El Promontorio y el Eco es un poemario publicado de forma semanal a través de esta vía digital. Ésta es su decimonovena entrega
Por Eduardo Sierra Romero
Imagen: María Ruiz
Este corazón de fuego palpita inmerso en tu recuerdo,
resiste a desfallecer con el silencio de tu gesto
ahora que la montaña se erige entre nosotros,
danza en la recreación ritual sagrada
de la entrada del viento en la tierra.
Aquí en el centro de este Sol tuyo,
la sustancia que sostiene la conciencia
nos comunica con el terremoto.
Flujos de violeta cargados de la sensación del cielo
recorren en espiral nuestras columnas
todos los atardeceres
en los que el surgimiento de la Luna nos devuelve
al regocijo del amor,
espejo de la sonrisa de nuestras almas.
A mis brazos abiertos que se murmuran tu regreso
vienen a hacer nido todas las aves que son testigos
de la resurrección del panorama
como designio divino entre nuestras pieles,
que ahora a gritos erizan la distancia.
Allí en el centro de ese Sol mío
las grietas, ya lo saben en oriente,
se han cohesionado con oro.
En este suspiro que persigue tu voz
convive el poema y la oración,
entrelaza las esencias sutiles que agitan nuestros nombres
y que se fijan como belleza en la naturaleza
después de la conjunción de nuestros alientos.
Nuestra saliva ha moldeado los templos
donde el rito de los sentidos justifica lo encarnado.
Toda la noche te escucha todo mi cuerpo,
¿resuena?
Las estrellas giran unas sobre otras frenéticamente
esperando el clamor de reacomodo
para iluminar lo manifestado en esta tierra
que caminamos con sigilo.
Desde el centro de nuestro Sol al centro de nuestro corazón,
al centro de nuestro fuego,
los amaneceres son ya sólo uno.
Lentamente la conciencia del verbo encarnado evapora la ceniza
dejando como base, y reluciente,
este corazón de fuego que palpita inmerso en tu recuerdo.
Entregas anteriores:
El tejido del permanente transcurrir
Poeta y periodista. Me interesa el autoconocimiento y la exploración intuitiva de la realidad desde la perspectiva espiritual.
Ayúdanos a sostener un periodismo ético y responsable, que sirva para construir mejores sociedades. Patrocina una historia y forma parte de nuestra comunidad.
Dona