4 febrero, 2024
Ocho empleados de la avícola Bachoco ingresaron a la tierra de Miguel Ángel para golpearlo e intentar secuestrarlo. Miguel vive en Hunucmá, y también es defensor del territorio y los recursos naturales de estos ejidos de la Península de Yucatán
Texto: Claudia V. Arriaga Durán
Fotos: Miguel Ángel Ceh Pacheco
MÉRIDA, YUCATÁN. -Miguel Ángel Canul Gómez es ejidatario de San Eduardo del municipio de Hunucmá, Yucatán, y desde hace 21 años se dedica a trabajar su tierra. Siembra y cosecha hortalizas en una de las 64 hectáreas que la empresa avícola Bachoco busca apropiarse. Su presencia es la única que impide que cerquen y obstruyan el paso de las y los campesinos, motivo por el que lo golpearon y amenazaron con “levantarlo”.
“Yo he visto a través de noticieros como se levantan a la gente y no quiero ser uno de ellos, porque ahorita te hace desaparecer la empresa, está empresa tiene dinero y ¿quien chingados se preocupa por Miguel ? Nadie”, manifestó con preocupación de pie en su parcela. Las amenazas contra él y su familia continúan.
Relató que el 26 de diciembre ingresaron ocho empleados de Bachoco a su parcela, lo golpearon y sometieron para intentar sacarlo y colocar un cerco. No lo lograron gracias a que llegó otro ejidatario que lo defendió. El conflicto inició en el 2023 cuando la empresa empezó a cercar las tierras.
A partir de las amenazas, Miguel Ángel vive con miedo, pero continúa trabajando su tierra. Cambió su rutina por seguridad. Ya no va a la parcela solo, su esposa lo acompaña a diario. Explicó que si lo agreden de nuevo, aunque no podría defenderlo, habría alguien que llamaría a la policía. Sin embargo, es un golpe a su economía, ya que ella dejó de ir a vender al mercado.
Aunque hay testigos de las agresiones y él interpuso la denuncia por los hechos en la Agencia de la Fiscalía General del Estado de Yucatán en Hunucmá, y se inició la carpeta de investigación 431/2023, la empresa Bachoco también denunció a Miguel por agresiones.
“Estaba rociando fertilizante y querían entrar pero no los dejé, les dije que aquí no podían pasar. Uno de ellos hablaba por teléfono y dijo ‘está solo el chavo’, y entraron. Eran como ocho personas, me agredieron , me estaban sacando. Gracias a que pasa el vecino y ve que me están golpeando, me ayudó y logré zafarme”, recordó.
El acoso de Bachoco contra la comunidad de Hunucmá es constante. Desde 2020 empezaron a cerrar las calles, en palabras de Miguel “se las adueñaron”. Los ejidos afectados son San Eduardo y San Vicente, que en conjunto suman 204 hectáreas. En respuesta, la comunidad se organizó y creó la Contraloría del Agua de Hunucmá para defender el agua y territorio.
Ahora, la comunidad realiza actividades colectivas para hacer conciencia con la ciudadanía, incluidas protestas para defender sus tierras. El 31 de diciembre se manifestaron para exigir que Bachoco dé marcha atrás y retire el cerco de las parcelas. El agua es otro de los temas en los que trabajan, ya que la empresa avícola también contamina los pozos de extracción de las parcelas.
En enero hicieron un picnic comunitario para informar a las personas del municipio del derecho al medioambiente sano, sin contaminación. Poco a poco se empoderan, y planean iniciar acciones legales contra la empresa para proteger sus recursos naturales.
“Aquí en Yucatán el Gobierno del Estado no mandó respuesta y sabe lo que está pasando. Yo les digo a los demás ejidatarios vamos a luchar. Sigo firme y hasta donde se llegue”, enfatizó Miguel Ángel.
Hasta el momento Bachoco no ha podido obligar a Miguel Ángel a abandonar su tierra. A diferencia de él, que sí tiene el documento de la posesión, la empresa avícola no ha presentado un documento que confirmé que compró las parcelas legalmente.
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