Después de 17 años, Brenda Quevedo, acusada del secuestro del hijo de Isabel Miranda de Wallace, salió de prisión. Según la Comisión Nacional de Derechos Humanos, Brenda fue víctima de tortura, pero esto aún no se investiga
Texto: Alejandro Ruiz
Foto: Saúl López / Archivo Cuartoscuro
CIUDAD DE MÉXICO.- Después de 17 años en la cárcel, Brenda Quevedo, acusada del secuestro de Hugo Alberto Wallace, salió de prisión la noche de este martes 25 de junio.
La excarcelación de Quevedo se debe a un cambio de medida cautelar que sustituyó la prisión preventiva por el uso de un brazalete electrónico y restricciones para abandonar el país y la Ciudad de México.
El beneficio procesal lo otorgó el juez Alfredo Silva Juárez del Juzgado Primero de Distrito de Procesos Penales en la Ciudad de México, quien argumentó que la prisión preventiva era una medida excesiva y, por tanto, irracional.
Sin embargo, y aunque este cambio de medida cautelar permitirá a Brenda Quevedo hablar por primera vez ante los medios, y ver su expediente, el caso aún sigue abierto.
Su rival es, nada más ni nada menos que Isabel Miranda de Wallace, quien tiene un alfil en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, su cuñado Abraham Pedraza Rodríguez, secretario de Cuenta y Estudio de la ministra presidenta Norma Piña.
Las cartas aún siguen sobre la mesa.
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El 12 de julio de 2005 Isabel Miranda de Wallace anunció que su hijo, Hugo Alberto Wallace, había sido secuestrado y descuartizado en un departamento en Perugino 6, en la colonia Insurgentes, Mixcoac.
Hasta ese entonces, el nombre de Isabel Miranda era desconocido en la arena pública, pero después, llegaría a tener una relación cercana con el exsecretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, y con los expresidentes Vicente Fox y Felipe Calderón. El motivo: su organización, Alto al secuestro, acusada de fabricar pruebas y culpables, como en el caso de Israel Vallarta.
Pero regresemos un par de meses antes, cuando Isabel Miranda comenzó a ofrecer una recompensa para quien proporcionara información sobre los culpables. Primero lo hizo un niño, quien acusó que Hugo Alberto había entrado a ese departamento y lo habían herido con un arma de fuego. El testimonio del niño no pudo sostenerse ni corroborarse.
Tiempo después, apareció Juana Hilda González, presunta expareja de Hugo Alberto. Ella dijo que el hijo de Isabel Miranda la llevó a su departamento, y que ahí, una banda criminal lo atacó y lo asesinó.
La supuesta banda criminal estaba integrada por Brenda Quevedo Cruz, Jacobo Tagle Dobin, César Freyre Morales y los hermanos Alberto y Tony Castillo.
Al pasar de los años, cada una de estas personas fue detenida. En todas las detenciones, acusan los detenidos, sufrieron tortura. Las autoridades, hasta el momento, no han tomado en serio estas acusaciones, aunque hay dis carpetas de investigación abiertas que Isabel Miranda ha apelado en juicios.
En 2009, el gobierno de Estados Unidos extraditó a Brenda Quevedo para comparecer ante el secuestro y asesinato de Hugo Alberto. De inmediato, la Procuraduría General de la República le impuso la medida de prisión preventiva oficiosa, y ahí, comenzó el suplicio para Brenda, quien sufrió tortura y abuso sexual en las instalaciones de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (Seido), y después en la prisión de las Islas Marías.
Desde entonces, el Instituto Federal de la Defensoría Pública asumió la defensa de los presuntos culpables, entre ellos Brenda y Jacobo, las últimas personas a las que detuvo el Estado mexicano. Hasta el momento, ninguno de los dos tiene una sentencia firme, no como Juana Hilda, César, Alberto y Tony, quienes ahora cumplen condenas por éste hecho, y otras acusaciones de secuestro elaboradas en el Estado de México que, en el caso de César y Alberto, ya cuentan con sentencia condenatoria.
