29 agosto, 2020
El lunes 24 inició en todo México un nuevo ciclo escolar, y debido al confinamiento por la pandemia de codi-19, nuevamente se utilizarán las plataformas y herramientas virtuales para impartir clases al nivel básico educativo. Esto conlleva riesgos para la salud mental de niños y adolescentes.
Texto: Axel Espinosa/LadoB
@axelbeto
Puebla.- Si bien muchos alumnos de nivel básico (entre 6 y 15 años) ya experimentaron el sistema de educación virtual, los alumnos podrán enfrentarse con trastornos y emociones negativas (estrés, miedo y ansiedad) ante el nuevo ciclo escolar en la misma modalidad. Así lo advierte la docente e investigadora de la Facultad de Psicología de la BUAP, Isabel Stange Espínola, en entrevista para Lado B.
“Inicialmente los estudiantes presentarán temor por cómo tomar las clases, cómo se impartirán, y cuestionarán si son suficientemente productivos académicamente. También, a nivel emocional, se sentirán tristes, estarán desarrollando o aumentando sus niveles de ansiedad, se sentirán irritables, presentarán altos niveles de estrés y […] desarrollarán una sensación de estar solos, a pesar de estar acompañados por la familia”.
Estos cuadros emocionales se pueden deber a que las interacciones sociales de los estudiantes fueron interrumpidas. Además, pueden agobiarse y sentir frustración por un modelo de enseñanza a distancia que, a pesar de que ya lo experimentaron, no termina de ser conocido, señala la doctora Isabel Stange.
No obstante, de acuerdo con la docente de la BUAP, estos problemas se pueden revertir si los alumnos generan un autocontrol emocional, con la ayuda de padres de familia y maestros. Ellos serán un factor importante para mejorar la salud mental de los estudiantes.
“Este ciclo escolar puede ser caótico nuevamente para los estudiantes […] sin embargo, todos los involucrados, como son los maestros, padres de familia y los mismos alumnos, pueden contribuir a que las clases sean lo más beneficiosas y productivas posible […] Una buena calidad de enseñanza se verá reflejada en el bienestar emocional de los alumnos”.
La doctora en Psicología considera que la generación del aprendizaje virtual tiene aspectos positivos y negativos. Por ejemplo, un aspecto positivo del sistema virtual de enseñanza “Aprende en casa II”, es que la educación puede llegar a un gran número de personas, independientemente de la distancia, siempre y cuando se tengan las herramientas tecnológicas (computadora, tableta, televisión) necesarias.
Pero un aspecto particularmente negativo de la educación a distancia, tanto pública como privada, es que este sistema puede generar problemas emocionales. Los alumnos se convierten en un grupo vulnerable e inestable, pues los maestros ponen mucha atención en cómo generar un mecanismo o proceso idóneo en la impartición de conocimientos de forma virtual, dejando a un lado un aspecto básico de la enseñanza: la interacción cara a cara, en donde se genera un modelo de comunicación circular entre el maestro y alumno, una retroalimentación con el grupo.
“La interacción personal entre maestros y el grupo es un aspecto básico que se pierde con las clases en línea y que se seguirá perdiendo entre cada clase […] Es importante puntualizar que la nula interacción humana con este sistema de enseñanza también es factor para que los alumnos generen problemas emocionales, e incluso educativos, pues en las aulas se generaba una conexión y conocimiento grupal”, comentó la docente de la BUAP.
En este sentido, los problemas emocionales que genera la poca interacción personal comienzan cuando los estudiantes recuerdan con mucho cariño los vínculos sociales que generaban en la escuela a la hora del recreo, por ejemplo. Pues en esos momentos solían realizar actividades recreativas en grupo.
Ahora, el nuevo sistema virtual, donde no existe este tiempo recreativo y solo hay alumnos aislados en un cuarto y hablándole en todo momento a una pantalla de computadora o celular, provoca una carga emocional muy pesada y negativa.
“Generalmente ellos [los estudiantes] realizarán la comparativa de su antiguo sistema de clases presencial y actual –en línea– e iniciarán con el temor de ser sobrepasados por las exigencias académicas; sensación de angustia que se ha magnificado con el pensamiento de que esta situación permanecerá por siempre y que todo lo que conocieron antes de la pandemia nunca regresará. [Así] se generarán deseos de llorar sin causa aparente, e inclusive aumentará el temor –que vivimos todos– a enfermarnos [de covid-19]”.
Por ello, la doctora menciona que el apoyo de maestros será muy importante para procurar que los niños tengan una buena salud mental y un buen desempeño escolar. Recomienda a todos los profesores ser más humanizados con sus alumnos, y manejarse con cautela ante ellos, teniendo en cuenta los problemas o trastornos que tienen o puedan generar durante la impartición de clases, pues esto ayudará a generar un ambiente bondadoso y calmado.
