26 febrero, 2021
Con la entrada a Brownsville de 27 personas que esperaban en un campamento para migrantes, inició el ingreso de los solicitantes de asilo dentro de territorio estadounidense. Así, comienza el fin de programa Quédate en México y del riesgo de esas personas a ser víctimas de violaciones, secuestros, extorsiones o desapariciones
Texto: Rodrigo Soberanes
Foto: John Moore / Getty vía AFP
Estados Unidos abrió su frontera de Brownsville al primer grupo de personas que vivían en las carpas de un campamento en Matamoros, desde hace casi dos años, atados a una política impuesta por la administración de Donald Trump al gobierno mexicano llamada The Migrant Protection Protocols (MPP) o Remain in México (Quédate en México).
Este jueves, 27 personas, principalmente familias, cruzaron la frontera de la ciudad texana para seguir sus procesos legales de petición de asilo dentro de territorio estadounidense. Así, dejaron atrás un duro periodo de espera en la frontera norte de México, expuestos a delitos como violaciones, secuestros, extorsiones o desapariciones.
“En el campamento hay gente emocionada por la posibilidad de poder cruzar. Expectante para que le llamen, muchos o todos se han registrado y pues están contentos de poder salir de un lugar que ha sido muy difícil para ellos”, explicó Alberto Cabezas, oficial nacional de Comunicación de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
El Protocolo Quédate en México se implementó el 29 de enero de 2019 y terminó el 20 de enero de 2021. El Instituto para las Mujeres en la Migración (Imumi) documentó que 76 mil 276 personas migrantes tuvieron que entrar al MPP y quedaron repartidas en varios puntos de la frontera norte mexicana, principalmente en Tijuana, Ciudad Juárez y Matamoros.
Entre las 27 personas que cruzaron este jueves a Brownsville había, por ejemplo, un papá con sus dos hijos y otra familia de mamá, papá y dos hijos, además de algunas personas que viajaban solas. En las redes sociales circularon imágenes de encuentros y abrazos entre esas personas y familiares que les esperaban del otro lado de la frontera.
La OIM, junto con la Acnur y la Unicef, es una de las agencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que están ejecutando “el final” del MPP en ese peligroso punto de la frontera de México, cuna de grupos delictivos como El Cártel del Golfo y Los Zetas, donde miles de personas migrantes pasaron casi dos años exponiendo su integridad en la orilla del Río Bravo.
Del 29 de enero de 2019 a diciembre de 2020 Human Rights First documentó mil 314 víctimas de delitos entre las personas que esperaban en la frontera. Secuestro, violación, extorsión, robos, amenazas, deportaciones y persecución fueron los principales delitos cometidos en su contra.
Esa organización también documentó que Tamaulipas es el segundo estado con mayor incidencia en secuestros y que en todos los reportes estuvo señalado algún cuerpo de la policía, el Instituto Nacional de Migración o el crimen organizado.
El proceso para salir del campamento consiste en que las personas se están registrando en una plataforma web, mediante la cual son analizados los casos. A partir de este miércoles, las tres agencias de la ONU se apersonaron en el lugar para ir llamando a las personas seleccionadas para cruzar la frontera.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de Estados Unidos emitió un comunicado en el que explicó que para la administración del presidente Joe Biden -quien ordenó el final del MPP- “se ha convertido en una prioridad abordar las necesidades humanitarias en Matamoros” y que “se les dará prioridad a los más vulnerables para revisión inmediata”.
Alberto Cabezas dijo a Pie de Página que, una vez conformado el grupo de personas elegidas, se les aplica una prueba covid y, cuando se tienen los resultados negativos, parten hacia el paso fronterizo para cruzar entrar a Estados Unidos y no volver más a México.
El DHS también advirtió que “los recién llegados al campamento de Matamoros no podrán ingresar a los Estados Unidos a través de este proceso limitado”, puesto que la dinámica de entrada está destinada sólo para los casos activos de MPP y no para nuevos solicitantes.
La OIM calcula que actualmente hay 25 mil personas sujetas al Programa y que unas 700 se encuentran en el campamento de Matamoros.
El campamento inició a principios de 2019 con un puñado de carpas instaladas junto al Puente Internacional Matamoros. El grupo fue creciendo hasta que unas cuantas decenas se convirtieron en miles, y el Instituto Nacional de Migración decidió confinar a la multitud solicitante de asilo en un paraje aledaño, de tierra y pasto, pegado a las aguas verdes del Río Bravo.
Organizaciones que han dado ayuda humanitaria de alimentación y atención médica en el campamento calcularon que el número máximo de migrantes confinados en el campamento rondó los 7 mil.
El gobierno estadounidense informó que todas las personas acogidas al MPP podrán seguir sus procesos dentro de ese país, aunque el final del MPP no tiene una fecha establecida y podría durar varios meses aún.
Alberto Cabezas dijo que el procedimiento iniciado este miércoles en Matamoros continuará. De esta manera todas las personas sujetas al MPP que quedan en el campamento irán cerrando esa dura etapa que, para muchas, duró casi dos años.
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