No nos cortaron las alas: los testimonios de la huelga de Notimex

3 febrero, 2024

Después de pasar mil 408 días en huelga, los trabajadores del Sutnotimex vencieron. Ahora, toca reconstruir la historia, y con eso, defender la dignidad que les han intentado arrebatar

Texto: José Luis Álvarez Vergara*

Fotos: Juliana Alvarado

CIUDAD DE MÉXICO. -En la calle de Baja California número 200, en la Roma Sur, hay unas carpas como grandes animales prehistóricos. El campamento lo componen dos entoldados de lonas de plástico y tubos de pvc. Está ubicado frente al edificio de 12 pisos que alojaba a la sede principal de Notimex, la extinta agencia de noticias del Estado mexicano. Desde el otro lado de la calle se ven numerosas lonas llenas de consignas a favor de la resolución del conflicto laboral y condenas a los abusos cometidos por la administración de la última directora, Sanjuana Martínez. En la entrada de una de las carpas, unos estantes improvisados ofrecen varios productos: refrescos, palomitas de maíz, ligas para el cabello, lentes de sol… Al fondo hay una tienda de campaña, en la que los trabajadores hacen sus solitarias guardias nocturnas. Sobre la mesa hay más mercancía: unos chocolates y cigarros sueltos. En torno a ella, un grupo de amigos se saluda con cariño. 

Mientras tanto, el cielo espera el momento para colapsar sobre sus cabezas.

La era de García Velasco

La periodista Sanjuana Martínez llegó al frente de la agencia con un amplio respaldo. Fue ratificada el 21 de marzo de 2019 por el Senado con 113 votos de 128 posibles, algo digno de subrayarse en un sexenio con una polarización partidista sobresaliente. Arribó con grandes planes. Algunos trabajadores dicen haberla escuchado decir en los pasillos de la agencia que pondría a Notimex al nivel de la BBC de Londres, uno de los medios públicos más reputados del mundo. Sin embargo, una abrumadora ola de despidos, aunada al recorte de prestaciones como vales de despensa o la orden de no pedir vacaciones, rápidamente descompusieron la relación con los trabajadores. De acuerdo con la dirección, los despidos se debieron a la falta de capacitación del personal y a la detección de irregularidades como el plagio de notas. También señaló la existencia de una “mafia” que tenía “secuestrada” a la agencia: el sindicato, en aquel tiempo liderado por Conrado García Velasco.

David Hummel, quien pasó casi 30 de sus 54 años en Notimex como reportero especializado en el área de espectáculos, refiere que los problemas con el sindicato eran anteriores incluso a la gestión de García Velasco. Antonio Torres, líder de los trabajadores de la empresa durante el sexenio de Fox, ya desviaba recursos del sindicato. Sin embargo, estos hurtos, muy en la línea de la tradición del sindicalismo charro en México, palidecen al lado de las transgresiones del eterno Conrado García Velasco, quien dirigió el sindicato de la agencia durante casi 18 años, hasta su salida en octubre de 2019.

En 2020, García Velasco fue interrogado por la Secretaría de la Función Pública (SFP), que lo señaló de nepotismo por haber tenido en la nómina de la empresa a hasta 20 personas cercanas, entre ellas su esposa, Irene Rodríguez, quien tenía una plaza como corresponsal en Chicago con una percepción de 2 mil 400 dólares mensuales. Su hija, Angélica García, tenía una plaza de reportera. Además, según relatan los trabajadores, obtuvo una beca del gobierno de China que debía haber sido concedida a un reportero en activo y que ella utilizó para estudiar yoga seis meses en Pekín.

David, quien ya era miembro del sindicato, lo describe como un sujeto colérico y revanchista. Cuenta que en una ocasión en que fue al local sindical para firmar unos documentos el líder laboral le lanzó un pisapapeles, agujereando la pared de tablaroca.

―Entonces además era un tipo violento.

―Violento. Amenazaba a la gente con golpearla.

Para mantener su posición en la agencia, García Velasco acostumbraba enviar a los trabajadores afines a él a amedrentar a sus compañeros. Su modus operandi incluía, además, cambiar arbitrariamente a los trabajadores de horario y de puesto. A otros, como a David, los mandó a “la congeladora”. Le quitaron sus fuentes, las de música grupera.

―Yo cubría todos los bailes y entrevistas de música popular mexicana.

José Luis Simón, de 62 años, periodista especializado en deportes, entró a la agencia como office boy. Su función consistía en limpiar los escritorios y poner las cuartillas y el papel carbón en las charolas de los periodistas.

—Yo soy de la vieja guardia porque yo me hice reportero en la redacción. Fue donde me formé ―señala.

Durante los tiempos de Conrado, Simón, como lo llaman sus compañeros, trató, con éxito, de pasar desapercibido para no ser víctima de lo que describe como “terrorismo sindical”. Nunca asistió a las reuniones o fiestas del sindicato por ese motivo.

