Después de que un grupo del ejército y la policía nacional amenazara con destituir al gobierno de Luis Arce, el presidente boliviano nombró a nuevos comandantes de las fuerzas armadas, lo que frustró el golpe de Estado
Texto: Alejandro Ruiz
Foto: Foto: Aizar Raldes / AFP
Información en desarrollo
CIUDAD DE MÉXICO. – El presidente boliviano, Luis Arce, nombró a nuevos comandantes de las fuerzas armadas después de que un grupo de militares, comandados por el general Juan José Zúñiga, amenazara con destituir a su gobierno y «restituir la democracia».
Este hecho sepultó los intentos de golpe de Estado, un fantasa reciente en Bolivia, pues apenas en 2019 la opositora Jeanine Áñez, apoyada por la Organización de Estados Latinoamericanos, diera un golpe de Estado al gobierno de Evo Morales.
Sin embargo, las cosas hoy acontecieron de una forma distinta. Aquí los hechos.
Primero, el 24 de junio, el entonces Comandante General del Ejército boliviano, Juan José Zúñiga, dio una entrevista donde afirmó que impedirían, por cualquier medio, que Evo Morales volviera a postularse a las elecciones presidenciales de Bolivia, después de que éste anunciara su candidatura por el partido Movimiento Al Socialismo (MAS).
Dos días después, el 26 de junio, el presidente boliviano, Luis Arce, amenazó con destituir a Zúñiga por estas declaraciones. Después, reportó que había movimientos irregulares de militares rumbo a la sede central del gobierno boliviano en La Paz.
Horas más tarde, algunos militares comenzaron a acuartelarse y aprovisionarse en las sedes militares, anunció Zúñiga. Después, el general reapareció a bordo de un tanqueta militar declarando que iba a “restablecer la democracia” en Bolivia, impidiendo que los “viejos políticos” continuaran gobernando el país, haciendo alusión a Evo Morales, quien inmediatamente llamó a la movilización nacional para defender la democracia y denunció que había un intento de golpe de Estado.
Su llamado lo secundaron la Central Obrera Boliviana, la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia, la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia y otras importantes organizaciones sindicales, indígenas y sociales que, rápidamente, llamaron a paro nacional y a concentrarse en La Paz para repudiar el intento de Golpe de Estado.
Tras las declaraciones, los militares que acompañan a Zúñiga derribaron una de las puertas del Palacio de Gobierno y comenzaron a aprovisionarse de gas lacrimógeno. Los militares estaban acompañados de la policía antimotines que, en 2019, auxilió al golpe de Estado perpetrado por Jeanine Áñez contra el gobierno de Morales.
A partir de ese momento, jefes de Estado, así como dirigentes de organismos internacionales como la OEA y la Celac, emitieron pronunciamientos respaldando al gobierno de Luis Arce, quien envió un comunicado a la nación llamando a respaldar su gobierno:
“Estamos aquí firmes en Casa Grande para enfrentar todo intento golpista todo atento que atente contra la democracia. Necesitamos que el pueblo se movilice en favor de la democracia (…). No podemos permitir que una vez más intentonas golpistas se lleven vidas bolivianas”.
Tras el mensaje, y la presión internacional, una declaración cambió el panorama político de la intentona golpista.
Mientras Zúñiga declaraba ante los medios de comunicación que iba a liberar a todos los presos políticos, (refiriéndose a Jeanine Áñez y Luis Fernando Camacho, gobernador de la provincia de Santa Cruz, principales operadores del golpe de Estado de 2019), Áñez posteaba en sus redes sociales que repudiaba el ataque militar.
Tras este mensaje contradictorio, y sin el respaldo de la OEA y el silencio de los Estados Unidos, Luis Arce nombró a tres nuevos comandantes de las Fuerzas Armadas quienes, inmediatamente, ordenaron a los soldados regresar a los cuarteles. Los militares dejaron solo a Zúñiga, quien horas más tarde fue detenido.
Tras su detención, Evo Morales y la Central Obrera Boliviana llamaron al cese de las movilizaciones, pero a mantener una vigilia ante los intentos de golpe de Estado, mientras que Zúñiga declaró:
«El día domingo, en el colegio A salle, me reuní con el presidente. El presidente me dijo que lasituación estaba muy jodida, que ‘esta semana iba a estar crítica, entonces es necesario hacer algo para levantar mi popularidad'».
Estas son las declaraciones del general Juan José Zúñiga, donde acusa al presidente Luis Arce de un "autogolpe". Eso al momento de ser aprehendido. pic.twitter.com/lNAHBuLceC
— ERBOL (@ErbolDigital) June 26, 2024
En entrevista con Pie de Página el diputado del Estado Plurinacional de Bolivia, Freddy Mamani (militante del MAS), desmenuzó las claves para entender el intento de golpe de Estado que sufrió su país.
Mamani recuerda el episodio de 2019, y reflexiona que «la fuerza del pueblo boliviano, la fuerza social, la conciencia, hicieron que, en menos de un año, recuperáramos la democracia, y no fue sencillo, nos costó vidas humanas, derramamos sangre por eso».