Ellos 4, sin embargo, están en un juicio de amparo que aún no se resuelve.
Pero concentrémonos en Brenda Quevedo, la única de los 6 que ahora ha logrado su libertad, y que además ha comprobado, a través de peritajes, la tortura psicológica y abuso sexual en su contra.
El cambio de medida cautelar a su favor es un logro del Instituto de la Defensoría, pero no de la administración actual, sino del trabajo previo.
Fuentes consultadas por este reportero dan cuenta que, ésta solicitud para revocarle la prisión preventiva oficiosa ya se había presentado desde 2019, y en ella también se incluía la modificación en el caso de Jacobo, aunque por burocracia y descuidos, su expediente siguió un camino distinto al de Brenda, aunque un juicio de apelación determinó que también se debía examinar su situación en prisión preventiva.
Pero, en los hechos, la victoria de Brenda es algo que desde hace 5 años era previsible.
El juicio en su contra, sin embargo, continúa abierto. Esto, porque para que acabe la etapa de instrucción, la Fiscalía debe presentar a una testigo, Claudia, la expareja de Hugo Alberto. Su testimonio da cuenta que el hijo de Isabel Miranda mantuvo comunicación con ella dos años después de su presunto asesinato.
El testimonio lo ofreció el Instituto de la Defensoría, al menos, desde 2022. Ese mismo año, Isabel Miranda lo objetó, pero una apelación dio razón al Instituto para que se presentara a juicio. La Fiscalía, sin embargo, no ha encontrado a Claudia, quien se presume no está en México.
Además de esto, se abrieron dos investigaciones para examinar la tortura en contra de Brenda. Las investigaciones las abrió la Fiscalía en épocas donde Isabel Miranda aún tenía influencia, y aunque no han concluido, la autoridad argumenta que esas acusaciones ya se investigaron, y no se pueden volver a investigar.
El Instituto de la Defensoría, sin embargo, insistió en revocar los no ejercicios de acción penal. Actualmente, según fuentes cercanas al caso, estas denuncias para revocar la decisión de a Fiscalía siguen abiertas.
Aunado a esto, las acusaciones de tortura han sido corroboradas por expertas en la materia que practicaron un dictamen conforme al protocolo de Estambul. El dictamen concluyó que había correlación entre los alegatos de tortura de Brenda y el dictamen psicológico por el que se acusa.
Actualmente, la nueva administración de la Defensoría no ha informado sobre los avances de estas investigaciones, lo que da pistas de que, en realidad, no las están siguiendo, como lo temían los exintegrantes del equipo de trabajo, que actualmente son investigados por el Consejo de la Judicatura.
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En el caso de Jacobo, prácticamente, no se tienen noticias.
Tras conocer el fallo, Isabel Miranda ha declarado que apelará la decisión del juez. También, anunció que va a recusar al magistrado que ordenó el cambio de medida cautelar, es decir: pedirá que lo aparten del caso «por falta de independencia».
Esto puede representar un riesgo para Brenda, pues corre el riesgo de que el juicio caiga en manos de otro magistrado que revoque la decisión. En ese caso, Brenda podría regresar a prisión, aunque esto no podría ocurrir de inmediato, pues existe todo un procedimiento que debe agotarse para ello.
La excarcelación de Brenda Quevedo también puede representar un giro en esta trama judicial plagada de corrupción e inconsistencias, pues ella podrá hablar ante los medios de comunicación y defenderse. Y también, por primera vez, podrá ver su expediente y ver lo que ahí se dice sobre ella.
Periodista independiente radicado en la ciudad de Querétaro. Creo en las historias que permiten abrir espacios de reflexión, discusión y construcción colectiva, con la convicción de que otros mundos son posibles si los construimos desde abajo.
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