Estudiantes de la Facultad de Estudios Superiores de Cuautitlán protestaron frente a la Rectoría de la UNAM por el silencio de la institución frente el acoso sexual por parte de profesores. Durante la manifestación, contingentes mixtos con el rostro cubierto causaron destrozos en la Torre
Texto: Vania Pigeonutt
Fotos: María Ruiz
La bandera de México arde. Jóvenes con el rostro cubierto, en el contexto de la marcha contra el acoso en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la quemaron en la Torre de Rectoría, luego de destrozar vidrios y realizar pintas en el inmueble.
Van más allá de las protestas contra el acoso. Se escucha el estruendo de las bombas caseras lanzadas al interior del mezzanine de la Torre, donde está la Tesorería, el área de nóminas y pagadurías. También el sonido seco de cohetes, que anuncian la caída de la bandera mexicana, en manos de seis chavos y chicas que pintaron una A de anarquía sobre el asta. Luego la llevan a quemar.
Faltan unos minutos para las 16:00 horas. Este bloque, el tercero que llega a las inmediaciones para protestar contra el acoso sexual, tiene una consigna principal: exige la destitución del rector recién reelecto, Enrique Graue, a quien le llaman el macho y porro número uno. Están embozados, portan palos y tubos con los que rompen los vidrios. Cargan aerosoles y pintan. Es un bloque mixto.
En la base del asta bandera, a espaldas del estadio de los Pumas de la UNAM, de los destrozos, los cohetones y las pintas, se lee: “Somos seres de fuego”, “Graue violador”, “quema a tu rector”, “muerte al estado”, “Grahuevos”, “escuela del estado, te enseña a hacer un esclavo”, “no comas carne”. “Ni patria ni dios ni rector asesino”. “Haz patria mata un macho”. “UNAM encubre violadores”. “Asesinos, acosadores, fuera Graude, queremos soluciones: culeros”.
Se escucha: “¡Que lo vengan a ver, que lo venga a ver, ese no es un rector, es un machista de cabaret!, ¡Graue porro!”. Personal de Protección Civil de Rectoría apaga con extintor el fuego provocado por los manifestantes. Minutos más tarde romperán los vidrios de la librería Henrique González Casanova, sacarán decenas de libros y los regalarán.
Estos hechos son denominados una: acción directa, violenta y radical, según lo escrito en una manta negra con letras blancas que portaban. La mayoría de los manifestantes de este tercer bloque de protestas durante el día vestían de negro y estaban embozados.
Antes del sonido incesante de: “¡Quémenla!, ¡Quémenla!, ¡Quemen la bandera!”. Las protestas en Rectoría fueron exclusivas para exigir alto al acoso sexual en la UNAM, castigo a los perpetradores de violaciones sexuales y conductas que no han sido penadas, pese a que hay un paro desde hace tres semanas en el Campo 1 de la Facultad de Estudios Superiores de Cuautitlán.
Alrededor de las 13:00 horas, estudiantes marcharon del parque La Bombilla, ubicado en la Alcaldía Álvaro Obregón, con varias mantas que exigían: “¡Fuera acoso de la UNAM!”, “Marcha pacífica: #JuntosContraElAcoso”. Los alumnos se trasladaron desde Cuautitlán, un municipio a dos horas, en el Estado de México. Desde el 23 de octubre mantienen un paro indefinido de labores.
Kyra, una estudiante que portaba un altoparlante, explicó que vinieron desde Cuautitlán: “Campo 1 ya lleva tres semanas de paro indefinido, tenemos las dos mesas de diálogo con nuestro director de la facultad y no nos ha dado respuesta. Es poco empático para los casos de acoso que estamos sufriendo en la Facultad. Abandona las mesas cuando le decimos que tiene que tomar un taller de perspectiva de género”.Dice mientras, atentos, todos escuchan: “Cuautitlán campo 1 va a seguir en lucha hasta que nos den resolutiva de los casos de acoso y abuso sexual, porque Cuautitlán no se rinde, y porque Campo 1 seguirá gritando consignas como: ¡Fuera acoso de la UNAM!”.Un estudiante de la Facultad de Ingeniería pide: “Las autoridades están muy contentas de que nosotros nos estemos polarizando y que nosotros nos estemos peleando entre nosotros”. Les pidió no confrontarse.
También hablaron sus compañeras, que alertaron que justo este jueves se cumplieron las 72 horas de plazo que dieron a su director para resolver y castigar los casos de acoso.
Seis observadores de la Comisión Nacional de Derechos Humanos y personal de Protección Civil de la Universidad registraron hechos violentos entre manifestantes y medios de comunicación, pintas a edificios y murales, daños a la Torre de Rectoría, y a la librería Henrique González Casanova.
De regreso al Metro Copilco se escucha: ¡Qué alegría, qué alegría, entró Cuauti en rebeldía! ¿¡En dónde está, en dónde está la solución que el director nos iba a dar!?
