidad de atención y el gasto que se destina al Insabi e IMSS-Bienestar, que atiende a la población de menos recursos, con lo que ofrece el IMSS.
Pero la reciente propuesta de gasto del gobierno federal se queda lejos de eso. Si bien contempla un incremento de 9% en el presupuesto de la Secretaría de Salud, 12 mil millones de pesos más respecto de 2020, para el presupuesto total del sector salud el incremento real es de 1.88%, al pasar de 679 mil 672 mdp en 2020 a 692 mil 430 mdp.
“El aumento es solo para la Secretaría de Salud y no son recursos adicionales, provienen del fideicomiso que desapareció (Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos)”, detalla Judith Méndez, experta en finanzas públicas.
El proyecto del presupuesto de salud para 2021 incluye reducciones en otros subsistemas del sector y programas. De los 29 programas de la Secretaría de Salud, 21 tienen recortes, como el de Atención a la salud y Medicamentos gratuitos para la población sin seguridad social. Cinco presentan aumentos mayores a 1 %, según un análisis del CIEP.
El gasto para el Insabi que atiende a la población más pobre, sin seguridad social, no incluye los 40 mil mdp que se prometieron en la iniciativa de su creación, solo de 9 mil 538 mdp adicionales, advierte el centro de estudios.
Cabe mencionar que los medicamentos representan para los hogares más pobres más de una tercera parte (34.5%) del gasto privado en salud.
Es verdad que el margen de maniobra para el gobierno el próximo año será reducido dada la caída del PIB de al menos 8% este año, y una reducción en los ingresos presupuestarios. El arte, sin duda, estará en la reasignación de los recursos, y la prioridad que este gobierno decida darle a proyectos que en verdad la tienen.
Periodista independiente. Se especializó en temas económicos con la convicción de que el periodismo puede cerrar la brecha que existe hacia ellos, para entenderlos e, incluso, disfrutarlos. Ha sido editora y reportera en Expansión, Fortune México y conductora en RompevientoTV. Ayudó a fundar la red de Periodistas de a Pie.
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