La confrontación con Estados Unidos irrumpe en Irán en medio de crisis tanto económica como por la deslegitimación de un sistema político-teocrático y por el conflicto Siria- Rusia
Texto: Daliri Oropeza y Daniela Pastrana
Foto: Unsplash / Mostafa Meraji
El conflicto de Irán con Estados Unidos sorprendió al país asiático en medio de protestas masivas en su territorio, e incluso en países vecinos, como Irak y Líbano.
Los primeros levantamientos sociales fueron respuesta al aumento del 200 por ciento en los precios de combustibles.
Las siguientes protestas fueron contra el régimen de la República Islámica, encabezada por el ayatolá Alí Jamenei. El Ayatolá es el segundo título más alto del clero chií. Los ayatolás son considerados expertos en ciencias islámicas como la jurisprudencia, la filosofía, el conocimiento iluminativo y la moral.
Más de mil 500 manifestantes han sido asesinados por fuerzas militares iraníes o pro-iraníes de otros países como Irak.
La dependencia del petróleo agudizó la crisis económica que afecta a la sociedad iraní, sumando a las multas que le impuso Estados Unidos desde que salió del acuerdo nuclear firmado en 2015. Dicha crisis también es resultado del manejo de la economía que han hecho los ayatolás.
El 27 de diciembre del 2019, una de las principales milicias pro-iraníes disparó un cohete contra tropas estadounidenses, y en el ataque murió un contratista. Estados Unidos anunció represalias.
El 31 de diciembre, los iraníes realizaron ataques contra la embajada de EU en Bagdad, capital de Irak. El más grave dejó destruida toda una sección del edificio estadounidense, aunque no hubo víctimas.
En un bombardeo estadounidense en el aeropuerto de Bagdad, el 2 de enero, murió asesinado Qassem Soleimani, líder militar de las Fuerza Quds de Irán y el militar con rango más alto. Por su cargo, es la posición militar más cercana de los ayatolás. Su eliminación representa un golpe durísimo para el régimen, de acuerdo con especialistas.
El funeral de Soleimani fue masivo. En las imágenes de los medios se apreciaban calles repletas de iraníes que asistieron a homenajearlo. Las banderas iraníes fueron alzadas en pos de defensa.
El 7 de enero, Irán disparó misiles sobre la base militar que alberga a soldados de Estados Unidos en Irak. No hubo víctimas. El primer ministro del exterior de la república islámica declaró:
“No buscamos la escalada o la guerra, sino que nos defenderemos de cualquier agresión”.
De acuerdo con la internacionalista Montserrat Arce, la crisis que vive Irán tiene tres aristas.
La primera es la deslegitimación de un sistema político-teocrático (la República Islámica), obsoleto para las generaciones más jóvenes. Este régimen ha provocado descontento social debido a la falta de apertura y oportunidades para los jóvenes.
La segunda es una crisis económica propiciada por la salida de Estados Unidos del acuerdo nuclear con Irán firmado en 2015 y la posterior reinstitución de las sanciones económicas impuestas por el gobierno norteamericano. Entre otras cosas, imposibilitan al país islámico el comercio de petróleo, que es el principal sustento de la economía iraní.
Esto provocó -en mayo de 2018- una brutal caída en el poder adquisitivo de los iraníes y la depreciación de su moneda, el rial iraní.
La tercera arista es la crisis política de Irán, la cual, de acuerdo con Arce, tiene dos facetas:
“En primer lugar, Irán amplió su área de influencia en la región con el conflicto en Siria e Irak, ayudado por Rusia, lo cual ha generado descontento en Irak y en Líbano. También debido a la injerencia iraní, por sus vínculos con Hezbollah (que son musulmanes chiitas)”, explica.
“En segundo lugar, una creciente tensión con Estados Unidos por la posición de Trump que ha provocado una nueva marginación de Irán a nivel internacional y ha bloqueado la posibilidad de tener un diálogo entre Teherán y Washington que permita llegar a acuerdos benéficos para ambos”.
