Una veintena de jóvenes de entre 11 y 18 años juntaron sus ahorros para cocinar todos los días alimentos calientes y donarlos a adultos mayores, madres solteras y niños. Los reparten en zonas marginadas de Juchitán, Oaxaca
Texto: Diana Manzo / Página 3
JUCHITÁN, OAXACA.- Enormes ollas y sartenes con comida caliente se preparan todos los días en el hogar de Armando López López en la ciudad de Juchitán, Oaxaca. Él junto con otros casi veinte jóvenes desde hace un mes comenzaron a donar comida para las familias juchitecas que enfrentan la pandemia de covid-19.
Organizados bajo el nombre de la “Fundación del Amor y del frente juvenil Fuco”, estos adolescentes entre 11 y 18 años de edad decidieron preparar alimentos y regalarlo primeramente a los adultos mayores, pero al ver la demanda de mujeres y sus hijos, decidieron repartirlo a las familias que viven en zonas de mayor rezago social y económico.
El objetivo de esta acción alimentaria nació cuando vieron que muchas personas habían perdido sus empleos y otros dejaron de ejercerlo, entonces decidieron juntar sus ahorros y ayudar.
“Primero fueron nuestros ahorros, después las personas nos comenzaron a donar y ahora con la organización Fuco, también nos ayuda, la intención no es obtener un reconocimiento por esto, sino ayudar, nosotros lo que deseamos es que esta ayuda realmente la aprovechen las personas que no tienen para la comida, estamos pasando un mal rato”, explicó Armando López, impulsor de esta idea.
Doña Nereida López Villalobos, mamá de Armando y Luz del Carmen de la Cruz Celaya son las encargadas de preparar los alimentos, al día se entregan entre 100 y 300 porciones.
Caldos, sopa, guisado de pollo y res, verduras al vapor y hasta pescado, son los alimentos que se donan de lunes a viernes alrededor del mediodía.
Se compran cajas de tomate, chile, cebolla, más de 20 kilos de carne o pescado, 20 pollos, además de especies aromáticas; la intención aseguran los jóvenes es dar alimentos ricos y saludables.
Para el preparado, se organizan en equipo, unos colocan el fogón de leña, otros comienzan a picar las verduras y las cocineras se encargan de darle el toque especial a cada uno de los platillos.
Para el traslado de la comida, un grupo de jóvenes lo lleva a bordo de un mototaxi, mientras otro grupo acomoda a las personas respetando la sana distancia y portando el cubrebocas.
Uno de los requisitos indispensables para recibir la comida es traer el recipiente de su hogar, porque lo que se busca según los jóvenes es evitar el uso de desechables.
“Aquí lo que buscamos es ayudar y también contribuir con el medio ambiente, por eso entre menos contaminemos mejor, cargamos con las ollas y los sartenes, y a la gente les decimos que traigan sus recipientes, algo que nos da satisfacción es ver sus sonrisas y su alegría cuando reciben la comida, esa es nuestra paga”, señalaron.
Los jóvenes piensan continuar con esta ayuda alimentaria, porque aseguran que las ganas existen y por ahora también los apoyos, porque reconocen que la situación de la pandemia ha provocado una crisis fuerte entre los suyos.
Este trabajo fue publicado originalmente en PAGINA 3 que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes consultar la publicación original.
Reportera en Unión Hidalgo, Oaxaca.
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