Gobierno de Puebla financia industria automotriz que contamina los ríos

9 diciembre, 2022

De acuerdo con el informe del Toxi Tour México 2021, las plantas de Volkswagen y Audi asentadas en territorio poblano estarían causando estragos ambientales; sin embargo, se les dieron apoyos financieros por mil 102 millones de 2019 a 2022

Texto: Samantha Páez

Fotos: Cortesía

PUEBLA. – Las plantas automotrices de Volkswagen y Audi en Puebla no solo utilizan y desechan sustancias contaminantes, como benceno o metales pesados, sino que emplean cañones anti-granizos para inhibir la lluvia, afectando la producción agrícola local. Así consta en el informe Empresas transnacionales y libre comercio en México caravana sobre los impactos socioambientales, elaborado en 2021 tras la caravana Toxi Tour México.

En el caso específico de la armadora Volkswagen, ubicada en Cuautlancigo, Puebla, el documento señala que su instalación atrajo más industrias a la zona, incluyendo a sus proveedoras. Estas empresas, en muchas ocasiones descargan sus aguas residuales en los drenajes municipales, terminando en los ríos Atoyac y Zahuapan.

La contaminación del afluente, por la cual la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) emitió una recomendación en 2017, ha causado la muerte de 26 mil 477 personas por cáncer y 4 mil 379 por insuficiencia renal de 2002 a 2016. Así lo sistematizó el el Centro Fray Julián Garcés, Derechos Humanos y Desarrollo Local.

A pesar de ello, el gobierno de Puebla, encabezado por Luis Miguel Barbosa Huerta, ha asignado año con año desde 2019 hasta 2022 cuantiosas sumas por apoyos financieros a estas industrias automotrices. Estos apoyos suman mil 102 millones de pesos en cuatro años, 913.5 millones para Volkswagen y 189 millones para Audi.

Para Andrés Barreda Marín, coordinador de Programa Nacional Estratégico (Pronace) Agentes Tóxicos y Procesos Contaminantes, del Conacyt, para frenar la contaminación generada por la industria automotriz en México no sólo se les tiene que quitar los beneficios económicos y fiscales, sino que también se tienen que recaudar más impuestos para que con esos recursos se “recomponga lo que han destruido”.

Industria que contamina

El informe resultado de la Caravana sobre los impactos sociales y ambientales de las empresas transnacionales y el libre comercio en México (#ToxiTourMexico) apunta que en la cuenca Atoyac-Zahuapan los beneficios fiscales, la creación de infraestructura y la desregulación ambiental y laboral favorecieron el desarrollo de un corredor industrial. En este corredor ahora se ubican 20 mil 402 empresas, siendo la automotriz una de las de mayor crecimiento (60% entre 2011 y 2016).

La industrialización de esa zona no sólo implicó una profunda transformación del territorio, dice el documento, sino también tuvo como consecuencias el despojo de tierras, la depredación ambiental y la proliferación de redes criminales dedicadas tanto a la trata de personas como al robo de hidrocarburos.

En la cuenca Atoyac-Zahuapan las descargas de aguas residuales municipales e industriales, sin alguna clase de tratamiento, rebasan por mucho los límites permitidos por la normatividad ambiental.  De acuerdo con las mediciones de calidad del agua realizadas por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) de 2012 a 2020, de los 82 puntos de medición en el afluente, el 85% no cumplen con los Indicadores de Calidad del Agua Superficial. Algunas de las sustancias encontradas en exceso son coliformes fecales, metales pesados, color, aluminio, cloruro de metilo, mercurio, níquel y nitrógeno amoniacal.

Esto ha generado, de acuerdo con organizaciones como el Centro Fray Julián y el investigador Samuel Rosado, la proliferación de enfermedades que habrían causado la muerte de al menos 31 mil 575 personas por cáncer. Así como la de 12 mil 491, por neoplasias o tumores y 4 mil 379 por insuficiencia renal. Esto, de 2002 a 2019.

En tanto que de la cuenca Libres-Oriental el reporte del Toxic Tour da a conocer que “la industria causa conflictos en torno al despojo de tierras, la contaminación y acaparamiento del agua”. En mismo documento señala que entre 2015 y 2019, el acuífero Libres-Oriental se encontró oficialmente en situación de déficit, debido al uso excesivo de agua por parte de las industrias y mega granjas.

