22 junio, 2025
Diego Lizarazo Arias propone el concepto de «fotografía de lo inconmensurable fáustico» para analizar las apropiaciones de imágenes satelitales que revelan las dimensiones inabarcables de la devastación tecnológica contemporánea, explorando los límites éticos y perceptivos de la mirada humana ante un mundo que ha producido pero que no puede comprender
Por Jacob Bañuelos Capistrán / Ig @jibcjac
En el panorama actual de la cultura visual digital, donde la producción automatizada de imágenes supera exponencialmente nuestra capacidad de procesamiento perceptivo, Diego Lizarazo plantea una reflexión urgente sobre las transformaciones de la mirada contemporánea. Su reciente investigación sobre las apropiaciones fotográficas de Mishka Henner sugiere que estamos enfrentando un fenómeno sin precedentes: la generación de más visualidad de la que podemos abarcar comprensivamente, configurando lo que denomina «lo inconmensurable fáustico».
Vivimos en una época caracterizada por un «desnivel prometeico», siguiendo la terminología de Günther Anders, donde la capacidad tecnológica de producción rebasa dramáticamente nuestras posibilidades de representación y comprensión. Frente a esta condición vertiginosa, Lizarazo identifica en el trabajo del artista belga Mishka Henner una estrategia crítica que opera desde la pura selección visual.
Su análisis desarrolla un marco teórico que identifica tres características de la «fotografía inconmensurable fáustica»: la imposibilidad de dar cuenta plena de lo representado, el reconocimiento de implicaciones éticas devastadoras y la identificación de nuestra complicidad en dicha devastación.
El marco conceptual que propone Lizarazo se estructura en torno a la paradoja fundamental de la mirada contemporánea. La primera dimensión, la «fotografía como pura mirada», opera cuando el acto estético se reduce a la selección y no a la creación. Henner no produce imágenes; las descubre en el archivo infinito de Google Earth, desarrollando una «heuresis de la pura mirada» —es decir, un proceso de descubrimiento a través de la búsqueda y selección visual— que revela la brecha entre producción y percepción visual.
La segunda dimensión, la «inconmensurabilidad fáustica», describe la condición de una civilización que ha generado un mundo técnico que supera sus posibilidades de comprensión moral y racional. Lo «fáustico» refiere al mito del doctor Fausto, quien vendió su alma por el conocimiento y el poder, solo para descubrir que sus creaciones lo conducían a la destrucción: una metáfora de la modernidad tecnológica que produce aquello que no puede controlar ni comprender.
Para ilustrar el potencial crítico de esta aproximación, Lizarazo examina específicamente la imagen de los corrales de engorda de Coronado Feeders en Texas, donde Henner documenta un lago de sangre y desechos orgánicos resultantes del procesamiento de 60,000 reses.
La imagen satelital revela una forma orgánica de coloración carmesí que, vista desde la altura geoestacionaria, adquiere una cualidad casi abstracta. Su apariencia inicial sugiere una obra del color field, evocando las composiciones de Jules Olitski, pero la observación atenta delata las líneas arquitectónicas de la infraestructura ganadera. No se trata de una fotografía aérea convencional que mantiene una mediación estética entre reconocimiento y sorpresa visual.
Esta imagen opera como «fotografía inconmensurable fáustica» porque confronta la mirada con algo que rebasa sus marcos de comprensión. El lago de sangre no es meramente una representación de violencia industrial; es una metonimia de un sistema global que sacrifica más de mil millones de reses anualmente, generando devastaciones ambientales, sanitarias y éticas que escapan a la mensurabilidad humana.
Desde la perspectiva de la teoría crítica, estas apropiaciones satelitales problematizan la noción kantiana de lo sublime. Mientras lo sublime tradicional genera una experiencia de arrobo ante lo descomunal natural, lo inconmensurable fáustico produce una doble conmoción: el reconocimiento de la incapacidad perceptiva para abarcar la devastación representada y la identificación de nuestra participación directa o indirecta en dicha devastación.