El día después del ataque a la base militar estadounidense en Irak, Donald Trump informó que no hubo muertes. En su discurso aseguró que habrá sanciones económicas contra Irán.
En el marco de la elección presidencial en su país, Trump aseguró que se debe trabajar en conjunto con Irán para alcanzar la paz.
El presidente y candidato a reelegirse presumió de nuevo el armamento del ejército estadunidense, aunque aseguró que “no los quiere usar”. También solicitó a la OTAN mediar en Medio Oriente y pidió renegociar un acuerdo nuclear distinto al que firmaron las potencias mundiales con Irán en 2015.
En entrevista, Arce desestimó que ésta sea una “Primavera” más para la región.
“Irán tuvo una importante serie de protestas llamadas la Revolución Verde o Primavera Persa, justamente enmarcadas dentro de esa inercia (Primavera Árabe) en la región en 2009-2010, derivado de fraudes en las elecciones presidenciales con la reelección de Ahmadinejad. Luego hubo otra serie de protestas para denunciar la represión política, la corrupción y la falta de alternancia. en 2017 y 2018”.
Pero lo que está pasando ahora es más el hartazgo acumulado y una enorme desesperación por la situación económica de este país.
Ella analiza desde cuándo viene la crisis y el descontento:
“Después de la firma del acuerdo nuclear con Obama, que ayudó a que la economía iraní mejorara considerablemente, la gente se hizo una idea de que las cosas iban a ser mejor en el futuro —y en una de esas hasta el régimen empezaba a abrirse— y esa idea se acabó con la salida de Estados Unidos del acuerdo, la crisis económica, las sanciones y la sequía que afectó también la economía”.
“Yo creo que sólo si la situación escalara a un nivel de guerra civil podríamos entonces hablar mas o menos de una ‘primavera’ pero ahorita no”.
La enemistad entre Irán y Estados Unidos se remonta a la Revolución iraní de 1979, recuerda Montserrat Arce. En esos años, el Shah estaba apoyado por Estados Unidos y Reino Unido. En ese contexto, un grupo de jóvenes tomaron la embajada en Teherán y secuestraron a 52 empleados de la embajada.
Ese es un acto que marca la enemistad, afirma Arce, casi irreconciliable con Irán, el cual se observa y se exacerba en la imposición de sanciones económicas por parte de Estados Unidos.
Una consecuencia vigente es la ruptura de relaciones diplomáticas de Irán con Israel en el 1979 derivado de que el ayatollah Khomeini creía que Israel era una versión más pequeña de todos los males que representaba Estados Unidos, reflexiona Arce.
«Estados Unidos siempre ha sido un aliado natural de Israel y el lobby judio allá tiene mucha influencia, lo cual contribuyó a la polarización que se fue formando a lo largo de estos años y que impide también acercamientos entre ambos países ya que es muy costoso políticamente, especialmente desde que Irán empezó a enriquecer uranio (lo cuál No significa que sea un país con armas nucleares (aún).»
La maestra en Guerra y Desarrollo, explica que con Barack Obama como presidente relializaron el acuerdo nuclear con el cual Irán empieza a cooperar y se abre la posibilidad de un nuevo futuro para todos. Y la salida de EU afectó.
La sanciones a Irán provocan que la producción petrolera y la economía se desplomen, recuerda Arce. Irán dice que va a volver a enriquecer uranio y comienza a buscar poner satélites en el espacio, alterando. Estados Unidos quien comienza a militarizar el golfo pérsico para evitar que Irán se expanda, lo cual escala las tensiones.
En mayo, recapitula, Irán atacó buques petroleros de Arabia Saudita, «en una especie de protesta y amenaza» .
La especialista recuerda que en julio del 2019, Reino Unido detuvo un buque iraní en el Estrecho de Gibraltar que supueamente transportaba petroleo a Siria, violando sanciones internacionales.