—Por el contrario, siempre tuve una barrera hacia él. Yo siempre estuve haciendo lo que me correspondía como reportero.

Rosaura Torres tiene 38 años (11 años siete meses de ellos en Notimex). Trabajaba como editora de video. Se unió al sindicato después de que éste le dio las facilidades de horario para titularse de la licenciatura, Comunicación en la FES Acatlán de la UNAM. Rosaura recuerda que García Velasco buscaba por aquellos años tener un sindicato que proyectara una imagen renovada, joven y activa. Ella era la candidata perfecta.

Al frente de la comisión de la mujer tenía la instrucción de organizar un evento a la semana, entre los que hubo venta de productos artesanales y actividades del Día de la Mujer y el Día de las Madres. Tenía que trabajar doble: hacer sus notas y ediciones durante su jornada laboral y, si al día siguiente tenía un evento, quedarse más horas para gestionarlo.

―¿Tuviste algún tipo de retribución por esta labor?

―No, no ―responde entre risas―. Digamos que era un trabajo para conservar mi trabajo.

La trabajadora aceptó para no ganarse la enemistad de la anterior comisionada, perteneciente al círculo cercano de Conrado.

Acaso paradójicamente, Rosaura muestra un dejo de agradecimiento (o quizás resignación) por la experiencia. Después de todo, fue así como aprendió sobre la labor social de los sindicatos.

―Dentro de lo conflictivo que me pareció, trataba de sacar lo positivo.

La esperanza del cambio…

Gabriela Montalvo, de 49 años, llegó a Notimex en el año 2000. Trabajaba como secretaria en el centro de documentación, haciendo el registro de la cantidad de veces que las notas publicadas por la agencia eran reproducidas por otros medios de comunicación en los estados de la república. Ella no estuvo sindicalizada sino hasta 2015, por lo que no tuvo relación alguna con Conrado García durante la mayor parte de su gestión. A esto atribuye el hecho de nunca haber tenido problemas con él. Sin embargo, sí pudo observar que por intervención del sindicato había trabajadores que ejercían funciones distintas a las plazas por las que estaban contratados.

―Había choferes que tenían cargos de redactores y editores. Pero obviamente no sabían redactar ni editar.

Fue por cosas como esta que cuando en marzo de 2019 el Senado ratificó el nombramiento de Sanjuana Martínez al frente de Notimex, David Hummel sintió “esperanza de que iban a cambiar las cosas”. Al igual que muchos de sus compañeros, votó por Andrés Manuel López Obrador porque confiaba en la retórica de un político de izquierdas al que percibía cercano a los intereses de los trabajadores.

—Nos encontramos con la sorpresa de que Sanjuana venía a destruir todo.

La nueva dirección lo cambió de la sección de “Espectáculos” a la de “Estados” de forma unilateral, sin consultarlo con él ni con el sindicato, como establecía el convenio. Terminó aceptando bajo protesta.

Su relatoría de esta última temporada es agria. Entre los agravios que enumera están la falta en el pago de viáticos para reportear en el Estado de México, entidad en la que el transporte público es más caro que en la Ciudad de México. También denuncia irregularidades en los procesos editoriales. Asegura que durante esos meses le pidieron escribir notas con base en lo que publicaban otros medios, haciendo pasar la información como propia de la agencia.

En una ocasión, refiere David, Agustín Lozano, quien era director editorial, le pidió escribir, sin fuentes, un reportaje en el que dijera que una persona con la que Lozano tuvo problemas era un asesino de animales. Hummel dice haberse negado, argumentando que era su nombre el que quedaría asociado al texto.

Simultáneamente, Sanjuana Martínez alegaba frente a los medios de comunicación que los despidos se debían a la falta de profesionalismo de los trabajadores, a que no cumplían con el perfil requerido para el puesto.

—Y aquí, lo primero que se vino a dar cuando ella llegó fue el fusil de todos los medios —dice David—. Nosotros nos fusilábamos la información, la firmábamos como Notimex y punto.

Uno de los primeros cambios que vivió Gabriela Montalvo fue la orden de no platicar con sus compañeros. La pretensión era que si se encontraban, aunque fuera brevemente en el baño o los pasillos, tenían que pasar de largo. La razón argüida no fue que sus superiores consideraran que su productividad laboral era baja, que perdían demasiado el tiempo chismorreando, sino la sospecha de que cualquier conversación en su pequeño y personal panóptico podía ser una conspiración en su contra.

El intento por controlar sus relaciones personales no se limitaba a los confines de la empresa.

—Nos decían que no habláramos con nadie de los que estaban afuera. Porque luego iban y se manifestaban, ¿no? Si nos veían, nos decían que éramos traidores, que éramos iguales.

