La Cumbre sobre la Acción Climática inicia este lunes en Nueva York. Pero las protestas para exigir que los jefes de Estado frenen la devastación ambiental iniciaron desde el pasado viernes con demandas hacia el sector empresarial y, en México, al gobierno de López Obrador para que cancele el Tren Maya y la Refinería Dos Bocas
Texto y fotos: Efraín Tzuc
CIUDAD DE MÉXICO.- Un grupo de adolescentes vestidos de negro con paliacates amarillos rompen la colorida manifestación que respondió a la convocatoria de la joven activista sueca Greta Thunberg.
Este viernes 20 de septiembre, buscan presionar a los líderes del mundo reunidos en la Cumbre sobre la Acción Climática de la ONU a comprometerse con medidas concretas contra el cambio climático.
Son estudiantes de primero a sexto semestres de la escuela preparatoria popular Mártires del 68 unidos a las acciones globales que finalizarán el próximo 27 de septiembre.
A Rebeca, una estudiante de 16 años de La Fresno, como es conocida también esta escuela, le preocupa especialmente que las acciones que se tomen no reviertan el daño que en cientos de años la humanidad le ha hecho al planeta.
Rebeca exigió poner los ojos en el sector empresarial del mundo y otros jóvenes de varios contingentes gritaban consignas en contra de la minería y el fracking y, en general, en contra del capitalismo.
Un estudio publicado en 2017 por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) advirtió que la tercera parte de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en México podrían atribuirse al sector privado y que esta tendencia, si no se toman medidas adecuadas, podría alcanzar el 40% para el 2020.
La marcha también fue un punto de encuentro generacional y político. Con megáfono en mano, mujeres artivistas del colectivo anarquista de “resistencia queer” realizaron el performance “trapitos al sol”, en el que colocaban cadáveres de canarios de colores que recogieron de la basura de tiendas de mascotas en la Ciudad de México.
Una de las integrantes del colectivo explicó la acción: “nosotros como anarquistas luchamos por una vida digna y la máxima libertad posible, y antiespecistas, esto quiere decir que no solo los seres humanos deben gozar de dignidad y libertad sino también cualquier ser vivo y por ello nos interesan estas luchas”.
A Alejandro, otro estudiante de la Fresno que llevaba decenas de botellas de plástico sobre sí, le preocupa principalmente que este material está rodeando a todo el mundo y está acabando con los mares, y que los animales se están extinguiendo. Como Rebeca, Alejandro también tiene 16 años y cursa el primer semestre.
La Plataforma intergubernamental científico-normativa sobre diversidad biológica y servicios de los ecosistemas (IPBES, por sus siglas en inglés) publicó este año un informe aprobado por los representantes de los gobiernos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en el que estima que un incremento del 2°C provocará que el 5% de las especies del mundo se encuentren en peligro de extinción debido al cambio de temperatura.
Si la temperatura aumentara 4.3% grados más, advierte el estudio, el 16% de las especies estarían en riesgo.
“México se encuentra entre los 13 mayores productores de emisiones contaminantes del mundo”, se lee en el comunicado que las y los activistas hicieron público la tarde del viernes.
En el mismo documento el grupo organizador exigió al gobierno mexicano que cumpla con sus promesas conforme al Acuerdo de París, en el que la mayoría de los países del mundo -sin contar al máximo productor de emisiones contaminantes, Estado Unidos- se comprometieron a atender la crisis ambiental a partir de medidas concretas.
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), órgano de las ONU encargado de analizar el conocimiento científico sobre cambio climático y sus impactos, publicó este año un informe en el que advierte que la única forma de mantener el calentamiento global muy por debajo de los 2°C es reduciendo las emisiones de GEI en todos los sectores.
Este panel de especialistas llamó a los gobiernos de mundo realizar cambios radicales para atender la emergencia climática.
El año pasado, sin embargo, el gobierno mexicano reconoció que las emisiones directas de GEI no han disminuido.
En la Sexta Comunicación Nacional ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, nuestro país reportó que fue responsable de lanzar a la atmósfera 700 millones de toneladas de CO2 -sin contar las absorciones de los gases-, principalmente provenientes de autotransporte, la generación de energía eléctrica y la ganadería.
Durante la manifestación y en el mensaje final, Fridays For Future México también exigió al gobierno federal que cancele dos de los proyectos anunciados para este sexenio: el Tren Maya y la Refinería Dos Bocas. Estas acciones, dijeron, contribuyen al cambio climático.
Organizaciones expertas en derechos ambientales y de los pueblos indígenas como Greenpeace, el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA) y grupos de productores mayas han alertado sobre posibles irregularidades y violaciones a acuerdos internacionales de realizarse los megaproyectos sin los estudios de impacto ambiental y las consultas a los pueblos indígenas que marca la ley.
Desde 2006 en México se han registrado más de 850 conflictos socioambientales debido a 304 proyectos mineros, de hidrocarburos, eólicos e hidroeléctricos, afirma un estudio dado a conocer el pasado mes de febrero. Pero el riesgo que enfrentan quienes defienden su tierra y territorio no son solo los conflictos: un reportaje de la periodista Laura Castellanos mostró que en la última década han ocurrido 125 crímenes contra estos defensores y defensoras, la mayoría indígenas; en 108 casos se trató de un asesinato.
En la marcha hubo carteles de Samir Flores, líder de la resistencia a la construcción de la termoeléctrica de Huexca, como parte del Proyecto Integral Morelos (PIM) que fue asesinado el 20 de febrero de este año. Algunos asistentes también portaron la imagen de otro defensor medioambiental asesinado, Isidro Baldenegro, indígena rarámuri reconocido en 2005 con el prestigioso premio Goldman por su lucha contra la tala ilegal en la sierra de Chihuahua.
Alejandro, el estudiante de La Fresno que llevaba el disfraz con botellas de plástico, decía que la responsabilidad para enfrentar la emergencia climática era de todo el mundo. “No solo el gobierno ni personas en específico. Todo el mundo tendría que ponerse con la iniciativa”, comentó.
La plataforma mexicana de Fridays For Future hizo suya la exigencia de un planeta digno y sano para ellos, ellas y las generaciones siguientes.
Sus demandas no sólo ponen en discusión el papel de las empresas privadas y el gobierno para frenar el cambio climático, también la necesidad de “justicia ambiental y equidad climática” y un enfoque de derechos humanos para la necesaria transición de energías fósiles a energías renovables.
Como decía una manta de estudiantes de las principales universidades de la capital: “El capitalismo verde también es muerte”.
La Cumbre sobre la Acción Climática se empezará este lunes 23 de septiembre en Nueva York, donde ya se encuentra la figura pública emblemática del movimiento Fridays For Future a nivel global, Greta Thunberg.
La interrogante sigue en aire: ¿podrán los niños, niñas y jóvenes del mundo presionar lo suficiente a los jefes de Estado para que tomen acciones radicales que detengan esta emergencia climática?
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