Las primeras funcionarias mujeres electas en la historia de Comachuén dejaron el cargo tras una nueva votación. La comunidad que hace dos años las había respaldado ahora les daba la espalda. «El machismo nunca se fue de Comachuén», dijo una de las concejalas destituidas
Texto y fotos: Cristian Rodríguez Pinto
COMACHUÉN, MICHOACÁN.- La carretera se endereza por una boscosa ladera de la meseta purépecha. A los costados aparecen plantíos de papa, maíz y retenes de la Policía Michoacana. Cada uno con 20 policías listos para una batalla campal: casco, escudo, pistolas de goma y armas largas. En medio del caserío, un arco azul de madera da la bienvenida a Comachuén.
Es un día histórico para las 5 mil personas que habitan esta comunidad. Por orden del Tribunal Electoral de Michoacán, el domingo 23 de febrero el Instituto Electoral estatal convocó a una asamblea para que comuneras y comuneros voten entre dos opciones: dejar que el actual Concejo de Gobierno Comunal de Comachuén concluya su periodo de 3 años, que inició en 2018, o disolverlo y elegir uno nuevo.
Comachuén, poblado del municipio de Nahuatzen, ha tratado de seguir el ejemplo del vecino Cherán – ubicado a 16 kilómetros de distancia-, cuya administración pública se rige mediante un Concejo Mayor de Gobierno Comunal y la seguridad de la población está a cargo de la ronda comunal: personas elegidas por ser de plena confianza, quienes también resguardan su bosque.
Desde el 21 de agosto de 2018, cuando el Tribunal Electoral michoacano reconoció el derecho de Comachuén a autogobernarse y administrar sus recursos públicos fuera del sistema de partidos políticos, en cada una de las 7 calles del pueblo los vecinos eligieron a una persona para que les representara en el Concejo de Gobierno Comunal.
“Yo iba pasando por mi calle cuando de repente un grupo de mujeres que estaban en una casa me vio y me dijeron ‘ven, queremos que tú seas nuestra representante’. Lo único que me quedó pues fue entrarle y tratar de hacerlo lo mejor posible”, dice María Eugenia Gabriel Ruíz, integrante del Concejo.
Además de erradicar a los partidos políticos, por primera vez en la historia de Comachuén las mujeres fueron elegidas para un cargo público: Lourdes Cruz Ramos se encargaría de las finanzas, Rosa Ramos Vega se encargaría de bienestar y atención a la infancia y la familia y María Eugenia Gabriel Ruiz de presidir el Concejo.
El autogobierno de Comachuén, materializado en su Concejo de Gobierno Comunal, inició con un hallazgo administrativo: la recepción de 17 millones de pesos de presupuesto.
“Los jefes de tenencia en ese tiempo eran los que hacían las reuniones para decir qué obra se iba a llevar a cabo y decían que el presupuesto era de 3 millones, 4 millones o así. Pero cuando iniciamos a recibir más información de los presupuestos sí nos dimos cuenta de que era más de lo que se informaba”, dice en entrevista Gabriel Ruíz.
El precedente de Cherán se convirtió en un ejemplo que incentivó que varias comunidades históricamente marginadas, incluso algunas que no son municipios, demanden recibir su presupuesto de manera directa, explica en entrevista el investigador de El Colegio de Michoacán, Salvador Maldonado.
“En el municipio de Nahuatzen, comunidades como Arantepacua, Sevina y Comachuén están en estas pugnas para que se les asignen los presupuestos. Sin embargo, también hay personas afines a los partidos políticos que están trabajando para cuestionar la representación comunitaria”, dijo.
Después de Uruapan, Paracho y Cherán, con 12 mil habitantes, el municipio de Nahuatzen es el cuarto más poblado de la región de la meseta purépecha. Sin embargo, el 40% de los 112 millones de pesos que el municipio tenía presupuestados en 2019 tuvo que reasignarlos directamente a las comunidades a las que el Tribunal Electoral de Michoacán reconoce su autogobierno: Arantepacua, Sevina y Comachuén. A esta última le correspondían 15 millones de pesos, pero no llegaron a tiempo.
En febrero de 2019, en una reunión en la Secretaría de Finanzas de Michoacán, el alcalde de Nahuatzen, David Otlica Avilés, de la alianza PRD-Verde, le anunció al Concejo de Comachuén que no le asignaría los recursos de 2019 debido a que no comprobaron las inversiones en obra pública del 2018. El Concejo contestó que no habían recibido la capacitación por parte del municipio para justificar las inversiones que hicieron en la renovación del drenaje de dos calles principales.
