Royal Caribbean planea un megaproyecto turístico (Perfect Day) en Mahahual, que amenaza con causar un ecocidio al destruir manglares y arrecifes. Este modelo de turismo masivo degradaría ecosistemas clave, colapsaría los servicios locales y desplazaría a la comunidad costera. Repite un patrón de explotación que antepone el negocio a la conservación de la vida y el territorio
Texto: Jazmín Sandoval
Imagen: Generada por Royal Caribean
CIUDAD DE MÉXICO. – Otro ecocidio se planea para México. Ahora, Mahahual, como lo conocemos, está en peligro de desaparecer para convertirse en Perfect Day, un megaproyecto turístico impulsado por la empresa Royal Caribbean. Esta playa de Riviera Maya, en Quintana Roo, no es un espacio vacío ni un simple destino comercial, sino un territorio vivo, cuyo proyecto pone en riesgo uno de los ecosistemas más valiosos del país.
Mahahual es hogar de miles de especies, de manglares y de arrecifes; a pocos metros se encuentra el Banco Chinchorro, uno de los sistemas arrecifales más importantes del planeta. Los manglares no son terrenos baldíos con árboles: son la primera barrera natural contra huracanes, refugio de múltiples especies marinas y la base de la pesca local. Su destrucción implicaría no solo un daño ambiental irreversible, sino también un golpe directo a la vida y el sustento de la comunidad.
Katia Rejón, reportera y colaboradora de Jaltun, especializada en temas de defensa del territorio y que ha investigado la historia durante meses, advierte que la sobreexplotación turística de la región amenaza un área de 90 hectáreas que aún es selva, manglar y un sitio vital de anidación para dos especies de tortugas.
El proyecto, que Royal Caribbean y autoridades de Quintana Roo ya dan por hecho, promete un parque acuático con «los toboganes más grandes del mundo», piscinas, hoteles y plazas comerciales, destinado a los turistas de cruceros que llegan a Mahahual, que junto con Cozumel, son de las playas donde llegan más cruceros. Un proyecto donde no existe ni siquiera un Manifiesto de Impacto Ambiental, estudio fundamental para su aprobación.
A pesar de recibir millones de dólares, de 3 a 4 cruceros diarios en temporada alta, la localidad carece de servicios básicos como luz en las calles y drenaje. Los locales se cuestionan cómo un nuevo proyecto, que prioriza la explotación para extranjeros, puede prometer un desarrollo sostenible cuando el modelo actual ha fracasado visiblemente, dejando el pueblo como una «ciudad fantasma» cuando no hay cruceristas.
“Mahahual es un lugar que ya recibe muchísimo dinero, recibe mucho dinero por el turismo que ya tiene, son de 3 a 4 cruceros que llegan diario en temporada alta, que son muchas personas, llegan millones de turistas con dólares y euros a comprar y a consumir en Mahahual, y aún así no tienen servicios básicos, no hay luz en las calles. O sea, tú vas y fuera de los momentos en los que bajan los cruceristas, no ves a nadie en las calles de la playa”, menciona Katia.
Royal Caribbean promete empleos y desarrollo, pero lo que realmente llegará a la gente local son empleos temporales, mal pagados y sin derechos, donde a muchos se les negará por no tener la “experiencia necesaria” o se les darán trabajos para servir a turistas.
Una de las mayores preocupaciones es la manera en que el proyecto ha sido impulsado. Para que un megaproyecto de esta envergadura avance, debe haber una articulación de instituciones, incluyendo la Semarnat, Profepa y las secretarías de medio ambiente y gobierno de Quintana Roo. Sin embargo, estas autoridades parecen estar «articuladas más bien como para procurar que este proyecto se realice y avance».
Un ejemplo de esta presunta complicidad es Ari Adler, quien era director de desarrollo y financiamiento de Quintana Roo: la misma persona se presentó como representante del gobierno estatal de Quintana Roo en la primera reunión sobre el proyecto, y en el siguiente encuentro ya participaba como CEO de Royal Caribbean México.
Las promesas del proyecto Perfect Day México contrastan con los posibles impactos sociales que enfrentaría Mahahual, donde viven alrededor de 2.800 habitantes. De acuerdo con la planeación del proyecto, se prevé la incorporación de infraestructura para atender a unas 10.000 personas adicionales, lo que implicaría un crecimiento demográfico aproximado del 357 % en un periodo muy corto. Estudios internacionales en sociología del turismo, como el índice de irritación, advierten que el aumento acelerado de la presión turística sobre servicios, vivienda y vida cotidiana suele llevar a las comunidades de una etapa inicial de aceptación a escenarios de apatía, irritación y, en contextos de saturación, de rechazo abierto hacia la actividad turística.
Investigaciones recientes señalan que cuando se percibe saturación turística, la relación entre residentes y turismo se deteriora de manera significativa. Datos del INEGI muestran un incremento acelerado de población y viviendas en la Costa Maya durante los últimos cinco años, tendencia que, a partir de análisis comunitarios, se ha traducido en aumentos estimados de más del 340 % en el precio de las rentas y de más del 180 % en el costo de servicios básicos como agua, luz y gas. Estos indicadores reflejan un impacto social y económico considerable, y advierten que el proyecto propuesto superaría ampliamente los umbrales críticos para la comunidad local.
Aunque se realizó una reunión con la comunidad, fue anunciada con un solo día de anticipación, en un lugar poco accesible, con la intención de que fuera poca gente. Para su sorpresa, sí fue, y mucha; pero fundamentalmente, resultó ser un espacio sin información: no tenían el Manifiesto de Impacto Ambiental (MIA). Royal Caribbean no pudo compartir detalles porque no sabía nada de Mahahual. De hecho, los monitoreos de fauna del sitio, necesarios para el MIA, los tiene un activista local, Víctor Rosales, a quien la empresa no le había solicitado la información.
Katia Rejón enfatiza que, a pesar de que la empresa ya ha comprado terrenos federales, el proyecto aún puede detenerse.
«El manifiesto de impacto ambiental no se ha aprobado, creo que ni siquiera se ha emitido la solicitud. Este proyecto no existe, más allá del papel y de las páginas web, no existe.”
La posesión de la tierra no es un «cheque en blanco» para devastar la zona. La SEMARNAT y la PROFEPA tienen la responsabilidad de hacer bien su trabajo y no aprobar el MIA, evitando que un proyecto que destruirá el manglar —una barrera natural vital contra huracanes y catástrofes en la región— se concrete.
La insistencia en replicar el modelo turístico de Cancún, Tulum y Playa del Carmen es una demostración de que, a pesar de haber visto el fracaso de esos lugares, donde impera la violencia más que el desarrollo, las autoridades y las grandes empresas siguen priorizando la ganancia sobre el bienestar social y ecológico.
Este proyecto representa un asalto a la soberanía territorial de la población, ya que niega la capacidad de la gente para decidir sobre su propio entorno, en un acto de neocolonialismo que perpetúa la extracción de recursos y la explotación para el beneficio de turistas extranjeros.
“Solamente me gustaría decir que si ya vimos el fracaso de Cancún, de Tulum y de Playa del Carmen como lugares donde hay más violencia que desarrollo, lo que deberíamos hacer es dejar de utilizar ese mismo modelo para hacer lo mismo en otros territorios donde eso todavía no ha pasado, en lugar de decir, bueno, ya nos acabamos esto, ahora vamos con lo próximo. Creo que ahí debe haber un cambio en el sentido de dejar de pensar que ese sistema es el sistema que funciona cuando ya demostró muchas veces que hace todo lo contrario”, concluye Katia.
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