Las aerolíneas mexicanas se niegan a usar el aeropuerto Felipe Ángeles, mientras el presidente López Obrador busca maneras para levantar sus operaciones. Es el aeropuerto en el que aterrizarán los mandatarios de Estados Unidos y Canadá 

Texto: Arturo Contreras Camero

Fotos: Duilio Rodríguez

CIUDAD DE MÉXICO.- Dos días antes de la llegada de los mandatarios de Estados Unidos y Canadá, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles no se ve como un aeropuerto internacional. Algunos curiosos se asoman a la Plaza Mexicana, una explanada frente a la torre de control aéreo y la pista de despegue. Intentan ver algún avión llegar, o despegar, pasan los minutos, nada. Las instalaciones se ven tan nuevas como el 21 de marzo de este año, cuando fue inaugurado. 

El 28 de diciembre el presidente López Obrador confirmó que el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, llegaría al nuevo aeropuerto y lanzó una invitación para que también lo usase el presidente estadunidense, Joe Biden, no por cuestiones logísticas, sino políticas. 

“Yo estoy haciéndole la recomendación, y ojalá de la embajada tomen nota, de que es muy seguro y muy buen aeropuerto”, dijo durante su conferencia diaria. “No es un asunto de logística, es un asunto político. Esto a lo mejor el presidente Biden no lo sabe, pero estoy aprovechando para decirle que por amistad y por diplomacia le pedimos que su avión aterrice en el aeropuerto General Felipe Ángeles”. 

Apenas el 5 de enero el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, anunció que el presidente Joe Biden también llegaría al nuevo aeropuerto, mismo que, según los contados pasajeros que lo usan, es un remanso de tranquilidad a diferencia del Benito Juárez, que en épocas decembrinas suele ser un hervidero de pasajeros desesperados por las fallas y los retrasos. 

A pesar de que el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México Benito Juárez lleva años saturado, las aerolíneas mexicanas que ahí operan se niegan a trasladar sus operaciones al Felipe Ángeles, días después de su inauguración, AeroMéxico, Volaris y Viva Aerobús moverían 204 operaciones al aeropuerto, que desde entonces empezó a presentar un aumento lento y paulatino en su número de operaciones. En julio registraba 340 operaciones, en agosto se habían duplicado y para octubre sumaban 1,870, récord de operación hasta el momento. Ese mismo mes el Benito Juárez realizó 33 mil 476 operaciones.

Para remediarlo, el gobierno de López Obrador parece tener dos planes, una es la creación de una línea aérea nueva a cargo de las Fuerzas Armadas. La otra se centra en el diálogo con las empresas aéreas, aunque esa vía parece haber topado con un callejón muy peligroso. El lunes 19 de diciembre la Presidencia de la República informó que preparaba una iniciativa de reforma a la Ley de Aviación que abriría las puertas al cabotaje, es decir, a abrir las rutas nacionales a aerolíneas extranjeras. 

La medida, que se ciñe más a políticas neoliberales que tienden a la libre competencia y a los mercados abiertos, sería fatal para las líneas mexicanas que no podrían competir con la capacidad comercial de grandes empresas como Copa o American Airlines. Por ejemplo, todas las líneas mexicanas reúnen una flotilla cercana a las 300 aeronaves, mientras que American Airlines cuenta a su disposición con una flota mayor a las mil unidades.

Ese 19 de diciembre, el presidente dijo: “Vamos a tratar de llegar a un entendimiento con las líneas aéreas, hay varias opciones. Una que nos ayuden con el actual aeropuerto, teniendo espacios en el aeropuerto Felipe Ángeles, porque también es una especie de resistencia, aunque digan que no”, en lo que pareció un ultimátum zanjado por el cabotaje. 

La decisión del presidente, dice él mismo, se basa en su experiencia de uso en las aerolíneas mexicanas y la de miles de ciudadanos que se quejan de lo mismo: Altas tarifas, abusos en los cobros, poca disponibilidad de rutas, además de poca frecuencia y altos precios a destinos poco comerciales. 

«Son instalaciones dignas, pero le falta mucho uso»

Una de ellas es Rosario Mariñez, oaxaqueña que viaja a Tijuana. “Yo creo que sí se tienen que poner las pilas”, dice sobre las aerolíenas. El año pasado ella pudo viajar de Oaxaca a Tijuana por 7 mil pesos en un vuelo redondo, pero este año, que quiso repetir el viaje, el precio se duplicó, además de que tuvo que pagar 2 mil pesos extra por tarifas de equipaje que no esperaba. 

Rosario deambula con tranquilidad por el Felipe Ángeles. No le queda de otra. A pesar de que ella pensó comprar un boleto de un vuelo directo, como hace cada año, momentos antes de abordar se enteró que haría una escala de cinco horas en el aeropuerto nuevo.

