23 febrero, 2020
En una nutrida Asamblea Nacional realizada en Amilcingo, Morelos, el Congreso Nacional Indígena recibió nuevos rostros de lucha y definió una serie de acciones para la defensa del territorio ante las amenazas de megaproyectos
Por Daliri Oropeza y Aranzazú Ayala / LadoB
Fotos: Luis Colchado / Lado B y Daliri Oropeza
AMILCINGO, MORELOS.- Casi 600 personas de 17 pueblos indígenas, 21 estados y 11 países, asistieron a la Asamblea nacional del Congreso Nacional Indígena (CNI); el encuentro cerró las jornadas en Defensa de la Vida y de la Madre Tierra “Samir Somos Todas y Todos”, convocadas por el CNI junto con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
Resaltaron los nuevos rostros: integrantes de la organización 12 Pueblos originarios de Tecámac, la Coordinación de Pueblos, Barrios Originarios y Colonias de Xochimilco, la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA), o del pueblo Sami de Noruega.
Las participantes se reunieron todo el día para dialogar, definir cómo seguir la ruta de la lucha y la defensa del territorio y tomar acuerdos .
“Lo que nos une a todos los que estamos aquí es la defensa de la vida. Espacios como esta asamblea son importantes para encontrarnos, conocernos, reconocernos, quienes vivimos esta situación”, asegura Ángel Sulub, maya de Felipe Carrillo Puerto, quien en las mesas de trabajo compartió la experiencia del Centro Comunitario U kúuchil k ch’i’ibalo’on
Durante la asamblea, las personas participantes hicieron una valoración de las jornadas, que duraron tres días.
Coicidieron en que estas jornadas de memoria del activista Samir FLores Soberanes, quien fue asesinado el 20 de febrero de 2019, reactivaron las alianzas y la participación de gente a nivel comunitario. Por ello, consideraron conveniente realizarlas «cada quien desde su geografía», pues de esa manera puede ampliarse la resonancia de la defensa del territorio.
De los acuerdos alcanzados en 4 mesas de trabajo, resalta una ruta de actividades en fechas estratégicas.
Para el 8 de marzo acordaron marchar con un listón negro. Recordaron que en territorio Zapatista no hay feminicidios. Coincidieron en que urge defender la vida de las mujeres y cuidarse ante el crecimiento de la violencia.
La primera acción será organizar jornadas globales de resistencia y de articulación en cada geografía según los tiempos de cada comunidad, barrio o pueblo, del 10 al 30 de abril.
También acordaron que se sumarán como CNI-CIG (Concejo Indígena de Gobierno) a las marchas del primero de mayo, pero buscarán resignificar esa fecha simbólica del “Día del Trabajo” desde el anticapitalismo y la lucha de las mujeres.
Además, fijaron la fecha para la siguiente asamblea: 16 y 17 de mayo, “para seguir tomando acuerdos de iniciativas contra los megaproyectos”.
Aún evalúan la posibilidad de realizar una asamblea el 20 de marzo en la península de Yucatán.
Uno de los acuerdos principales fue responder la pregunta del EZLN en su comunicado del 1 enero: “¿Qué estamos dispuestxs a hacer para defender la vida y el territorio?”
La respuesta del CNI, las redes y colectivos es que también están dispuestos a organizarse y articularse para defender el territorio. Cabe recordar que el CNI se fundó en 1996.
Esta es la segunda vez que el CNI realiza una asamblea en este pueblo nahua; la primera vez fue en abril del año pasado, en el aniversario luctuoso de Emiliano Zapata y después del asesinato de Samir Flores.
Esa fue la primera vez que el CNI abrió su espacio a las redes de apoyo que surgieron durante el recorrido que hizo en la precampaña presidencial María de Jesús Patricio Martínez, vocera del Concejo Indígena de Gobierno.
Desde aquella asamblea, es notorio que las personas más relacionadas con el ámbito citadino acaparan la palabra. A diferencia de anteriores asambleas, ahora el diálogo estuvo enfocado a las estrategias de comunicación y de alianzas que pueden llevar a cabo.