En la dimensión ética, Lizarazo revela cómo estas imágenes exponen las limitaciones de los regímenes escópicos dominantes. La industria ganadera estadounidense ha presionado para legislar contra la documentación fotográfica de sus instalaciones, generando una censura que opera tanto en el nivel legal como en el perceptivo. El propio Google Earth está plagado de estrategias de borrado, difuminación y pixelización que interfieren el acceso visual a territorios considerados estratégicos.
En un entorno donde los sistemas de captura satelital operan automáticamente, sin conciencia capturadora, la intervención artística de Henner recupera la dimensión de la mirada como acto de selección crítica. Su apropiación no es meramente estética; es una operación arqueológica que excava en el archivo visual contemporáneo para extraer evidencias de la devastación que habitualmente permanece invisible.
El análisis de Lizarazo resulta particularmente relevante en el contexto de los debates sobre postfotografía y arte digital. Mientras la crítica especializada tiende a celebrar el abandono de la cámara como superación artística, el autor identifica dimensiones más complejas que trascienden la mera renovación técnica. La «fotografía sin cámara” (o sin fotógrafo) de Henner revela, paradójicamente, la omnipresencia de dispositivos de captura automatizados que documentan sistemáticamente la superficie terrestre.
En una sociedad donde la capacidad tecnológica de producción visual ha alcanzado dimensiones inabarcables, el trabajo de artistas como Henner adquiere una función crítica fundamental: la recuperación de la mirada como instrumento de comprensión y resistencia. Su práctica desarrolla una arqueología visual que expone las contradicciones de una civilización que puede documentar exhaustivamente su propia devastación pero que carece de marcos perceptivos para procesarla críticamente.
En un mundo donde las imágenes satelitales documentan sistemáticamente procesos de devastación ambiental, social y ética, la capacidad de desarrollar «miradas críticas» adquiere una dimensión urgente que trasciende lo estético. El marco teórico que propone el autor permite reconocer y analizar las tensiones fundamentales de la visualidad contemporánea, ofreciendo herramientas para comprender la fotografía no solo como práctica artística, sino como territorio de reflexión sobre los límites y posibilidades de la percepción humana en la era de la automatización tecnológica.
En última instancia, la propuesta de Lizarazo nos enfrenta a una pregunta esencial sobre la responsabilidad ética de la mirada en la era tecnológica: ¿cómo desarrollar marcos perceptivos capaces de abarcar las implicaciones de un mundo que hemos producido pero que no podemos comprender? La respuesta, sugiere el autor, pasa por la recuperación de la mirada como acto crítico, capaz de excavar en el archivo visual contemporáneo para extraer las evidencias de nuestra condición fáustica y, quizás, las claves para su transformación.
El texto completo de Diego Lizarazo «Mirada y fotografía de lo inconmensurable fáustico» se puede leer en el libro Desafíos creativos, teóricos y didácticos de la fotografía, disponible para descarga en: http://dccd.cua.uam.mx/repositorio/libros.php?libro=DesafiosCreativos
Doctor en Ciencias de la Información (Apto Cum Laude 1991-1995), en el Departamento de Comunicación Audiovisual y Publicidad II, Facultad de Ciencias de la Información, Universidad Complutense de Madrid. con la Tesis Doctoral: Fotomontaje Síntesis Visual: historia, teoría y práctica. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) desde 2005, actualmente es SNI-1. Actualmente es Director de la Maestría en Comunicación (MCO) y profesor e Investigador de Tiempo Completo Departamento de Industrias Creativas del Tecnológico de Monterrey-Campus Ciudad de México, donde imparte las materias de Fotografía e Imagen Digital y Fotoperiodismo. Pertenece a la Escuela Nacional de Humanidades y Educación del Tecnológico de Monterrey.
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