“Recomendaría a los profesores que las actividades que pongan a sus alumnos sean estructuradas y planteadas correctamente, teniendo consideración en todo momento de ellos [los alumnos], para que así no perciban las clases de forma abrumadora o pesada”.
De igual forma, para una mejor dinámica y atención dentro de las aulas virtuales, la Doctora enfatiza que la enseñanza debería ser lo más lúdica posible, e inclusive entretenida, pues combinando una enseñanza de calidad de los maestros, con la motivación que se les brinde y lo interesante que pueda ser la clase, se obtendrán mejores resultados académicos.
Asimismo, el impartir temas de interés (en medida de lo posible), ayudará a generar una mayor interacción grupal virtual. Es decir, a crear relaciones, aún en la distancia, puede contrarrestarse la soledad que puedan sentir.
Por otro lado, debido a las características emocionales de los alumnos que cursan la educación básica, así como el nivel de aprendizaje y la forma de interactuar, dice la doctora, este es el sector donde los padres aún juegan un rol muy importante para cuidar la salud mental de sus hijos, gracias al apego que existe con el núcleo familiar.
Por ello, para estos alumnos la motivación de parte de padres de familia, será muy importante, pues hará que se sientan protegidos y cuidados.
“A este sector le es más difícil la enseñanza desde casa y aún más si están solos. Sabemos bien que los padres de familia tienen responsabilidades en el trabajo y en el hogar, y que dichas actividades demandan mucho tiempo y esfuerzo, pero es importante que se les brinde atención, tiempo y apoyo, y no dejarlos a la deriva, especialmente durante las clases”.
Asimismo, para contrarrestar los malestares emocionales o trastornos psicológicos a causa de esta dinámica en línea, la Doctora Stange considera que es importante que los padres realicen acciones inmediatas de intervención. Como ayudar a los niños a generar un autocuidado, una herramienta clave para establecer y mantener una buena salud mental, esto es, apoyarlos para generar actitudes que los ayuden a tener un bienestar personal.
“Los niños y jóvenes deben de tener ejercicios de reflexión, deben de conocerse ellos mismos […] Con el autocuidado pueden evaluar cómo se sienten en varios ámbitos: si presentan algún malestar físico; si sus emociones son negativas o pesimistas; si algo les causa conflicto, e incluso pueden analizar su estado espiritual y conductual”.
Esto se puede realizar midiendo su estado de ánimo, ya sea bueno o malo, con un ejercicio de escala numérica, para así determinar parámetros y niveles de alerta, con el fin de evaluar si es necesario recurrir a un psicólogo, agrega la Doctora.
Sin embargo, Stange señala que, aunque el generar un autocuidado es la herramienta más importante para un bienestar emocional, es importante enseñarle a los niños que, pedir ayuda a familia y amigos, siempre fortalece su salud mental.
“Necesitamos aprender a pedir ayuda, y esta pandemia nos va a enseñar a desarrollar esa característica […] Todo lo que hacemos no lo podemos hacer solos […] en ocasiones podemos sentirnos mal y necesitamos decirlo, comunicarlo y tomarnos un respiro, pues de otra manera caeremos en un desgaste ya sea laboral, social o académico”.
Además de que el lunes 24 de agosto estudiantes de educación básica reanudaron actividades, también lo hicieron alumnos de educación media-superior. En este último sector, ya durante el ciclo escolar anterior se registraron problemas emocionales (sobre todo estrés y ansiedad), al igual que en alumnos más pequeños.
Sin embargo, en cuanto a los alumnos de preparatoria y universidad, la Doctora Stange señala que el desempeño de estos dependerá de la motivación que las personas en su círculo social les brinden. Esto es, a diferencia de los alumnos de educación básica, el apoyo ya no recaerá particularmente en su familia, sino en amigos, parejas, personas cercanas –sin tener necesariamente un vínculo sanguíneo–, debido al grado de madurez y dependencia que puedan desarrollar.
“En el caso de estos alumnos será muy común que se sientan solos a pesar de estar acompañados por la familia […] En ellos [además] se presentarán problemas sentimentales por el alejamiento de la pareja (en caso de tener una) […] Aquí [importará] más el aliento y motivación de su círculo social para sobrellevar sus desequilibrios emocionales”.
Sin embargo, a pesar de las dificultades que este sistema de educación en línea pueda provocar, para la Doctora, también ayudará a los alumnos a desarrollar interés e independencia para investigar temas más allá de lo enseñado en clase; ayudará a aumentar su capacidad para resolver problemas.
“La normalidad será nueva, las acciones que realizamos consciente e inconscientemente antes de la pandemia quedarán atrás, y se generarán nuevas normas y acciones en la sociedad, inclusive en los modelos de enseñanza, por lo que tenemos que tener en mente y reflexionar la situación de la pandemia; adaptarse y vivir con ella”.
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