Retrasos y estaciones a medias. El arranque del “tren del pueblo”

16 diciembre, 2023

Foto: Robin Canul

En sus primeros viajes el Tren Maya mostró los costos de apresurar una megaobra de estas dimensiones: estaciones sin terminar, paradas incompletas y retrasos en las llegadas dibujaron la apertura de la obra más simbólica del gobierno de López Obrador. Pese a ello, la gente no pierde la confianza en la administración ni en las bondades de la obra

Texto: Arturo Contreras Camero
Fotos:  Robín Canul

CANCÚN.- A Luz Eréndira Hernández no le importó la espera de más de cuatro horas para subirse al tren Maya, provocada por un retraso. Cuando el ferrocarril se acercó a la estación, sus ojos se llenaron de lágrimas, como el resto, aplaudió y entonó el conocido canto de los obradoristas. El “¡Es un honor, estar con Obrador!” resonó intercalado con vítores y gritos de “Sí se pudo”. 

“No nos molesta que tenga retrasos en el primer día, hay que ser comprensivos”, comenta Luz Eréndira, maestra de universidad y preparatoria que viajó desde la Ciudad de México para ser de las primeras personas en subirse al tren Maya. “Hay que ser comprensivos”, repite. “No hay que darles excusas a todos los contras para que le tiren hate (odio en inglés) al presidente”. 

El tren en el que viajó Luz Eréndira estaba programado para salir de Cancún rumbo a Campeche a las 11 de la mañana, pero no salió sino hasta pasadas las tres de la tarde. Algo parecido pasó con el tren que salió de la estación de Campeche rumbo a Cancún a las siete de la mañana; tardó caso 10 horas en recorrer un tramo que, bajo condiciones normales, debería durar 5 horas. 

“Es una falla de Alstom” dice un hombre con un megáfono en la estación de Cancún. “El retraso es por una falta de Alstom, no es responsabilidad del Tren Maya. Esto no representa lo que es el Tren Maya ni el servicio que podemos dar”, acompleta. La gente, lejos de molestarse y reclamar, aplaude. Según la información que corrió entre los pasajeros, la falla se dio en una de las computadores de monitoreo de toda la vía.

Foto: Robin Canul

Una obra incompleta 

Este viernes 15 de diciembre el presidente López Obrador inauguró la primera parte de una de las obras más importantes de su sexenio, este tramo recorre 473 kilómetros de los más de 1,500 que incluye todo el trazo. El 31 de diciembre se planea abrir otro tramo y finalmente, el 29 de febrero, la totalidad del trayecto. 

A diferencia del trayecto en el que viajó Luz Eréndira al día siguiente, el viaje inaugural en el que estuvo el presidente no sufrió de retrasos y fallas. Sin embargo, a través de las ventanillas del tren se alcanzaban a mirar paraderos incompletos, en obra negra. Pasos a desnivel de caminos rurales aún en excavación o estaciones casi completas, como la de Cancún, en la que aún se ven columnas con las barillas de fuera, en espera de ser concluidas. 

“Sí le falta claro”, dijo el presidente a la prensa en un mensaje que dio desde el tren en movimiento durante el viaje inaugural. “Es un poco lo que sucedió con el (aeropuerto) Felipe Ángeles, que decían que por eso ahí no se paraban ni las moscas, que espantaban, que sólo había una señora que vendía tlayudas, pero ya ven, hoy el Felipe Ángeles es el aeropuerto que más carga transporta en todo el país”. 

Entre los “detalles” faltantes también están las asistentes de abordo, que son como las azafatas de los aviones, por lo que la Secretaría de Gobernación tuvo que echar mano de algunas de sus trabajadoras para llenar las vacantes. Supuestamente, a partir del lunes 18 de diciembre empezarán a trabajar las asistentes de una empresa dedicada a ello. Esto es normal al hacer en cinco años una obra que podría llevar entre 10 a 15, según dijo el mismo López Obrador.