Por ejemplo, para la producción de una tonelada de fresas o arándanos destinados a la exportación requieren entre 190 mil y 260 mil litros de agua; para un automóvil cerca de 400 mil litros y para una tonelada de carne de cerdo, 2 millones 333 mil litros de agua. A esto se sumaría que tanto la planta Volkswagen como la de Audi utilizan cañones anti-granizo para inhibir la lluvia y proteger su producción, poniendo en riesgo la agricultura local.

Apoyos financieros millonarios

A pesar de los problemas medioambientales que ha traído la industria automotriz a Puebla, el gobierno de Miguel Barbosa propuso y el Congreso local aprobó millonarios recursos para las plantas de Volkswagen y Audi. En 2019 se avaló en la Ley de Egresos del Estado de Puebla un apoyo financiero para las armadoras por 213 millones 66 mil 975 pesos; en 2020 fueron 287 millones 269 mil 26; para 2021, 287 millones 269 mil 26 pesos y para 2022, 315 millones.

Tan sólo en 2022, los apoyos financieros a las automotrices alemanas superaron por mucho el monto destinado por el gobierno estatal para el saneamiento de la cuenca Atoyac-Zahuapan. De acuerdo con Andrés Galván Torres, director general del Organismo de Cuenca del Balsas, de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), en 2022 el gobierno poblano destinaría 16 millones 320 mil 147 pesos para obras de saneamiento. Es decir, tan sólo un 5% de lo invertido en la industria que contaminaría ese mismo afluente.

Aunque en su respuesta oficial a los señalamientos del Toxic Tour la Volkswagen reconoce y lamenta “las malas condiciones ecológicas del río Atoyac” y los efectos en la salud de la población, señala que “cumple plenamente con todos los límites de descarga establecidos en su concesión”. A su vez, menciona que no hay efectos negativos científicamente comprobados de los cañones anti-granizo.

No obstante, desde la perspectiva del académico Andrés Barreda, la armadora alemana se tendría que responsabilizar hasta por dos escalones de su cadena de suministro. Es decir, que también debería asumir la responsabilidad de que sus proveedoras causen estragos al medio ambiente.

«Si te fijas esa manera de usar las cadenas de suministro es una manera de ocultar las externalidades, entonces es una contaminación outsourcing, es que las dos fuentes de ganancia extraordinaria adquirieron la estructura outsourcing. Una es la explotación del trabajo, pagarlo por debajo su valor, para eso era la subcontratación de la subcontratación de la subcontratación. Y la otra fuente de la ganancia extraordinaria es no pagar externalidades, de manera que puedes hacer cosas que en ningún lugar del mundo te está permitido hacer y ganas más que en cualquier otro lugar […] lo diseñaron perfectamente, entonces todo lo difieres y lo haces outsourcing. Entonces, ¿qué necesitamos hacer? Visibilizar el outsourcing ambiental tal y como se visibilizó el outsourcing laboral».

Para Alejandra Méndez Serrano, directora del Centro Fray Julián Garcés, la invisibilización de la industria como responsable de la contaminación de la cuenca perjudica los planes de saneamiento.

«A la industria la están dejando así como invisibilizada, como que no es responsable de nada, y donde se tiene que poner énfasis es en la descarga industrial, porque ahí es donde están las sustancias tóxicas que están matando a la población».

En ese sentido el gobierno alemán aprobó en junio de 2021 la Ley de Debida Diligencia Corporativa en las Cadenas de Suministro (Lieferkettensorgfaltspflichtengesetz), misma que entrará en vigencia el 1 de enero de 2023 y que obliga a las empresas con sede en Alemania a tener una gestión responsable de las cadenas de suministro, sobre todo en los temas de impacto negativo en los derechos humanos y medio ambiente.

Andrés Barreda dijo que es precisamente en este momento cuando el gobierno federal debería poner sus condiciones a las empresas extranjeras para que cumplan la normativa ambiental, además de los señalamientos que ha hecho Raquel Buenrostro, secretaria de Economía, para que la industria automotriz pague impuestos y no se le subvencione.

«Yo digo que es el momento para que como parte de ese paquete de condiciones se les ponga como una condición que sí hagan negocios, sí crezcan, pero no a costa de la vida de las personas».

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