Sin Ella, una protesta a la violencia de género

2 agosto, 2020

El relato entrañable une a las generaciones en dos historias, en una María es hija en diálogo permanente con su madre, y en la otra es mujer presente, mamá de Jennifer

Texto Ricardo Olayo G.

Foto: Especial

¿Qué es lo más lejano a una muerte violenta ¿Qué es lo más alejado de un feminicidio? Una muerte amorosa, libre y consciente.

Sin ella, es una protesta a la violencia de género con una mirada creativa y contemporánea.

La novela de Margarita Martínez Duarte tiene una dosis autobiográfica y se inscribe en la contra-pedagogía de la crueldad, de la antropóloga Rita Segato (cuyas tesis inspiraron ‘Un violador en tu camino’).

Y es que en México, sostiene Margarita: la violencia de género es aprendida.

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María, la protagonista de la novela es una mujer mexicana que muere sin violencia ni crueldad. (En nuestra sociedad la fórmula luce sencilla pero es difícil de alcanzar).

Al final de su vida a consecuencia de una enfermedad, aprovecha el tiempo para cerrar círculos y despedirse de temas y personas.

Asistimos a esos últimos días, con una narrativa sin barreras que nos integra plenamente a la historia. El personaje central es activista, feminista, madre, amiga, amante, hija, escritora… 

Ella ha tenido una vida rica y compleja y quiere una muerte amorosa muy diferente a la muerte violenta de muchas mujeres.

El relato entrañable une a las generaciones en dos historias, en una María es hija en diálogo permanente con su madre, y en la otra es mujer presente, mamá de Jennifer.

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Tomé la lectura de Sin ella, en junio, durante dos tardes. De inmediato me conectó con mi madre, fallecida en un hecho violento, atropellada mientras esperaba cruzar la calle a una cuadra de casa, por un auto cuyo conductor estaba alcoholizado.

El momento de su muerte fue de manera violenta, asaltada por el hecho.

Pienso, en mi micro universo, que no es fácil hacer empatía, entender lo que significa la violencia a las mujeres y ubicar la manera efectiva de cambiar la situación.

El diálogo en la novela me recupera de los recuerdos. Tiene una conversación interior que construye con destreza personajes reitero convencido, entrañables que van recorriendo sus décadas con visiones de la vida, de la maternidad y de la forma en que se viven los diferentes tipos de feminismo. La obra me recordó la película holandesa de 1995, Memorias de Antonia (disponible en Youtube), con la protagonista que es una mujer-roble que ve nacer a su descendencia y que irremediablemente morirá.

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En Sin ella, del sello editorial Escritoras Mexicanas, la autora advierte para si y luego lo transforma en personajes, que las contra pedagogías de la crueldad de Rita Segato, son la cara distinta a la nota roja en que se representa a los feminicidios. Y de esa manera, Margarita teje la historia del lado de la dignidad.

Segato es una antropóloga argentina que estuvo en Ciudad Juárez para conocer de primera mano el tema del feminicidio, y junto con su estancia en otras ciudades violentas del continente, reunió su obra Contrapedagogías de la Crueldad (Prometeo Libros, 2018).

“Llamo pedagogías de la crueldad a todos los actos y prácticas que enseñan, habitúan y programan a los sujetos a transmutar lo vivo y su vitalidad en cosas”, dice Segato en su libro.

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En la novela, María comparte sus últimos días con su hija, con su mejor amiga y con un examante, Aldo, quien paradójicamente está acusado de acosador, pero de manera sorpresiva es llamado por María, para una suerte de despedida.

Aldo siempre trató bien a María, pero ahora es una figura derrotada por la presión social y subido públicamente a #MeToo por el acoso que ha ejercido contra las mujeres en el ámbito laboral.

Jennifer, la hija de María, representa el discurso renovado y dinámico contra la violencia de género.

María aprendió las letras de su mamá, como una “segunda leche”. Su madre tuvo esquizofrenia a tal extremo que se comunicaba ya en silencio. En este punto la locura es un motor de la novela.

La obra tiene poesía (recordemos que Margarita es poeta), magnífica crónica y alegría desde las primeras páginas –merece mención especial la fiesta solo de mujeres que organiza- y fluye sin dramatismo. Por el contrario, la historia tiene un feminismo de amistad, como destaca la autora, quien en esta su primera novela, refleja de manera muy transparente sus tres profesiones: psicoterapeuta, cantante y escritora.

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Finalmente María ha expresado de forma pacífica y digna lo que quería a quienes han sido significativos en su vida. Muere.

Deja a su hija una carta… El hallazgo es conmovedor.

Comparto tres enlaces que acompañan muy bien la historia.

1 Entrevista realizada a la autora por parte de Escritoras Mexicanas

2 Lectura de las primeras páginas de Sin Ella: (Clic a la portada del libro en “Echa un vistazo).

3 Rita Segato, inspiradora de “El violador eres tú

Ricardo Olayo
Ricardo Olayo G.

Observador de una parte del pasado para vivir el presente. Suma experiencias en el periodismo y anexas desde hace 30 años. Recién redescubrió el daño que hacen las noticias falsas #fakenews. Quedó de enviar su CV