Otlica Avilés fue encontrado sin vida en el municipio de Coeneo en abril de 2019. Fue sustituido por Mayra Lucía Morales. En junio de ese año el Tribunal Electoral michoacano identificó discrepancias entre los montos que la Secretaría de Finanzas y Administración calculó para Comachuén y los que el ayuntamiento finalmente entregó en marzo y abril.
El punto más crítico de la relación entre el ayuntamiento de Nahuatzen y el Concejo de Comachuén se vivió la madrugada del 14 de enero de 2020, cuando a la salida de una tensa reunión con la presidenta municipal, la policía municipal disparó al aire y los concejales salieron corriendo.
Pero la asfixia presupuestal no ha sido el único frente abierto para el Concejo de Gobierno Comunal de Comachuén.
El 25 de noviembre de 2019, los concejales de Comachuén tomaron las intalaciones de la delegación del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas en Morelia para exigir la destitución del delegado Celerino Felipe Cruz, originario de Comachuén y quien, los concejales denuncian, operó para poner a los jóvenes del pueblo contra el Concejo.
Además, resultado de un juicio ciudadano promovido por jefes, jueces y representantes de bienes comunales, quienes alegaron no haber sido incluidos en el Concejo de Gobierno Comunal de Comachuén, el 20 de diciembre de 2019, el Tribunal Electoral del Estado de Michoacán ordenó al Instituto Electoral que convocara a una asamblea en la que la comunidad eligiera el futuro del Concejo.
La asamblea convocada por el Instituto no fue bien vista por los 7 integrantes del Concejo. Para María Eugenia el Tribunal le dio más peso a los alegatos interpuestos por 8 personas relacionadas con los partidos políticos que a la asamblea de 2018 en la que la comunidad eligió a sus nuevos representantes.
Dos semanas después, el 1 de enero de 2020, una camioneta con hombres se emparejó al paso de María Gabriel Ruiz. De la camioneta asomó una mano con una pistola que apuntó a la concejal. “Ya déjate del Concejo”, amenazaron.
Aún con las condiciones adversas, el primer Concejo de Gobierno Comunal de Comachuén confiaba en que su trabajo fuera reconocido por la mayoría de la comunidad y no se le diera cabida a las personas relacionadas con el PRD, PRI o Morena, mismas que iniciaron el juicio para derrocarles.
La comunidad tendría la palabra.
La mañana del domingo 23 de febrero, nueve vehículos del Instituto Electoral de Michoacán salieron en caravana desde Morelia custodiadas por veinte camionetas de la Policía Michoacana.
Al llegar a Comachuén, unos 200 policías antimotines marcaron un perímetro en la plaza del pueblo, en el que luego los funcionarios del Instituto instalaron mesas de registro.
La presidenta del Instituto, Araceli Gutiérrez Cortés, sostuvo una reunión con el Concejo de Gobierno Comunal y los 8 promotores del juicio ciudadano, en la que se estableció que podrían participar en la asamblea y votar comuneros que aportan dinero para las fiestas, sus esposas. Sin embargo, también se incluyó a decenas de jóvenes -algunos alcoholizados- en representación de comuneros que viven en Estados Unidos. Con esto último el Concejo manifestó su desacuerdo, porque abría la posibilidad de voto a cualquier persona que argumentara tener un familiar en el norte.
Una vez registradas las personas participantes de la asamblea en una cancha de basquetbol techada, a las 16:52 horas, cada uno de los 7 concejales tuvo 10 minutos para defender su trabajo y argumentar por qué debía de seguir el Concejo. Más o menos 80% del discurso fue en purépecha.
“10 minutos no son suficientes para explicar todo lo que hemos tenido que enfrentar y todo lo que hemos hecho”, afirmó María Gabriel Ruiz, quien explicó que, pese a la asfixia presupuestal, el Concejo construyó un puente, un laboratorio de química en el bachillerato, un aljibe y un techo en un salón de la secundaria.
“Nos tienen aquí por tomar las instalaciones del INPI. Eso es lo que los tiene molestos”.
En su participación, Lourdes Cruz Ramos advirtió a la asamblea que si se destituía al actual Concejo de Comachuén se dejaría un precedente y que cada que alguien poderoso se lo propusiera, podría derrocar a las y los integrantes del Concejo elegidos.
