La fotografía como activador social en la Montaña de Guerrero

3 abril, 2022

El fotógrafo Yael Martínez ganó el premio World Press Photo 2022 en la región norte y centro América con un trabajo enfocado en La Montaña de Guerrero. En entrevista conversa sobre la memoria histórica, su relación con las comunidades donde trabaja y el valor social de la fotografía

Por Isabel Briseño

Mucha gente me pregunta por qué amo tanto a mi montaña de Guerrero, y yo me pregunto cómo es que no la aman todos. Chavela Vargas dijo que los mexicanos nacemos donde nos da la rechingada gana y entonces yo elegí Guerrero pa’ enterrar mi ombligo. En realidad creo que la razón de mi vínculo a ese combativo estado se debe a que fue en el ombligo del mundo (Guerrero) en donde descubrí qué tipo de fotógrafa intentaría ser. 

Fue entre aquellos cerros áridos que se nutrió mi corazón con cada historia que conocí y entonces aprendí de la resistencia. Mi mirada se coló entre la neblina de las montañas y observó, observó detenidamente, calladamente  respetuosamente. Eché la raíz de mi pensamiento sobre la tierra en donde vi a la gente sembrar su milpa. 

Se me enseñaron protocolos de seguridad mientras recorríamos los caminos agrestes de la montaña. No habían lecciones, se aprendía de la plática mientras entonamos “Mar y espuma” del grupo guerrerense Acapulco Tropical y las mejores enseñanzas se bebieron directo de la botella de pet que contenía las lágrimas de los abuelos (mezcal) y con ellas toda su sabiduría. 

Guerrero da para todos pero no es para todos. Al estado sureño muchos lo quieren conocer por el “amapolatour”, una de las coberturas más solicitadas pues varios quieren presumir que estuvieron entre los campos de dónde se obtiene la goma. 

Esta preciosa flor ha sido objeto de estudios, debates, documentales, reportajes y hasta estigma contra quienes rayándola obtienen apenas unos cuantos pesos para vivir.

Yael Martínez es uno de los fotógrafos mexicanos que han abordado la relación que existe entre las comunidades que cultivan la flor de amapola con la intención de dar a conocer quiénes son y cuál es su cosmovisión.

El fotógrafo documental es originario de Taxco, Guerrero, y usa la imagen para la reflexión.

Su proyecto La flor del tiempo. La montaña roja de Guerrero resultó ganador en la región norte y centro América en el formato abierto del concurso World Press Photo 2022.

En entrevista con el taxqueño para Pie de Página, abordamos su pensar y sentir respecto a su trabajo y la forma en que lo realiza. 

-¿Cómo te sientes por haber obtenido el premio World Press Photo 2022, edición regional, en la categoría Formato abierto? 

-Creo que es un aliciente que me hace cargarme de energía. Para mí es bien bonito el hecho de que más allá del trabajo personal, valoro mucho de los World Press Photo, el interés que ponen en los temas que se plantean y eso me alegra mucho porque Guerrero siempre ha sido uno de mis corazones para hablar en torno a cómo entiendo y percibo la vida y que se reconozca un trabajo en torno a las comunidades productoras de la flor, me llena mucho de alegría. 

-¿Qué quieres que se entienda con tu trabajo?, ¿para quién está hecho? 

-Lo que planteo es hacer una reflexión acerca de estos procesos de vida. Este proyecto forma parte de un capítulo de largo aliento en torno a las comunidades resilientes, las familias, personas, comunidades que han sido violentadas y que a través de estos procesos de resistencia han logrado salir adelante. El proceso de trabajo, la intervención que tienen las fotografías está vinculado con la comunidad y su quehacer del día a día. Que a través de estos rasguños o perforaciones que tienen las imágenes, hablen del día a día del trabajo que realizan las comunidades con el cultivo de la flor pero también todos estos procesos de resistencia porque son comunidades que han sido marginadas históricamente por el tiempo y por el humano.

-¿Este trabajo está hecho para ellos? 

-Pues la idea es visibilizar el problema tratando de ser más reflexivos y empáticos para romper con los estigmas que se generan alrededor de los productores de la flor. 

-¿Tu trabajo es para documentar o para denunciar? 

