Las poblaciones afrocolombianas, los pueblos indígenas y los jóvenes que protagonizaron las protestas del Paro Nacional en 2021 tienen contra las cuerdas a las familias que han mantenido el poder en Colombia y que este domingo decidirán su suerte. Estas son las historias de los alzados que buscan la paz

Texto: Daniela Pastrana

Foto:  Pedro Anza

COLOMBIA.- En Colombia, la población afrodescendiente e indígena concentra poco más del 14 por ciento de la población. Son unas 6.5 millones de personas segregadas por un Estado hecho por y para una élite blanca, y que, por primera vez se ven representadas en un proyecto de país.

Son quienes viven en los márgenes de lo que entendemos como desarrollo, cuyos cuerpos han sido usados para alimentar la interminable guerra de este país mutilado, que nunca deja de bailar.

Habitan en pueblos aislados del litoral pacífico y el caribe, o en reservas en las que se ha confinado a los 115 pueblos indígenas que sobreviven en Colombia y que hoy se miran en el cuerpo de Francia Márquez, una caucana racializada y berraca, como se dice por aquí a las personas valientes, y que va en fórmula con Gustavo Petro por la presidencia y vicepresidencia del país.

“¿Te imaginas tener una mujer negra de vicepresidenta?”. La pregunta hace sonreir a cualquier caucano, en una extraña mezcla de alegría e incredulidad.

Pero son estas poblaciones marginadas, junto con los 3 millones de jóvenes sin opciones laborales en Colombia que irrumpieron inesperadamente en el Paro Nacional de 2021, quienes tienen hoy contra las cuerdas a las familias que han mantenido el poder en el país

Los nadies han dado a la campaña de Petro, un economista y político que militó en el M19, la posibilidad de abrir el dique y tener una apuesta que se identifica con las causas de la izquierda. Algo que nunca ha ocurrido en Colombia, donde el poder se ha heredado entre familias. Y donde la democracia se ha impuesto, una y otra vez, por la vía del fraude y de la guerra.

Las elecciones de este 19 de junio no han estado exentas de violencia, ni de amenazas, ni de mentiras, ni de campañas de odio.

Pero sea cual sea el resultado electoral, para muchos, la historia ya está escrita con el empuje de quienes han decido no ser más esclavos, ni invisibles, ni despojados. Y lanzarse a la aventura de tener esperanza.

A partir de hoy, publicamos estas historias de la Colombia alzada, que busca encontrar, por fin, un camino para la paz.

Colombia: La insurgencia de los nadies

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