También hablaron de la certeza de vincularse con los procesos de las mujeres feministas, víctimas de feminicidio, de desaparición y asesinatos.
A decir de Betina Cruz, concejala del pueblo binni’za de Juchitán, a un año de integrar la participación de las redes y colectivos, hay un fortalecimiento del Congreso Nacional Indígena, pues se han encontrado nuevos espacios desde lo urbano y citadino para defender el territorio. Eso les ha permitido, además, intercambiar los modos y estrategias de lucha entre la urbanidad y los pueblos.
La Radio Comunitaria Amiltzinko está a una calle de la plaza principal de Amilcingo en Temoac, Morelos. Es imposible no verla al entrar al pueblo: ahora el inmueble donde está la radio, acondicionada en una habitación del segundo piso de una casa, está cubierta por una reja blanca y alambre de púas, a un año del asesinato Samir Flores Soberanes.
En palabras de Leonel Pérez Mendoza, locutor de emisora del pueblo, las radios comunitarias son un arma muy poderosa porque informan de lo que está pasando en realidad. Y en el pueblo se piensa que por eso mataron a Samir.
En entrevista con LADO B y Pie de Página, el locutor explica que Samir les abrió los ojos en el tema del gasoducto, con su programa de noticias en la radio y su participación en la organización social. Gracias a él supieron que el Gasoducto Morelos, parte del Proyecto Integral Morelos (PIM) no traería los beneficios que prometía el gobierno y que, en cambio, traería afectaciones irreversibles al medio ambiente.
Samir estuvo presente a cada momento de la Asamblea Nacional: no sólo en las decenas de lonas y serigrafías con la imagen de su rostro, ni tampoco en los murales que hay por las calles, ni en la escuela primaria que ahora lleva su nombre, donde se llevó a cabo la asamblea.
“Hasta apenas hace unos días no lo podíamos asimilar, hasta la fecha creemos que él sigue con nosotros. Ese espíritu que él nos dejó de lucha, que nos enseñó muchas cosas, porque a pesar de ser una personita con pocos años, 32 años, pensaba en grande», cuenta Leo Pérez.
Samir Flores, dice «era una persona bastante respetable, como jamás en la historia del oriente de Morelos lo hay, y no lo va a haber. Y pues él nos enseñó muchas cosas, una de ellas a defendernos, a defender nuestros derechos”.
Otra de las cosas que generó la lucha contra el gasoducto Morelos –que es una lucha que comparten Morelos, Puebla y Tlaxcala– fue el gobierno autónomo de la comunidad. Es lo que cuenta Noemí Mitzi Castillo, ayudante de la comunidad de Amilcingo, a LADO B y Pie de Página.
Como ayudante, su función es representar al pueblo, apoyada por un grupo de 20 personas, y tomando todas las decisiones a partir de una asamblea.
El gobierno autónomo de Amilcingo – camino que también ya inició la comunidad de Santa María Zacatepec en Puebla – surgió hace cerca de cuatro años, cuando el pueblo empezó a organizarse contra el gasoducto.
Mitzi cuenta que, en esos días, la gente sabía que a las 3 de la tarde en radio Amiltzinko llegaban las noticias. La voz de Samir Flores les daba a conocer todo lo que estaba pasando; la radio se convirtió en una pieza fundamental para la organización como comunidad.
La autonomía de Amilcingo es también una suerte de fuerza para otros grupos y pueblos. En palabras de Leo Pérez, aunque el sábado 22 llegaron cientos de personas para apoyar, fueron también para tomar fuerzas. La fuerza que dejó Samir.
“Vemos que están cansados de tanta corrupción, de vivir bajo la represión de un gobierno que les quiere imponer proyectos, leyes, forma de vivir, cuando estamos acostumbrados a vivir de y en el campo. Ellos vienen a darse fuerza, a retroalimentarse para que vean que no están solos, porque cuando vemos a más compañeros luchando nos damos fuerza”.
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