Nueva entrega del poemario El Promontorio y el Eco, de Eduardo Sierra Romero
Por Eduardo Sierra Romero
Imágenes: María Ruiz
El, un, todo anhelo
de un momento suspendido
en, con, el contacto del río
con su cauce.
El arte de la persistencia
en la continuidad de lo confuso
y lo cegador, atronador de mis
verdades.
Y mis suplicios.
Ejecución en automático de los
colores y el lenguaje de señas
para conmover lo irremovible de los
resplandores.
Y espejismos.
Un, el, mi hermoso accidente,
previsto en el temblor
de los párpados,
y la penetración en la sustancia
la, única, con extensión de los
filamentos del corazón, sintonizados
al Amanecer.
Las referencias a los paralelismos
y las fugas de pura intuición
toman el control,
noches, se encima
sobre el triángulo aquello que no ajusta.
Como, sólo, el deseo de verme a través
de tus ojos, en la pretensión
del jade infinito envuelto
en espiral en tu cintura,
y, en, mi
ternura.
Llega por fin al mar, suma
uno, y el cero en el
centro de la tormenta.
Y la
marea de fuego,
y mi implacable camino.
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