La deposición de Áñez en 2020 trajo consigo nuevas elecciones en Bolivia, donde el MAS postuló a Luis Arce como su candidato. Arce ganó, y se convirtió en presidente, aunque pronto se distanció de su partido.
«Se le había entregado esta democracia al presidente Luis Arce Catacora para que pudiera cuidarla y sostenerla; y con eso: garantizar la democracia en nuestro país». Sin embargo, apunta Mamami, Arce tuvo una serie de desaciertos que han llevado a su gobierno a una ruptura con su partido, y además, un asenso de la derecha.
Entre estos desaciertos, reflexiona Mamani, está, justamente, el nombramiento de Zúñiga como jefe de las Fuerzas Armadas.
«Uno de las de los desaciertos es cuando se nombra a personajes que no cumplen con los requisitos indispensables para ocupar los cargos y, cuando se le entrega una navaja a un mono, estos son los resultados».
De fondo, apunta Mamani, también está el intento por parte de Arce para legitimar su gobierno ante las críticas del MAS, quienes anunciaron la postulación de Evo Morales como candidato presidencial para las elecciones de octubre.
«En este momento no tenemos liderazgos claros de la oposición. Por más que se puedan unir todos, no generan ninguna confianza porque ellos habían sido parte de ese golpe de Estado donde nos han saqueado todo nuestros recursos naturales (…). El pueblo tiene conciencia, tiene memoria, y dice que estos señores no van a poder ser apoyados por el pueblo. Pero, por otro lado, el presidente en el que se ha confiado para que pueda trabajar definitivamente ha incumplido todo lo que se había planteado».
En los últimos días, las tensiones entre Luis Arce y Evo Morales llegaron a su punto más crítico, particularmente el 23 de abril, cuando una parlamentaria afín a Arce presentó una denuncia penal contra Morales, acusándolo de enriquecimiento ilícito. En esas fechas, también, el gobierno de Luis Arce comenzó con la persecución de exfuncionarios del gobierno de Evo Morales, que culminaron en el suicidio del exministro de Yacimientos del Litio Boliviano.
El fondo de la denuncia es la compra durante la gestión de Evo Morales de unas piscinas industriales para procesar litio, mineral del que Bolivia tiene una de las mayores reservas certificadas en e mundo, calculadas en unas 23 millones de toneladas.
Evo Morales respondió a estas denuncias diciendo que «el Gobierno, con bombos y platillos, al inicio de su gestión, anunció un nuevo plan de industrialización con la extracción directa del litio. El hijo de Luis Arce negoció con empresas extranjeras, hasta con chilenas y personal de Tesla».
Mamani no habla de esto, pero añade que durante el gobierno de Arce ha aumentado la inflación, el costo de la canasta básica alimentaria y se ha deteriorado la economía del país. Y añade:
«En este momento se ve a Evo Morales ya como un candidato que posiblemente resulte ganador. Y por eso, entonces, vienen este tipo de ataques de parte de nuestro propio gobierno, al que nosotros denominamos como un gobierno traidor».
Los hechos de hoy, afirma Mamani, en realidad eran una estrategia de Luis Arce para legitimar a su gobierno. Y critica:
«Nosotros ya veíamos lo que venía. Ellos decían que era un golpe blando el que se venía, pero nosotros dijimos que, más bien, ese golpe blando iba a ser un autogolpe, y esto lo que se ha consumado esta tarde, pero con resultados totalmente fallidos».
La estrategia que seguirá el MAS después de este lamentable episodio será la siguiente:
Primero, pedirán a las organizaciones internacionales que condenen el intento de golpe militar en Bolivia, y pedirán que la declaración se extienda al resto del mundo.
Segundo, presionarán en el Parlamento para que se enjuicie y castigue por traición a la patria a Juan José Zúñiga, e impulsarán una ley para evitar que esto vuelva a pasar en Bolivia, es decir: una ley para restarle poderes y facultades a las Fuerzas Armadas.
Y también, concluye Mamani, hacen un llamado a todo el mundo:
«Lo más importante para vivir en paz es preservar la democracia. Nosotros vivimos un año de dictadura después de un golpe de estado, y vivimos momentos muy difíciles. Por eso no se lo deseamos absolutamente a ninguno de los países, por más de derecha, o izquierda, o centro izquierda. La democracia debe ser conservada, respetada como un patrimonio humano, donde los perdedores deben aceptar a los ganadores, y los ganadores también deben incluir a los perdedores. Eso es lo que tenemos que construir en toda la Patria Grande, en todo el mundo, y no estar con este tipo de golpes que solamente provocan luto, dolor y miedo en el pueblo».
Periodista independiente radicado en la ciudad de Querétaro. Creo en las historias que permiten abrir espacios de reflexión, discusión y construcción colectiva, con la convicción de que otros mundos son posibles si los construimos desde abajo.
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