14 enero, 2020
La tensión se incrementó en las comunidades nahuas del municipio de Juan C Bonilla con la entrada de la maquinaria. Habitantes cancelaron el proyecto con el que construyen un drenaje tóxico que sería usado por 500 empresas, y que desembocaría en el río Metlapanapa. El pueblo lo realizó frente a los delegados del gobierno que se rehusaron a firmar y abandonaron el diálogo.
Por Daliri Oropeza
Fotos: Colectivo La Flor Peri Odico
CHOLULA, PUEBLA.- «Que muestren la documentación o que paren la obra”, fue la consigna. Cuando arquitectos e ingenieros reactivaron la obra para un drenaje de desechos industriales que desembocaría en el río Metlapanapa, en el municipio de Juan C Bonilla, una comisión de pobladores nahuas se les plantó enfrente, y exigió ver los permisos.
Las cuatro comunidades nahuas del municipio llevan una semana de tensión por la nueva incursión de las retroexcabadoras y la tubería para el drenaje industrial. Van cuatro asambleas donde negaron los permisos para que se construya este proyecto en el municipio, que se rige por usos y costumbres.
La comisión de pobladores se citó a las 10 de la mañana del 13 de enero para asistir juntos a donde están los ingenieros y la maquinaria. Les pedirían los papeles o frenar la construcción, que ya invade la carretera en zona federal que va rumbo al aeropuerto de Puebla.
Ese mismo día, antes, a las 9 de la mañana, sonó el anuncio por Radio Zacatepec: “A todo el pueblo le avisamos que quieren reabrir la presidencia municipal”.
Y es que, la comunidad de Zacatepec decidió en asamblea del jueves 9 de enero destituir al presidente de la junta auxiliar, Maurilio Tehutle Huelic. Ello, “por omisión a sus funciones públicas; por no cuidar, vigilar y defender los intereses comunes del pueblo, por no hacer acto de presencia en las asambleas. Asimismo, por haber incumplido con el compromiso de elaborar un amparo solicitado por la comunidad para defender al pueblo de el proyecto de drenaje de aguas residuales e industriales del parque industrial ciudad textil Huejotzingo”.
Desde ese jueves quedó cerrada la presidencia auxiliar de Zacatepec, hasta este 13 de enero que llegó Maurilio Tehutle. Él llegó respaldado por Joel Lozano presidente municipal emanado de Morena y una delegación del gobierno de Puebla intentaron aperturas la presidencia auxiliar para que continuara en el cargo. Esto el mismo día que el pueblo tenía planeado ir de comisión a pedir los papeles a los empresarios.
Los habitantes enfurecieron, pues fue decisión por usos y costumbres el destituir, clausurar y volver a elegir a alguien para el cargo; “alguien que sí esté comprometido con el pueblo, con el río y con la salud de la gente”, exige Alejandro Chocolatl, vecino de la comunidad de Zacatepec y comunicador popular.
Los habitantes de Zacatepec descubrieron que el presidente municipal y el auxiliar intentaron aperturar la presidencia, por lo cual convocaron por la radio, por grupos de mensajería celular y por medio de las campanas de la iglesia a más personas de la comunidad.
Días antes intentaron elegir por usos y costumbres al presidente auxiliar, pero les amedrentaron con policía estatal el día de la asamblea y lo pospusieron por lo cual las oficinas premanecen cerradas.
Ya estando en las oficinas de la presidencia auxiliar, mujeres, hombres, mayores y jóvenes vieron que los encargados del gobierno no solo iban resguardados por policía estatal. También les acompañaba un grupo de agitadores, vestidos como cholos con cachuchas de béisbol gringo y pantalones aguados los cuales se movían bajo instrucción de Joel Lozano, presidente municipal de Juan C Bonilla. Estaban siempre en formación frente a los policías.
Los nahuas no quedaron conformes hasta cerciorarse de que sacaron por completo a los elementos del gobierno morenista de las oficinas, pues por acuerdo de asamblea del pueblo, permanecerá clausurado hasta que la comunidad nombre su propio presidente auxiliar.
“Al presidente municipal le fue barato. Violó los sellos, los candados y con la policía estatal abrió la presidencia auxiliar, violando los acuerdos de usos y costumbres que puso el pueblo”, describe Chocolatl.
Pero el pueblo de Zacatepec, junto con las otras 3 comunidades nahuas que conforman Juan C Bonilla, ya tenían una actividad programada: ir a exigir rendición de cuentas ante los ingenieros que están destruyendo con maquinaria el territorio. Así que aprovecharon que estaba el presidente municipal, Joel Lozano, la delegación de la secretaría de gobierno de Puebla, y el presidente auxiliar destituido Maurilio Tehutle, para llevarlos al lugar de la destrucción.
