1 septiembre, 2021
Integrantes de la comunidad triqui desplazada de Tierra Blanca Copala, en Oaxaca, tomaron las instalaciones de la representación de ese estado en la Ciudad de México, en demanda de que las autoridades resuelvan un retorno seguro a su hogar tras ocho meses de exilio
Texto y fotos: Isabel Briseño
CIUDAD DE MÉXICO.- La cita fue a las 10 de la mañana, pero salieron casi a mediodía. Tomaron cadenas, palos y los huipiles. Atravesaron avenida Juárez y en grupos pequeños abordaron el metrobús que corre sobre Reforma para llegar a la estación Chapultepec.
—¿Te sientes nerviosa?
—Sí, un poquito -respondió una de las mujeres triquis-. Pero esto lo hacemos porque las autoridades siguen sin vernos, sin hacernos caso y la gente ya se cansó de estar en la calle, con frío, con lluvia y con sus hijos durmiendo en el suelo.
Al llegar a la representación del gobierno oaxaqueño en la capital, un inmueble ubicado en la colonia Anzures, encontraron la puerta cerrada y la cortina abajo.
Dos integrantes de la comunidad triqui botaron los candados con un mazo. Subieron la cortina y abrieron la puerta. Alrededor de 60 personas ingresaron, una a una, cantando su conocida consigna: “Tierra Blanca no se vende, Tierra Blanca no se da”…
El júbilo y el festejo se dejó escuchar una vez que entraron, fueron cuestión de minutos. Los pocos empleados que estaban al interior de la oficina tomaron sus pertenencias y se retiraron.
Entonces los manifestantes cerraron las puertas desde adentro con una cadena.
Un agente de la policía ciudadana llegó y preguntó: ¿qué están haciendo?, Somos desplazados de la comunidad de Tierra Blanca Copala y estamos tomando el edificio, respondió una mujer mientras ayudaba a poner las cadenas en la puerta.
Mujeres con niños al rebozo y sus compañeros comenzaron a recorrer la oficina de su estado. Se acomodaron en las sillas, ocuparon las oficinas.
Rocío, una madre joven de 4 niños, se preguntó:
“¿Así se habrán acomodado en nuestras casas los que nos sacaron? Pienso en que así hicieron con nuestras cosas, agarraron lo que quisieron, ellos lo hicieron porque no tienen corazón, nosotras porque estamos desesperadas y ya no sabemos quién puede ayudarnos a regresar a nuestras casas”.
Los integrantes de la comunidad triqui aseguran que no quieren seguir afectando a la ciudadanía, entienden que su plantón en en el Centro Histórico de la Ciudad de México ha causado malestar y descontento pero preguntan:
“¿Qué harían ustedes si alguien llega y los saca a balazos de su casa?”
Los integrantes de la comunidad triqui anunciaron que ahí se van a quedar hasta que tengan una resolución.
Le solicitan al presidente Andrés Manuel López Obrador que acuda a visitar su comunidad Tierra Blanca, Oaxaca, y que supervise de cerca su retorno seguro, ya que las autoridades a las que instruyó no han podido dar solución.
El 26 de diciembre pasado estas familias fueron expulsadas de sus viviendas en Tierra Blanca Copala por el Movimiento de Unificación y Lucha Triqui (MULT), a quienes acusan de haberse sumado a grupos paramilitares.
Siete meses después, el 26 de julio de este año, tras acampar en las calles del centro de la Ciudad de México y establecer algunas mesas de negociación con autoridades estatales y federales, la comunidad triqui emprendió el regreso a su comunidad en Tierra Blanca; sin embargo, la promesa se diluyó cuando llegaron a su pueblo y les impidieron el paso.
Las familias volvieron a su plantón, que ahora se suma a las instalaciones del gobierno Oaxaqueño, como un espacio para pernoctar, ante la indiferencia de las autoridades.
Nunca me ha gustado que las historias felices se acaben por eso las preservo con mi cámara, y las historias dolorosas las registro para buscarles una respuesta.
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