En San Blas, Nayarit, comienza un corredor de producción de camarón que se extiende por los estados de Baja California, Sinaloa y Sonora, un negocio que mueve en promedio unos 230 millones de dólares anuales. Aunque tras de sí, dejan deforestación y contaminación del agua
Granjas camaroneras secan hábitats costeros en el Pacífico