En las estaciones del tren, como pasó en el aeropuerto Felipe Ángeles, la conectividad aún es un reto. La única que cuenta con conexiones a un transporte público de masas es la de Mérida, que se conecta con la nueva ruta de Va-y-Ven, una especie de tranvía. En cambio, para llegar a la estación de Cancún la única opción es llegar primero al aeropuerto de esa ciudad y tomar un camión (que de momento es gratuito), pero que solo tiene dos salidas, a las 6:30 y 10:30 de la mañana, de lo contrario, el único transporte son los taxis de la misma estación aérea cuyo costo pasa de los 400 pesos. 

Foto: Robin Canul

Una obra para el pueblo feliz, feliz, feliz

Los ojos llorosos de Luz Eréndira no solo se deben a la felicidad de abordar el tren, sus sentimientos brotan de la mezcla entre felicidad y pena. Desde que inició la construcción de la obra ella y su esposo la siguieron muy de cerca y tenían la ilusión de viajar juntos en él, pero apenas unas semanas antes de la inauguración, un divorcio acabó con su ilusión. 

“La idea era hacer el viaje juntos y después seguirnos con nuestras vacaciones recorriendo el país. Yo decidí continuar con los planes, porque de alguna manera, esta emoción que me trajo y hacer el viaje es un tipo de terapia”, comenta. 

Luz Eréndira Hernández viajó de la Ciudad de México a la inauguración del Tren Maya. Foto: Arturo Contreras Camero

El resto de los pasajeros parecen compartir la filiación política de Luz Eréndira, que es fiel partidaria de la Cuarta Transformación. José Hugo Eduardo Treviño viajó desde Monterrey para poder subirse al tren. “Yo he estado presente en todos los grandes eventos del presidente. Estuve en la apertura del AIFA, en la del aeropuerto de Tulum, en la marcha que hizo del Ángel al Zócalo el 27 (de noviembre de 2022) y estoy aquí en la inauguración del tren”. 

Después de llegar a Campeche, José Hugo planea ir a dar una vuelta a Tabasco, a Paraíso, donde se encuentra la refinería Olmeca, también conocida como Dos Bocas. El fin, ver los hechos de este gobierno, para que le conste, para poder verlo con sus propios ojos, asegura. 

“Yo creo que cuando ya esté todo terminado va a quedar fabuloso. Son obras impresionantes, que nunca habíamos visto en favor de la gente, estamos felices con lo que estamos viviendo, tengo 63 años y en los últimos años habíamos vivido pura tragedia” agrega antes de decir, con nostalgia, que de jóven viajó de Monterrey a la Ciudad de México en el tren conocido como el Regiomontano, que en ese entonces llegaba a Buenavista. 

Diversas personas y trabajadores se dieron cita a la estación de Teya, Yucatán para atestiguar el funcionamiento de los vagones. Foto: Robin Canul

Una tren hecho de austeridad

Durante el viaje inaugural en el que el presidente viajó junto a Carlos Slim y los representantes de las empresas que construyeron el tren así como con su gabinete, López Obrador reveló algunas infidencias de la financiación del tren Maya. Según dijo, gran parte del presupuesto que se usó provino de los “ahorros” tras la cancelación del aeropuerto que su predecesor, Enrique Peña Nieto, pretendió construir en Texcoco. 

“Casi la mitad de lo que va a costar el Tren Maya es el ahorro por no haber continuado con el proyecto de Texcoco y a lo mejor no se hubiesen ejercido 300 mil millones, como lo tenían estimado, sino más”, dijo durante el mensaje que ofreció a la prensa.

Añadió que dentro de breve se dará a conocer la inversión total de la obra, dato que no es público y que es una de las críticas más fuertes por parte de la oposición a su gobierno. También dijo que según lo estimado entre tres o cuatro años la obra alcanzará su punto de equilibrio, es decir, que los ingresos que genere serán iguales al costo de su construcción. Aseguró que en los contratos de su construcción se incluye una cláusula en la que las empresas involucradas están obligadas a darle mantenimiento por los siguientes cinco años. 

“A pesar de eso, tenemos que cuidar el tren, tenemos que cuidar esto entre todos porque no es del ejército, sino del pueblo. También por eso es que tomé la decisión de entregar su administración a la Secretaría de la Defensa Nacional. Porque se busca que el tren no se privatice, que no vaya a haber un cambio hacia adelante y lo vendan. Estuve pensando, a quién, a quién se lo quitarían con más dificultad, quién lo defendería más. ¿Comunicaciones, Fonatur o la Defensa?”. 