Durante la participación de los concejales, gran parte de las más de mil personas que conformaban la asamblea aplaudían y coreaban para manifestar su apoyo. Sin embargo, durante los próximos 30 minutos que se abrió el micrófono a la participación de cualquier persona, el Concejo también recibió rechiflas.
El primero en tomar la palabra fue Salvador Sebastián Santiago, uno de los promotores del juicio ciudadano, quien afirmó que los 7 integrantes del Concejo “nunca fueron avalados por asamblea, como estamos aquí”. También habló Martín Vargas Nicolás, otro promovente del juicio, quien reprochó que en la página de transparencia del ayuntamiento de Comachuén no se podía ver la nómina de los concejales de Comachuén.
Otras cuatro personas hablaron en purépecha, lo que generó varios aplausos, gritos y abucheos.
La oscuridad y el frío se colaron en la asamblea de Comachuén. Mientras los policías estatales que rodeaban la asamblea se habían quitado sus cascos y se sentaron a fumar y comer pozole, cientos de hombres y mujeres purépechas estaban atentos al desarrollo de la asamblea, de pie, ataviados con sombreros o protegidos del frío con rebosos.
A las 19 horas inició el acto estelar de la asamblea. El instituto colocó una cinta amarilla con la leyenda “Peligro” que partió la cancha en dos: de un lado debían colocarse quienes estaban a favor de la continuidad del actual Concejo Comunal y del otro lado quienes optaban por destituirlo y nombrar otro.
La gente comenzó a moverse como marea en altamar, pasando por debajo de la cinta de un lado a otro. Mientras quienes estaban a favor del Concejo formaban unas filas ordenadas, quienes estaban en contra se amontonaban para no salirse del perímetro de la cancha de basquetbol.
Funcionarios del Instituto Electoral comenzaron a contar, una por una, a las personas de cada bando. Al cabo de 20 minutos, las cifras oficiales confirmaron el pasmo que reflejaba la cara de María Eugenia, Rosa y Lourdes: 457 votos a favor de la continuidad del Consejo, 847 a favor de destituirlo.
El tiempo se detuvo para las primeras funcionarias mujeres electas en la historia de Comachuén. Después de enfrentar burlas, amenazas y omisiones de parte de contrincantes, funcionarios e instituciones mismas, la comunidad que hace dos años las había respaldado ahora les daba la espalda.
Segundos después de conocer el conteo oficial, en medio del estridente grito de la masa excitada, un hombre alcoholizado subió las gradas para acercarse a las tres concejales. Su mensaje verbal, aparentemente agresivo, no llegó, debido a que tras de él subió un niño y lo jaló de la mano para que bajara.
Abajo, otro hombre lo increpó por su actitud hacia las concejalas y, de repente, empezaron a volar golpes entre ellos dos. Al encontrarse muy cerca, funcionarias del Instituto Electoral comenzaron a correr del miedo.
Al llamado de un funcionario del Instituto, unos 20 policías se levantaron de su descanso, se pusieron su casco y empuñando su escudo llegaron a la cancha, donde retuvieron al sujeto violento y armaron un escudo que protegía al estrado.
El tiempo del Concejo de Gobierno Comunal de Comachuén presidido por una mujer terminó en ese momento y la asamblea comenzó a elegir, mediante filas, a dos representantes por cada una de las 7 calles para integrar un nuevo Concejo.
Una anciana se acerca a María Eugenia y en purépecha le dice una queja. La presidenta del concejo ahora destituida le responde “si usted ve que eso esta mal, vaya y dígaselo a la asamblea de su calle, no se deje”.
Luego de 1 hora de discusiones, entre las filas, parados en sillas, comienzan a alzarse hombres y mujeres elegidos por sus calles. Entre ellos hay varios, principalmente hombres, a quienes María identifica como cercanos al PRD, a Morena y al INPI.
“Se quiere hacer ver que las comunidades purépechas somos muy solidarias, pero no siempre es así. Tal vez, aunque eligieron a un concejo integrado por mujeres, el machismo nunca se fue de Comachuén. Aunque estos sean gobiernos de usos y costumbres, los intereses personales, el egoísmo, se volvió a imponer en Comachuén”, concluyó María, quien dio un paso atrás y salió de la asamblea en fila junto con sus dos compañeras concejalas destituidas.
Reportero del sur de Jalisco. Zapotlán el Grande, Jalisco
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