«Irán responde capturando un buque británico, escalando las tensiones con occidente. En septiembre Irán atacó una refinería de Aramco en Arabia Saudita, aliado petrolero de Estado Unidos. Y luego, esto se juntó que en diciembre hubo un ataque de una base Irakí en donde muere un civil estadounidense y Trump culpa a las milicias iranies».
«Yo creo que el interés de Estados Unidos en Irán es casi enteramente político. Es muy rentable siempre tener un enemigo que sea una amenaza latente para ti y tus aliados porque siempre lo puedes explotar a tu favor para tener mayor legitimidad».
Cuestionado al respecto de la postura de México en su conferencia matutina, el presidente Andrés Manuel López Obrador sostuvo que “deberíamos de aprendernos de memoria, conocer al dedillo lo que dice el artículo 89 en lo relacionado con política exterior”, porque es el de la solución pacífica de los conflictos. Ese dijo sin salirse del guión que ha repetido durante todo el año, es el principio fundamental de su política exterior.
“Tenemos nosotros que procurar que haya diálogo, que se busque un entendimiento, que no se recurra al uso de la fuerza, no a la guerra. Y esa es la postura de nuestro país, la definió ayer con mucha claridad la Secretaría de Relaciones Exteriores. Nosotros estamos por la búsqueda de soluciones pacíficas y en una postura de neutralidad, de no intervención, de respeto a la decisión que toman las naciones; y al mismo tiempo exhortando a que no haya guerra, que no haya confrontación armada, que haya diálogo. No a la guerra, sí a la paz”, dijo el mandatario.
Ante la insistencia de los reporteros, sobre el reforzamiento de medidas de seguridad en la capital o de las afectaciones en la economía por las fluctaciones del peso, afirmó: “Nosotros no vamos nosotros a especular sobre eso. Yo soy optimista, yo creo que se va a lograr un acuerdo (…) Vamos siempre a buscar la paz y vamos a actuar de manera responsable en este conflicto”.
Por la tarde, López Obrador inauguró en Huehuetoca, Hidalgo, el “Centro de Entrenamiento Conjunto de Operaciones de Paz en México”. De acuerdo con lo expuesto por el representante de México ante Naciones Unidas, Juan Ramón de la Fuente, ahí se van a capacitar civiles y militares “con un sólo propósito: crear condiciones para lograr una paz duradera ahí, donde se requiera”.
“No es casual que 75 años después de que fundara la ONU estemos hoy aquí inaugurando este centro de capacitación. México es, por vocación y por convicción, multilateralista. Los operativos de paz son uno de los mejores instrumentos de los que hoy dispone el mundo para hacer valer el multilateralismo en la prevención y la solución de los conflictos”, dijo De la Fuente.
En un evento que tuvo como invitado especial al secretario general adjunto para operativos de paz de la ONU, Jean-Pierre Lacroix, el secretario de la Defensa, Luis Crescencio Sandoval, destacó la “participación histórica” de México en operaciones de paz (en los Balcanes entre 1947 y 1950, en la India y Pakistán en 1949, en El Salvador entre 1992 y 1993).
Desde el 2015, dijo, cuando México reinició su participación en operaciones de paz, integrantes de nuestras Fuerzas Armadas y de seguridad se han desempeñado en misiones de Naciones Unidas. Algunos países son Colombia, en Líbano, Haití, Mali, República Centroafricana y el Sahara Occidental. Actualmente, 15 militares — 10 hombres y cinco mujeres– se encuentran desplegados en estas misiones.
Por su parte, De la Fuente, por su parte, aseguró que la paz y la seguridad son prioridad del gobierno que encabeza López Obrador: “Son prioridad de su política interna y de su política internacional. Y en efecto, por eso una buena política internacional empieza por estar en consonancia con las prioridades de una buena política interna. Y aquí que no quede ninguna duda, la paz y la seguridad van por delante”.
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