Kyra explica que desde que tomaron su escuela de manera indefinida el 23 de octubre, la primera mesa de diálogo fue el 28, la segunda el 5 de noviembre. No han tenido resolutivos. En su pliego petitorio, además de denunciar cuatro casos de abuso sexualpor parte de profesores de Campo 1 y exigir su renuncia, piden a la oficina jurídica y a la Comisión Local de Equidad de Género apegarse al “Protocolo para la Atención de Casos de Violencia de Género en la UNAM”.
También demandan que el personal sea capacitado con perspectiva de género, actuar con protocolos, instalar botones de pánico y cámaras de seguridad en los accesos del Campo 1, y castigos puntuales. Estas chicas están en paro como lo está también la Facultad de Filosofía y Letras. El miércoles, con el anuncio de la suspensión de cinco perpetradores de acoso en el Campo 4 de Cuautitlán, esta escuela reanudó actividades.
Los estudiantes acudieron a Ciudad Universitaria porque, acusaron, en la FESC no tienen respuestas.
«Federico A. TKD Abusador de menores”, escribieron mujeres manifestantes en el piso frente a Rectoría, previo al mitin. de los que marcharon. Las chicas vestían de negro y cubrían su rostro.. El anonimato, dijeron, obedece a que buscaron que lo más visible fuera la protesta.
“En un primer momento era una acción que consideramos urgente debido a que hasta ahorita no sabemos cuántos casos ha habido, los medios se acercaron a agredirnos, cosas que ya han hecho en anteriores manifestaciones. Los camarógrafos no se nos quitaban de encima, no podíamos iniciar la acción”, dice una chica, cuando concluye la actividad.
La versión de los fotógrafos es que fueron golpeados por hombres que intentaban ayudar -pero de forma agresiva- a sus compañeras que concluían su pinta sobre el suelo. De acuerdo con la versión de uno de los periodistas: un chico que intentaba colocarse en valla le soltó un puñetazo. El fotoperiodista le respondió: luego se acercaron otros cinco y también intercambiaron golpes con los estudiantes.
Las chavas dijeron que sí son feministas, pero su bloque es variado. Les parece que el caso del profesor Federico Arceo García, quien ya fue destituido de su cargo de entrenador de la Asociación de Taekwondo de la UNAM, es grave. Tiene denuncias formales y aún no lo han removido, sigue dando clases en la FES Iztacala.
“Todavía puede ejercer como maestro y tiene niñas a su cargo como profesor”. Tanto estas estudiantes como las de la marcha pacífica lamentaron que a varios estudiantes, durante la protesta del pasado 7 de noviembre en la facultad de Derecho, lo que más importó fue el mobiliario.
En lo más alto de la Torre de Rectoría el último bloque colocó: “Weeey mi Rectoría” en referencia a esto, que a muchos de sus compañeros, dijeron, les importan más los daños materiales, que los casos irresueltos de acoso y abusos sexuales dentro de la UNAM.
Quizá por eso, tres estudiantes de la carrera de Derecho, ajenas a la protesta, opinaron diferente. Se quejaron de que su biblioteca aún no tiene los vidrios que rompieron las manifestantes el pasado 7 y hay pintas en el monumento de un águila, a la entrada de su facultad.
Con lo que estudiamos sabemos que hay formas y normalmente no son efectivas, pero no creo que sea la manera. Se tienen que seguir todos los protocolos y ya cuando de plano no da, es cuando se recurre a esto”, dijo Fernanda.
Cuestionó: “El director no corre a los maestros acusados, porque no tiene las bases, porque ninguna de las personas que dice ser atacada ha hecho una denuncia formal: es ilógico porque estamos estudiando esto, en Derecho. Vinieron feministas de otras facultades que realmente no saben qué es lo que pasa aquí”.
El bloque que se dijo anarquista, aseguró que sí era conformado por estudiantes de la UNAM, reivindicaron los movimientos de Ecuador, Bolivia y Chile, además de quemar la bandera y pintar una A de anarquía sobre un mural de David Alfaro Siqueiros, en la fachada norte de la Torre.
En la librería Henrique González Casanova los manifestantes sacaron los libros y los regalaron, luego de destrozar los vidrios. Otros estudiantes y empleados de la tienda hicieron montones de libros para resguardarlos. Los rescatadores de libros hicieron filas y se pasaban los libros de mano en mano.
Graue inspeccionólos daños provocados en la Torre de Rectoría y en las instalaciones de la universidad. Las protestas terminaron después de las 18:00 horas.Mediante un comunicado, la UNAM calificó estos hechos como: “el embate artero de parte de un comando de delincuentes embozados, armados con varillas, picos y artefactos explosivos causando destrozos al edificio”.
«Los vándalos, quienes se dicen anarquistas, arremetieron contra puertas y ventanas, y prendieron fuego en la planta baja del inmueble. También causaron destrozos y saqueos en la librería», continúa el texto.
La UNAM repudió la violencia y anunció que proporcionará a las autoridades ministeriales todos los elementos a su alcance para que se proceda penalmente contra los responsables.
El humo en el ambiente, las pintas y los vidrios rotos fueron el escenario de despedida, para los estudiantes que se dispersaron por el campus, luego de irrumpir en la librería.
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