Cercano al poder, derrochador, evasor de impuestos, y ahora, celebridad en las redes sociales. ¿Cómo es que Ricardo Salinas Pliego se ha convertido, para algunos, en un modelo del éxito, y para otros, en un ser despreciable? En entrevista, el periodista Mathieu Tourliere apunta algunas pistas a propósito de su nuevo libro: La fórmula Salinas

Texto: Alejandro Ruiz

Foto: Redes sociales de Salinas Pliego

CIUDAD DE MÉXICO. – Ricardo Salinas Pliego parece ser el hombre del momento. No solo por su fanfarronería en redes sociales, sino también, por los escándalos de sus empresas y su posición de detractor de los gobierno de la Cuarta Transformación.

Pero, ¿qué tanto sabemos sobre el tercer hombre más rico de México? Para responder, Pie de Página habló con el periodista Mathieu Tourliere, quien desde la Revista Proceso ha seguido los pasos de Ricardo Salinas Pliego. Ahora, en su nuevo libro La fórmula Salinas, el periodista desentraña la relación del multimillonario con la política, la ultraderecha y su cada vez más notoria intensión de influir en las decisiones gubernamentales.

–Si tuvieras que definir a Ricardo Salinas Pliego en una frase, ¿cómo lo describirías?

–Lo definiría como un formidable tejedor de influencias, un agente del poder que no duda en usar todas las herramientas a su alcance para destruir a sus adversarios, mover sus propios intereses y acumular más poder.

Salinas Pliego: un multimillonario promedio

–¿Cómo podemos leer a personajes como Salinas Pliego más allá del mito del multimillonario exitoso?

–Es fundamental desmontar el mito de los empresarios geniales y entender cómo realmente construyen su fortuna. No se trata solo de ser buenos en los negocios, sino de usar el poder político, los medios de comunicación, el sistema judicial y la política misma para reforzar su influencia. Salinas Pliego utiliza TV Azteca para promover sus intereses y atacar a sus adversarios con campañas agresivas, además de usarla como plataforma para premiar a sus aliados. También ha abusado del sistema judicial para evitar pagar impuestos y dilatar procesos, como ha hecho con el litigio fiscal con el SAT. En cuanto a la política, emplea su influencia para impulsar leyes que beneficien a sus empresas.

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¿Qué hay detrás de los ataques de Ricardo Salinas Pliego a los libros de texto?

Suprema Corte impide que el SAT le cobre a Elektra

«Así, no debemos ver a estos empresarios solo como modelos de éxito, sino como actores que mueven los hilos detrás del poder, aprovechando las palancas mediáticas, judiciales y políticas para mantener y expandir su dominio».

–En tu investigación, observamos que no solo te enfocas en sus empresas más conocidas, como Elektra y Total Play, sino también en su papel en las telecomunicaciones y su relación con la minería. ¿Cómo defines los “tentáculos” de Salinas Pliego en estos sectores tan polémicos?

–El libro reconstruye la historia de todos sus negocios. Comienza con el origen de Grupo Elektra, que heredó de su familia. Durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, compró TV Azteca, lo que lo convirtió en multimillonario y lo acercó al poder presidencial. En el mandato de Ernesto Zedillo, Salinas Pliego consiguió concesiones en el sector de telecomunicaciones, las cuales fueron muy cuestionadas, ya que no pagó lo que debía, pero logró mantenerlas. Con Vicente Fox, incursionó en el sector financiero, y con Felipe Calderón entró en el sector energético a través de Grupo Dragón.

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Ricardo Salinas Pliego: el evasor más grande de México

«Durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, Salinas se convirtió en uno de los principales contratistas de Pemex mediante sociedades offshore. También incursionó en la minería, especialmente en las minas de cobre. Finalmente, con López Obrador, obtuvo acceso a millones de personas mediante la distribución de programas sociales.

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Pensiones inactivas, el negocio de Ricardo Salinas Pliego

«Siempre se ha vinculado con el presidente de turno, aprovechando reformas que le permiten entrar en nuevos negocios altamente rentables. Los multimillonarios en México suelen moverse en sectores como el financiero, el minero, las telecomunicaciones y el petrolero, siempre en estrecha relación con el poder».

