Aviso a todos los políticos, empresarios agiotistas y demás delincuentes del mundo: este Miralejos se va a poner a bailar toda la noche en una zona que por suerte no es territorio Telcel. Favor de no molestar hasta el próximo año. ¡Salud!
Hace algunos años comencé la costumbre de poner en Facebook canciones relacionadas con los deseos que tengo para personas que marcaron el año que termina. Es una forma de decirles: «aquí estoy, no respondo rápido los mensajes, pero les tengo en mi pensamiento y les quiero».
No es un trabajo fácil. Tengo que pensar muy bien mis uvas (nunca me alcanzan para todas las personas que quisiera) y luego tengo que pensar qué canción me recuerdan. Después de eso, debo buscar entre cientos de videos de Youtube la versión que más me gusta para lo que quiero decirles.
Este 2019 es para mí un año de cambios: la red de Periodistas de a Pie gana autonomía, Pie de Página sube montañas, y yo lo estoy cerrando, como hace mucho que no lo hacía: reporteando en el sureste mexicano, conociendo y expedicionando… lejos de mucha gente que quiero.
Aunque no estoy sola. Aquí me he encontrado viejas y nuevas compañeras de aventuras. Y estoy mirando el horizonte con mis crías, como dicen las mujeres por acá.
Pero no quiero dejar de mandar la señal: mis 12 uvas, para toda la gente que me acompañó y que me dejó acompañarla y aprender. Porque al fin de cuentas, de eso se trata esto de la vida.
Aviso a todos los políticos, empresarios agiotistas y demás delincuentes del mundo: este Miralejos se va a poner a bailar toda la noche en una zona que, por suerte, no es territorio Telcel. Favor de no molestar hasta el próximo año. ¡Salud!
Para Andrea, por existir.
Y también por ser tierra y luz.
Para Emmanuel, por el amor incondicional.
Y por todo lo que me enseña y me ancla.
Para mi abuela y mi abuelo, porque sin ellos no sería yo. Y para mis familias (naturales y adoptivas), porque siempre son un punto de equilibrio para volver al origen
Para las mujeres que luchan, sobre todo para las madres que han perdido a sus hijos. Y para las más jóvenes. Que está furiosa revolución que han iniciado nos reencamine a todas a una vida mejor.
Para mis amigas españolas y catalanas, que hace años llevaron a (la otra) España a mi casa y este año me dejaron comerme todas sus uvas y conocer su historia, que es la misma que la mía. Porque han sido hermanas y fogata.
Y también, para todas mis amigas y amigos de siempre (de la secu, de Reforma, del Masiosare) que son parte, eterna y fundamental de todo lo que soy.
Para las enormísimas mujeres cucapá y kumiai, mis entrañables cochimí, pa ipai y kiliwa, mis queridos rarámuris y mis admirados mayas, (que no «existieron»; existen). Y para todos los pueblos y naciones indígenas que hay en México, con mi mayor deseo de que nunca más sean invisibles para nadie.
También, por supuesto, para las mujeres zapatistas, por su palabra y su escucha, y por este feliz reencuentro.
Para todos los activistas y defensores de la tierra que han dado la vida por cuidar nuestro mundo. Porque esta tierra es de todos, es una, y hay que cuidarla para cuidarnos.
Y también para todos los que han perdido a un ser querido en estos años oscuros. Porque encuentren la verdad. Porque nunca nos olvidemos de la justicia y que todos encontremos un poco de paz.
Para Cecilia, Cynthia, Adriana; Marcela, Guio, Mariate; Estrella, Diana, Eileen, Mago, Elia, Gina y otras amigas y maestras trotamundos. Porque sin saberlo, me muestran las salidas. Y también por los viajes, las risas, el vino, el tango, el flamenco, el yoga, la samba y el can can.
Para la Red de Periodistas de a Pie (a cada una de las personas que la hacen posible), por sobrevivir y seguir siendo una sombrilla que cubre tanto, y para mis compitas periodistas de cada una de las regiones de este país, que siempre me dan su casa, su comida, sus saberes y sus contactos. Porque mientras ellos no bajen las manos acá seguiremos dando la batalla por el periodismo.
Y para los medios aliados, que esté año demostraron que se puede hacer equipo en el periodismo mexicano. Pero especialmente, para Ernesto Ledesma y nuestros vecinos de Rompeviento, por compartir su casa y su cobija.
Para el equipo de Pie de Página, que se ha rifado este año hasta el último día con trabajos impresionantes. Porque ha puesto pasión y voluntad para poner en la agenda temas que nadie quiere ver. Y porque es realmente un orgullo trabajar con ellos. Muy especialmente esta canción es para Alberto Najar, por la paciencia que siempre me tiene.
Para las personas que migran y para las que se atreven a buscar otros mundos
Para mi, porque siempre me las arreglo para encontrar instantes para ser feliz.
Que el 2020 traiga fuerza a todos. Y por favor, no olviden que necesitamos su ayuda para fondear Pie de Página
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Quería ser exploradora y conocer el mundo, pero conoció el periodismo y prefirió tratar de entender a las sociedades humanas. Dirigió seis años la Red de Periodistas de a Pie, y fundó Pie de Página, un medio digital que busca cambiar la narrativa del terror instalada en la prensa mexicana. Siempre tiene más dudas que respuestas.
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