Cuando comentaron a caminar, Lozano se encapsuló entre un grupo de policías estatales que lo protegieron y llevaron para otro lugar. Así escapó y fue a pedir los papeles a los constructores. Llegando al lugar, solo dos personas de la delegación estatal estuvieron presentes: Domingo Pedraza, delegado de Gobernación y Lino Romero Posadas, enviado de la secretaría general de gobierno de Miguel Barbosa, gobernador de Puebla.
De frente a la maquinaria, a los encargados del gobierno, a los policías, la población subió el nivel de presión ante el hartazgo de la incursión de maquinaria en su territorio y la amenaza al río Metlapanapa:
—¡Qué se lleven las máquinas!— grita desde la orilla una mujer.
¡No queremos la obra!— se escucha un murmullo colectivo en voz alta mientras comienzan poco a poco las mujeres y hombres a rodear a los delegados del gobierno.
—¡Que se detenga la obra eso es lo que pide el pueblo!— grita una mujer más joven. Domingo Pedraza, delegado del gobierno está en medio del círculo que los habitantes hacen para interpelarlo justo en frente de la valla de policía estatal.
—¡Queremos la explicación de un representante, no somos ignorantes, son 500 empresas y tienen dinero para entubar! — Le habla en alto un hombre de bigote blanco y sombrero.
¡No queremos el proyecto, ya se acabó! — grita un hombre más joven.
Mujeres y hombres caminan frente a la policía que está resguardando tubería de gran magnitud.
Al fondo de la valla están los empresarios que se niegan a dar la cara.
—Ustedes nos van a matar con esos tubos que van a traer las aguas tóxicas! —el hombre atrás de los policías intenta decirle que tienen los permisos —¡Todas esas aguas son químicas! ¡Ustedes no tienen permiso— revira de inmediato la mujer que lleva un sombrero para cubrirse del intenso sol de invierno.
—Ustedes vienen para cuidar al pueblo no a los empresarios! ustedes son pueblo!— grita un hombre a los policías, resguardando el área con la maquinaria.
Quienes estuvieron ahí, se asustaron ante la presencia de civiles armados que testigos vieron bajar de las camionetas de los empresarios. Estaban presentes entre 400 y 500 personas de los cuatro pueblos nahuas que defienden el río.
También los policías eran muchos. Chocolatl contabilizó nueve camionetas estatales estacionadas, cada una con por lo menos 10 policías, porque las bateas iban llenas; más lo granaderos que eran como 50, más la Guardia Nacional que llegó al final y los policías civiles sin uniforme y civiles armados.
“Hubo buena participación, y esta fuerza que defiende el río va creciendo. Cada vez se suma más gente, en algo más fuerte más gente se va a sumar. Las cuatro comunidades están dispuestas a unirse por el río”, asegura Alejandro Chocolatl, comunicador popular del pueblo de Zacatepec.
Él no pierde la esperanza. Como activista y comunicador le ha tocado defender a su pueblo de una carretera, de torres de alta tensión, de gasoductos y ahora de una creciente zona industrial que viene desde San Martín y en Huajotzingo no ha parado de crecer. El cinturón de empresas se extiende hasta Morelos.
Con su experiencia, valora que esta experiencia es positiva pues si bien hubo tensión, la lograron bajar con organización y diálogo; además de que el pueblo está consciente de lo que implicaría la contaminación de las industrias: la muerte del Metlapanapa, como pasó con el Atoyac, “estamos conscientes de eso”, afirma.
En la minuta firmada este 13 de enero, en el mero lugar donde frenaron las máquinas por no contar con la documentación ni con los permisos. Ahí la comunidad realizó una minuta que escucharon Domingo Pedraza, delegado de Gobernación y Lino Romero Posadas, enviado de la secretaría general de gobierno, pero que solo firmó el presidente auxiliar destituido Maurilio Tehutle ya que los estatales se resguardaron detrás de la policía y se negaron a firmar.
La minuta tenía dos puntos muy claros: la suspensión de las obras de drenaje industrial así como el retiro de las máquinas y la policía. Esto sucedió horas después de que los pobladores lo pidieran.
“El gran monstruo es el gasoducto, porque viene con muchas cosas de despojo. Ahorita las industrias se instalan a un costado del gasoducto. la esclavitud y enfermedad de nuestra propia gente. Es un monstruo que le pisas una cabeza, luego otra, y ahora lo vivimos con este proyecto de descarga, analiza Chocolatl.
“Sabemos que van a regresar (la maquinaria acompañada de policías). No se ve voluntad política del gobierno del estado, dijeron que se elaborara una minuta por parte del pueblo pero los delegados se negaron a firmar”, denuncia el comunicador popular.
Pero no pierde la esperanza:
“Hubo buena participación del pueblo, y la fuerza que defiende el río va creciendo. Cada vez se suma más gente,las cuatro comunidades están dispuestas a unirse por el río. La gente disfrutó ese momento de aparente victoria. Pero sabemos que van regresar a querer continuar a construir el drenaje. Pero la gente se queda con la satisfacción de saber que si se une no la reprimen, y es más fuerte y visible. No la tienen fácil esos empresarios”.
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