Salinas Pliego, el hombre de negocios ocultos

–También mencionas que muchas veces Salinas Pliego usa figuras como gestores fantasmas o abogados externos para operar. ¿Cómo describes su modus operandi para ocultar ciertos negocios?

–Este modus operandi no es exclusivo de Salinas Pliego, pero es común entre los grandes empresarios. Lo que hace es crear sociedades de papel, muchas veces en paraísos fiscales como Delaware, Luxemburgo, España o Bélgica. A través de estas estructuras, oculta su vinculación directa con algunos de sus negocios. Aunque tiene empresas que cotizan en bolsa, como Grupo Elektra y TV Azteca, también maneja otras que no cotizan y que están bajo su control absoluto, sin otros inversionistas.

«Para algunos negocios, utiliza sociedades offshore, como ocurrió en el caso de Grupo Fertinal. En este caso, compró el litigio de Fertinal con una aseguradora, lo que le permitió convertirse en socio de la empresa. Posteriormente, pagó un sobreprecio por Fertinal que la Auditoría Superior de la Federación estima en 200 millones de dólares. Utiliza abogados externos, no empleados directos de él, para llevar a cabo estas operaciones. De esta forma, oculta muchas de sus prácticas bajo capas de opacidad, lo que dificulta rastrear sus movimientos».

Salinas Pliego: el político

–¿Por qué es importante hablar de Salinas Pliego hoy?

–Existen varias razones. Primero, Salinas Pliego representa a la oligarquía, un poder fáctico que no podemos ignorar. Estos poderes son muy reales, tanto por su influencia económica como por su peso político. En el caso de Salinas Pliego, millones de personas dependen de sus empresas: consumen los contenidos de TV Azteca, están atados a sus tasas de crédito y al modelo de venta por abonos. Hay una interacción constante entre él y un número importante de personas. Además, Salinas ha adoptado un rol protagónico en el espacio público.

«A diferencia de otros multimillonarios, usa las redes sociales para atacar a sus críticos, mover sus intereses y posicionarse en el debate público, impulsando una agenda ultraderechista y antiestatal. Ha logrado insertarse en los círculos de poder del Estado mexicano, en el Judicial, el Ejecutivo, el Legislativo y el económico».

–Ahora parece inclinarse hacia la ultraderecha, participando en conferencias como la CPAC y posando en fotos con figuras como Javier Milei. ¿Cómo interpretas esta transformación de empresario a político?

–No estoy seguro de si Salinas Pliego tiene intenciones claras de convertirse en político, aunque mucha gente lo especula. Algunos creen que quiere seguir la ruta de figuras como Elon Musk o Donald Trump, que ya no solo influencian la política, sino que toman el poder. Sin embargo, él mismo ha declarado en varias ocasiones que no le interesa la política como tal.

Viva la libertad carajo!!! pic.twitter.com/20POAurrTX

— Don Ricardo Salinas Pliego (@RicardoBSalinas) December 4, 2024

«En los últimos años, especialmente desde que se distanció de López Obrador y Morena, Salinas ha comenzado a promover más abiertamente una agenda ultraderechista. Este cambio se debe, en parte, a una reacción frente a las políticas de Morena. Salinas comenzó alineándose con AMLO al principio de su sexenio, pero con el tiempo se distanció y adoptó una postura más conservadora y ultraliberal, especialmente en temas económicos y fiscales.

–¿De dónde viene esta afinidad por la ultraderecha?

–Su padre era un ultraderechista confeso. Lo ha reconocido en su autobiografía, donde incluso admite haber financiado movimientos ultraderechistas en los años 70 y 80, incluyendo un periódico con tintes filonazis. Su padre era profundamente antisindical y anticomunista, lo que refleja una ideología de la que Ricardo probablemente se vio influenciado, al menos parcialmente. Sin embargo, Ricardo ha sido más pragmático.

«Aunque su familia tiene esta ideología, él ha logrado adaptarse a diferentes gobiernos, moviéndose cómodamente entre el PRI, el PAN y, sorprendentemente, también con AMLO. Su relación con AMLO fue, en principio, un caso claro de pragmatismo político. La ruptura con Morena parece responder más a intereses personales y económicos que a una afinidad ideológica profunda».