-Creo que mi trabajo es más documental y creo que algo que caracteriza a estos procesos documentales es que siempre hay un corte social y político. Entonces la idea era generar otra forma de reflexión acerca de problemáticas que son más profundas en el contexto del estado de Guerrero y de México. 

-En Guerrero se habla sobre hacer la revolución y la lucha, esto concebido desde un sistema de pensamiento que genere acciones en beneficio de la comunidad. 

-Yo me formé en Oaxaca, en la fototeca en Pachuca, en el centro de la imagen y con todos estos procesos de becas del FONCA de jóvenes creadores y algo que aprendí a lo largo de todo este proceso es que es sumamente valioso el arte como activador social pero entender que la fotografía más allá de términos estéticos puede generar movimientos de conciencias, para mí eso es fundamental poder abrir esos espacios de reflexión en lugares en donde no siempre se dan esas posibilidades. Yo sí creo que el arte y la fotografía son un vehículo de transformación. 

-“No necesitamos que nadie nos cuente, nosotros tenemos la capacidad para contarnos y documentarnos dignamente” es algo que escuché de Lenin (Mosso) al mirar el trabajo que algunos fotógrafos han realizado en Guerrero. 

Creo que lo importante es estar abiertos a estos espacios de diálogo. Es importante que muchos de los procesos históricos sean contados a través de las personas que estén dentro de la comunidad porque son necesarias y abonarían mucho más a cualquier investigación que se haga de algún tema en específico. Pero creo que también hay que estar abiertos a generar un diálogo que permita rebotar estas ideas para entender quiénes somos desde la comunidad pero también desde los otros. En el programa generamos reflexiones y uno puede estar dentro del núcleo, cerca o un poco más alejado y lo importante sería saber qué es lo que reflexionas y lo que abonas. La idea es tratar de generar proyectos que sean propositivos y que se establezca un diálogo con la audiencia pero también con la comunidad. Aunque soy un fotógrafo mexicano y guerrerense el trabajo está hecho desde un punto de vista externo porque estoy fuera de ese núcleo pero la manera en que intento conectarme siempre procuro que sean procesos íntimos y empáticos pero en ese sentido no solo hablo de una experiencia en primera persona. 

Para la gente de Guerrero son muy importantes los sacrificios. Más allá del dejar a la familia, de viajar constantemente y no tener horarios establecidos, qué sacrificios, entendiendo a estos como un tributo u ofrenda, consideras que deberíamos rendir quienes como extranjeros, aunque seamos mexicanos, fotografiamos un pueblo, una comunidad, una familia, un ritual, una historia.

-Creo que es bien necesario generar una conexión con las personas o comunidades con quienes se trabaja y a través de esos procesos de conectarse es como logras posibilitar estas experiencias en la manera como retribuyes y hay distintas formas que pueden ser desde hacer trabajo social o posibilitar algunas otras condiciones. En los rituales es como hacer una manda desde que llegas y puedes tener el acceso y ofreces algo al ritual. 

-El trabajo del fotoperiodista es una actividad individualista, ¿qué pensamientos, acciones, emociones, actividades, consideras que podemos poner en práctica entre el gremio para apostar a la colectividad? 

-Yo no me considero fotoperiodista, estoy más vinculado a los procesos documentales, sobre todo porque los proyectos de investigación los hago más a mediano y largo plazo, a mí me encanta el periodismo y admiro mucho el trabajo pero lo que es complejo es que la estructura diseñada para generar periodismo de investigación es mucho más compleja; creo que no es tan fácil de repente proyectar este tipo de trabajos y lograr financiarlos para que sean proyectados. Hay mucha gente como Mónica González que quiero y admiro mucho y ella ha logrado hilvanar ambas, genera periodismo pero también lo acompaña con procesos de investigación de mediano y largo plazo. 

-¿Cómo se realiza un trabajo que abone a la comunidad y no al extractivismo? 

