21 febrero, 2024
La audiencia para definir si Julian Assange será extraditado a Estados Unidos concluyó sin una resolución del Tribunal Superior de Londres. En ciudades de todo el mundo hubo manifestaciones para exigir la liberación del fundador de Wikileaks y en redes se viralizó el hashtag #FreeAssange. Pero la libertad de prensa en el mundo está en vilo
Texto: José Ignacio De Alba
Fotos: Duilio Rodríguez
CIUDAD DE MÉXICO. – La audiencia que debía determinar si el fundador de WikiLeaks sería extraditado a Estados Unidos terminó este miércoles en el Tribunal Superior de Londres sin una decisión. «Nos reservaremos nuestra decisión», declaró la jueza Dame Victoria Sharpe, al argumentar la complejidad jurídica y la sensibilidad política del caso. Aunque no se definió una fecha para dar la resolución, el plazo del tribunal vencería el 4 de marzo.
Estados Unidos acusa al periodista australiano por 18 delitos de espionaje e intrusión informática, por las revelaciones que hizo Wikileaks al filtrar miles de cables del gobierno estadunidense, entre los que destaca información sobre crímenes de guerra cometidos por ese país en Irak, Afganistán y Guantánamo.
Assange permanece en Reino Unido desde diciembre de 2010. Y desde mayo de 2019 está detenido en una prisión de alta seguridad, en condiciones de total aislamiento. En caso de ser extraditado, podría ser condenado a 175 años en prisión con la aplicación, por primera vez contra un periodista, de una arcaica ley de espionaje vigente desde 2017. Incluso, podría implicar la pena de muerte, según reconoció el representante del gobierno de Estados Unidos en la audiencia.
Esto contraviene la convención europea de Derechos Humanos y las garantías diplomáticas que Reino unido le dio al gobierno de Ecuador. «Reino Unido no puede entregar a una persona que puede enfrentar eventualmente una pena de muerte», explicó Aitor Martínez, uno de los abogados de Assange, en el programa La Base de Canal Red.
En entrevista, la periodista en asuntos internacionales, Alina Duarte, destaca que se trata de la violación contra la libertad más grave que hay en el actualidad.
-¿Hay posibilidad de un juicio justo para Julian Assange?
-Contra Assange no hay una persecución jurídica, hay una persecución política. Entonces creo que asumir que puede haber un caso justo cuando la injusticia se hizo caso, pues nos hace ilusos.
Para Duarte el caso del activista es una de las de las mayores injusticias en contra de la libertad de expresión que existen a escala global. Porque el trabajo de Assange fue mostrar pruebas sustanciales de sobre crímenes cometidos por el gobierno de Estados Unidos.
La periodista remarca que nadie ha sido juzgado por la Ley de Espionaje que Estados Unidos quiere aplicarle a Assange.
-En los 12 años de persecución contra Assange han intervenido Suecia, Inglaterra y Estados Unidos ¿Qué representa el activista para occidente?
– Pues representa varias cosas. Primero, es un castigo ejemplar de Estados Unidos. Lo que pretende es mandar un mensaje para cualquier periodista en cualquier latitud del mundo que trate de desmantelar ese cinismo estadounidense.
Duarte relata que también la Unión Europea está exhibida por su silencio, porque mientras promueven discursos sobre la libertad de expresión y los derechos humanos, son capaces de colaborar en una persecución en contra de un periodista.
-¿Cómo se liga este caso, el de Julian Assange, con nuestra labor como periodistas en América Latina?
– Yo creo que este caso debería indignar a cualquier periodista, pero también incluso a cualquier ciudadano, porque un ciudadano australiano esta siendo perseguido por leyes estadounidenses en territorio del Reino Unido y está siendo perseguido por espionaje. Cuando todos sabemos que Wikileaks podemos nos ha abierto los ojos de múltiples formas.
La periodista explica que sobre el caso se está aplicando un doble rasero, porque se perisigue a Julian Assange por publicación de documentos, pero no se persigue a los medios que la retmoaron, como el The New York Times, The Guardian, le Monde o hasta La Jornada, en México.
-La paradoja es que los crímenes que denunció Assange a través de Wikileaks están impunes, ¿no?
– No hay investigaciones abiertas en contra del ejército de Estados Unidos, que fue el principal violentador de los derechos humanos y de la vida de civiles, de periodistas. Los casos son escandalosos porque seguramente estas violaciones se cometieron por órdenes de la Secretaría de Defensa del Departamento de Estado.
Duarte expone que si el gobierno de Estados Unidos estuviera realmente preocupado por los derechos humanos, estarían preocupados por la salud de Assange. Que ha estado bajo acoso e, incluso, en condiciones de tortura. Como lo han denunciado organizaciones y la propia familia del activista.
La defensa del Gobierno estadounidense argumentó a favor de la extradición de Assange, señalando que las acciones de WikiLeaks van más allá del periodismo convencional, ya que no se omitieron nombres en los archivos clasificados publicados en 2010.
También, intentó desacreditar las afirmaciones de la defensa sobre un supuesto complot de la CIA para entregar y eliminar a Assange durante la administración Trump. La abogada estadounidense Clare Dobbin señaló que los artículos periodísticos no constituyen una prueba testimonial.
En cuanto al argumento de que la vida de Assange estaría en peligro si fuera extraditado, el abogado principal del gobierno estadounidense, James Lewis, argumentó que no existen pruebas que sugieran un riesgo real de pena de muerte para Assange.
Sin embargo, cuando se le preguntó si había algún impedimento para presentar cargos de complicidad en traición, Lewis admitió que no había nada que lo impidiera y que, en principio, esos cargos podrían conllevar la pena de muerte. No obstante, Lewis afirmó que aplicar la pena de muerte a Assange sería contrario al espíritu de las garantías ofrecidas por Estados Unidos.
Por su parte, el abogado defensor Mark Summers, representante de Assange, aseguró que las «garantías» eran absurdas.
En diversas partes del mundo se llevaron a cabo manifestaciones en las embajadas de Inglaterra. En Ciudad de México, Madrid, Berlín, Roma, entre otras. Congregaron miles de personas para pedir la liberación de Assange.
Incluso, afuera de los tribunales de Londres, una multitud de personas se manifestó mientras se llevó a cabo la audiencia.
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