“Los criterios de Volaris están medio raros. Yo creo que andan acomodando sus vuelos, porque no me explico el porqué un itinerario tan extraño”, dice. Sobre el nuevo aeropuerto, no puede más que hablar bien. “Creo que ya nos merecíamos un aeropuerto así, está a la altura de lo que los mexicanos merecemos. Son instalaciones dignas, pero le falta mucho uso, los pasillos están solos. Aunque sí es mucha diferencia al de la Ciudad de México. Entré a los baños y son ¡wow! Qué diferencia a los del aeropuerto de la ciudad, que parece que tiene uno que desinfectarse al salir de ellos, aquí todo está súper limpio”. 

La otra opción, la de crear una nueva aerolínea que de servicio en nuevas rutas aéreas parece tener avances más rápidos que los del mismo aeropuerto. Pues la línea que será operada por la empresa Olmeca-Maya-Mexica, propiedad del ejército y que administra el AIFA, está muy cerca de hacer que Mexicana de Aviación vuelva a surcar los cielos mexicanos. 

Mexicana de aviación fue llevada a una bancarrota anunciada en 2011, después de un mal manejo hecho por el empresario Gastón Azcárraga. En ese momento, miles de trabajadores de la aerolínea acumulaban meses sin pago e incluso los empleados jubilados fueron defraudados, pues los fondos de su pensión, que manejaba la empresa, habían desaparecido. 

Desde entonces, cuatro agrupaciones de extrabajadores sindicalizados y una de jubilados defraudados iniciaron un juicio comercial para que se remataran los bienes que quedaban de la empresa tras su desfalco, incluida la marca comercial, y con eso pagar sus adeudos. En ese entonces pedían 3 mil millones. Este 6 de enero de 2023, la Secretaría de Trabajo y Previsión Social anunció un fin al juicio; los trabajadores defraudados aceptaron el pago de 815 millones de pesos por el derecho a usar la marca Mexicana así como por algunos de los bienes que quedaban de la empresa. 

Por lo pronto, en el AIFA no vuela Mexicana, tampoco grandes empresas internacionales y a penas un puñado de vuelos nacionales llegan a sus pistas. Aún así, el presidente López Obrador anunció que ahí será donde reciba a Biden y a Trudeau, que llegarán el domingo 8 y el lunes 9 de enero, respectivamente. Sobre la llegada del estadunidense, López Obrador dijo: “Lo voy a recibir al presidente Biden. Y él pidió, y estuve totalmente de acuerdo, en que juntos nos traslademos por tierra para platicar. No vamos a tener mucho tiempo, porque se hacen como 30 o 40 minutos ¿no?”. 

Esa misma mañana Pie de Página recorrió en 40 minutos la distancia entre Palacio Nacional y el aeropuerto, sin embargo, ése viernes 6 de enero el tráfico de la capital fue boicoteado por el Día de Reyes.

La agenda

Durante la conferencia del 6 de enero, el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores expuso los temas esperados durante las reuniones entre los mandatarios. Son los siguientes: Diversidad, equidad e inclusión;

cambio climático y medio ambiente; competitividad en la región; migración y desarrollo; salud y seguridad.

En las reuniones entre México y Estados Unidos participarán, por parte de la delegación estadunidense estarán el secretario de Estado Antony Blinken; el secretario de Seguridad, Alejandro Mayorcas y el embajador Ken Salazar. Por parte de la delegación mexicana estará el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard; el secretario de Gobernación, Adán Augusto López; la secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez; el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O; la secretaria del Medio Ambiente, María Luisa Albores y la secretaria de Economía, Raquel Buenrostro

Esta es la agenda esperada para esos días:

Domingo 8

18:30 Llegada del presidente de Estados Unidos, Joe Biden al AIFA. Será recibido por el presidente López Obrador y se trasladarán en el auto blindado del mandatario estadunidense al centro de la Ciudad de México

Lunes 9

14:40 Llegada del primer ministro de Canadá, Justin Trudeau al AIFA. Será recibido por el presidente López Obrador

16:15 Arribo y recepción del presidente Biden a Palacio Nacional. Toma de foto oficial

16:30 Charla entre los mandatarios y sus esposas

16:45 Conversación privada entre el presidente López Obrador y el presidente Biden

17:00 Reunión bilateral México-Estados Unidos.

18:35 Arribo del primer ministro Trudeau y su esposa a Palacio Nacional.

18:45 Cena trilateral

Martes 10

11:30 Arribo del primer ministro Trudeau a Palacio Nacional

11:40 Arribo del presidente Biden a Palacio Nacional

12:00 Almuerzo de trabajo entre las delegaciones asistentes a la Cumbre de las Américas

13:30 Reunión trilateral formal 

15:30 Mensaje a medios por parte de los tres mandatarios

Miércoles 11

10:30 Arribo del primer ministro Trudeau a Palacio Nacional. Foto oficial. Charla entre los dos mandatarios y sus esposas

11:00 Conversación privada entre el presidente López Obrador y el primer ministro Trudeau

11:15 reunión bilateral México-Canadá

12:20 Firma de un memorándum de entendimiento entre el Instituto Nacional de Pueblos Indígenas y su institución homóloga, el ministerio de Relaciones Indígenas de la Corona, Cirnac por sus siglas en inglés

12:55 Salida del primer ministro Trudeau a las 12:55 aproximadamente