-Justamente que todo gire en torno al regreso; que se generen diálogos, reflexiones. Quizá que se siembre una semilla y salga algún fotógrafo o una fotógrafa y si no, pero fomentar espacios en donde se reflexione sobre la imagen, pues al final la imagen es pensamiento. He platicado con dos amigos de la montaña (Lenin Mosso y Hubert Matiúwàa) sobre hacer trabajos que recuperen la memoria histórica de las comunidades y que a su vez permitan la reflexión con los niños en la escuela y que ellos elijan usar la palabra o la expresión como un medio de expresión o de denuncia. Creo que al final siempre es importante pedir permiso antes de hacer el trabajo  y ser claros respectó a cuáles son las intenciones del trabajo y por qué se está haciendo y si se puede hacer una retribución que genere un beneficio para la comunidad eso sería idóneo. Ya que uno tiene los permisos, se genera un mayor compromiso, hay un posicionamiento ético de cómo se muestran las cosas, sobre todo ser coherentes con lo que se plantea cuando se otorgan esos permisos. 

-¿En qué piensas o reflexionas cuándo escuchas la relación de la palabra violencia con Guerrero?

-Es algo que me preocupa mucho, he vivido toda la vida en el estado y he visto cómo ha cambiado, por eso elijo temas que nos mueven, nos tocan y que han cambiado algo en nosotros. Para mí es importante seguir reflexionando sobre estos temas que nos han cambiado las dinámicas de vida. Más allá de todas estas problemáticas también es importante mostrar la resistencia, las posibilidades que aún tenemos, mostrar también lo bueno que tiene el estado. 

-Hablando de la memoria. ¿Cómo te gustaría ser recordado en Guerrero?

Creo que como una persona que intentó trabajar en cosas que importan y nada más. 

-¿Y en el mundo?

Algo que he hablado con un amigo reflexionando sobre espacios educativos y formativos, algo que me interesa mucho es seguir tratando de caminar y abrir nuevos espacios, posibilitar cosas para las generaciones que vienen atrás de nosotros. Siempre digo que no hay que olvidar que estando parados sobre los hombros de nuestros abuelos, mucha gente ya trabajo para que estemos en este punto y la idea es seguir moviendo la rueda para que sigan habiendo posibilidades y generar un mundo que sea más diverso e inclusivo.  

-Pensando en que las imágenes fueran semillas, ¿que veríamos en tu parcela, maíz o amapola? ¿Por qué?

-Ambas. Somos luz y oscuridad. Lo que me gusta de mi país es que tiene muchos contrastes y que confirman lo que somos como pueblo como nación. No todo puede ser de un color o de un sabor, porque sería como negar que somos seres humanos. 

-¿Qué rasguños, cicatrices, te quedan del trabajo documental fotográfico que realizas?  

-Estaba hablando hace poco con Hubert Matiúwàa (poeta Mè’phàà de la montaña de Guerrero) y me mandó un video que hizo en torno a la piel y a las cicatrices. Se me hizo muy poderoso y bonito que el aprendizaje deja una cicatriz para la cultura Mè’phàà, entonces todo lo que aprendemos nos marca en la vida y son como estos surcos que tenemos en la mano que nos hablan de nuestra experiencia de vida. 

Me gusta mucho leer el trabajo de poetas originarios. El prólogo del primer libro que hice lo escribió un amigo muy querido, Isaac Carrillo Can, en La casa que sangra hay poemas de Hubert mezclados con testimonios de madres y en este último trabajo leí mucho la poesía de Hubert y el trabajo de una poeta de Zitlala y eso me ayudó con la inspiración pero también para platicar con la gente. Intenté que cada foto reflejara una vida y el proceso de cada familia. 

-¿Qué es lo primero que piensa el ganador del World Press Photo de las siguientes palabras? 

Guerrero – vida

Mezcal – fiesta 

Rojo – sangre

Jaguar – guardián 

Cerro – estrella 

Corazón – pueblo 

Ritual – unión 

Sacrificio – fundamental 

Memoria – historia

Montaña – sueño

Minas – Taxco 

Fuego – familia 

Tierra – pertenecía 

Salsa – picosa 

Baile- amor 

Tiempo – nos falta 

Libros – memoria

Poesía – palabra del arte 

Arte – transformador de conciencia 

Nunca me ha gustado que las historias felices se acaben por eso las preservo con mi cámara, y las historias dolorosas las registro para buscarles una respuesta.