Esta obra, como varios aeropuertos (el AIFA, Tulum, Campeche, Chetumal, Puebla, Ciudad Victoria, Tamuín y otros 12) es parte de la empresa Olmeca-Maya-Mexica, controlada por el Ejército junto con varios hoteles a los pies de las vías del Tren Maya. 

Así como su operación y administración, la seguridad del tren recaerá en las Fuerzas Armadas, específicamente en la Guardia Nacional, que además de drones y sistemas de vigilancia, contará con cuatro helicópteros que patrullarán las vías y uno más que servirá como ambulancia aérea en caso de emergencia. 

Elementos del ejercito y la guardia nacional custodian el recorrido del presidente de la república Andrés Manuel López Obrador en su paso por la estación de Teya en Yucatán. Foto: Robin Canul

Costos bajos y diferenciados

Hasta un día antes de su inauguración, pocas personas creían que el tren lograría abatir los costos de transporte ya existentes en la península, como el de los camiones o de las autopistas, sin embargo, este 16 de enero, varias familias se dieron cuenta de ello al comprar sus boletos para viajes futuros. 

Hasta antes de la inauguración de este tramo, la información disponible solo evidenciaba dos tarifas, una de cerca de 1,200 pesos para la clase turista y otra de 1,800 para la clase premier, sin hacer distinción si el viaje era para todo el trayecto (Campeche – Cancún) o si los usuarios se bajaban en la estación intermedia de Mérida. 

Sin embargo, este 16 de diciembre, Abigaíl López quedó sorprendida por el costo. “Algunos de nuestros boletos salieron en 360 pesos, con descuentos del Inapam (Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores) y de estudiante. Los otros, los normales salieron en cerca de 420”, comenta sorprendida. 

Ella y su familia visitaron la estación de Mérida con dos fines, ver el tren en persona y comprar su boletos para la temporada decembrina. Su familia vive cerca de Cancún y desde que inició la construcción del tren su papá les aseguró que costara lo que costara, ellos serían de las primeras personas en viajar en él. 

“Queríamos viajar desde el 24, pero queríamos ir a hasta Palenque. Como ese tramo lo van a abrir hasta después, compramos los boletos para el 28, y vamos a esperar un par de días en Mérida para que, después de la apertura del siguiente tramo podamos ir hasta Palenque y regresar de las vacaciones en un solo viaje en tren”. 

La familia de Abigail López asistió a la estación del Tren Maya para comprar sus boletos y planear sus vaccaciones decembrinas a bordo del tren. Foto: Arturo Contreras Camero

En la página de internet habilitada para la venta de boletos solo aparecen dos tarifas, las de casi 1,200 y 1,800. Sin embargo, en las taquillas los precios hacen distinción no solo para adultos mayores y estudiantes sino también para habitantes de la península, mexicanos y turistas internacionales. Estos son los precios que ofrecen: 

Tramo completo de Campeche a Cancún: 

Turista especial (Adultos mayores y estudiantes): $200
Locales: $250
Nacionales: $431.50
Internacionales: $574

Tramo de Mérida a Cancún 
Especial: $360.50
Local: $450.50
Nacional: $735
Internacional $977.5

Tramo de Campeche a Mérida

Especial: $200
Locales: $250
Nacionales: $431.50
Internacionales: $574

Periodista en constante búsqueda de la mejor manera de contar cada historia y así dar un servicio a la ciudadanía. Analizo bases de datos y hago gráficas; narro vivencias que dan sentido a nuestra realidad.

Robin Canul (Campeche, 1985) es fotógrafo documental de largo aliento y artista multidisciplinario. Se enfoca en temas relacionados a los derechos humanos y medio ambiente. Ha colaborado para diversos medios y organizaciones internacionales como AJ+ Español, Brut, Liberation de Francia, Climete Home, Brut, Revista ECOS, Mongabay, Pie de Página, Revista Gatopardo, Goldman Prize, Greenpeace, entre otros. Actualmente coordina Jaltun Investigación y Acción Colectiva forma parte del movimiento cultural Narrativas desde la Mayanidad y el colectivo Sak Bej