Los despidos aceleraron en mayo, dos meses después del nombramiento de la nueva dirección. Los trabajadores se acercaron al sindicato, buscando protección, pero Conrado García les daba largas. Les decía que intercedería por ellos con la dirección. Sin embargo, los despidos seguían. Al poco tiempo también empezaron a despedir a los más allegados al líder sindical. Eventualmente, el secretario general del sindicato dejó de ir a las oficinas. Según testimonio de los trabajadores, se excusó diciendo que habían girado una orden judicial en su contra. Quedaron desprotegidos.

Al estar el sindicato acéfalo, Héctor Colón y Jaime González pegaron un cartel en el elevador convocando a una asamblea para recuperar el sindicato con elecciones libres y secretas. Poco después fueron despedidos.

Nace Sutnotimex

Adriana Urrea, de 43 años, reportera especializada en negocios y finanzas, nunca estuvo interesada en la vida sindical durante sus más de 17 años en Notimex. No había un trabajo colectivo, dice. No tenía caso asistir a las asambleas porque no los escuchaban.

—La gran mayoría, sobre todo los reporteros, nos dedicábamos a reportear y a hacer lo que nos tocaba y ya.

La vocación la llamó en medio de la incertidumbre por la oleada de despidos y un sindicato que había renunciado a defender a sus agremiados. Reconoce que había compañeros con un mayor conocimiento de los asuntos sindicales que ella y que estaban dispuestos a conformar el nuevo sindicato, ya sea como secretario general o como parte del comité. Pero estaban imposibilitados legalmente, pues ya los habían despedido. Finalmente, Adriana, la más echada para adelante, fue elegida por sus compañeros como secretaria general del Sutnotimex. Desconocedora de los mecanismos y procesos del sindicato, tuvo que aprender a marchas forzadas en medio de una campaña sistemática de acoso laboral.

—Esto llevó obviamente un aprendizaje muy amplio, muy profundo.

Su nombramiento ocasionó su despido.

Simultáneamente, recuerda Gabriela Montalvo, la dirección formó su propio sindicato, el Sinotimex, con sus propias cláusulas y contrato colectivo.

—Nos empezaron a hostigar, obviamente. Nos decían que teníamos que firmar para renunciar al Sutnotimex para hacer el nuevo Sinotimex.

El representante sindical los atemorizaba diciéndoles que si no firmaban no podría defenderlos, por lo que no tendrían prestaciones y hasta podrían perder su empleo. De todas formas, Gabriela no firmó.

Meses después, el Sinotimex intentaría romper la huelga de los trabajadores mediante un amparo.

Rosaura Torres, quien había formado parte del sindicato de Conrado García Velasco, estaba en la mira de los directivos. Era una de las pocas que había pertenecido al comité del viejo líder sindical y que no había sido despedida aún. La hicieron llamar para interrogarla sobre una convocatoria para asistir a una asamblea que circulaba entre los trabajadores. Querían saber si ella estaba detrás. No conformes, le pidieron una copia de su renuncia a la comisión de la mujer, que dejó tras la desbandada del grupo de García Velasco, para verificar que ella era “gente de trabajo” y que “estaba con nosotros”.

A la misma hora que la asamblea sindical, la dirección convocó a todos los trabajadores de la agencia a una reunión obligatoria en la que tomaron lista de asistencia. Rosaura cuenta que tuvo que asistir aunque la reunión era fuera de su horario laboral. Le advirtieron que quien no asistiera tendría que justificar el motivo de su falta. La dirección estaba intentando sabotear la reunión del nuevo sindicato.

Rosaura hizo lo que le pidieron sin saber que de todas formas a los pocos días también sería despedida.

La huelga

El 21 de febrero de 2020, menos de un año después del nombramiento de Sanjuana Martínez, estalló la huelga. El Sutnotimex acusaba el despido de 241 trabajadores y la violación del contrato colectivo de trabajo vigente. Poco después, el 6 de marzo del mismo año, la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA) reconoció la legalidad de la huelga. No obstante, la última nota publicada en el portal de la agencia de noticias databa del 27 de junio de 2020, es decir, casi cuatro meses después de iniciada la huelga.

La dirección de la agencia montó una sede alterna en África #15, una casa en la colonia Concepción, alcaldía Coyoacán. La operación, señalada como ilegal y violatoria del derecho de huelga por la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA), mantuvo en marcha la redacción durante ese tiempo, hasta que la junta de gobierno de la agencia le ordenó parar labores en junio del mismo año. La dirección de Notimex se deslindó del inmueble, con el que dijo no tener relación alguna. Sin embargo, Proceso reportó que una factura en su poder mostraba que la agencia pagó 206 mil pesos por el arrendamiento del inmueble en septiembre de 2020.

Con la huelga no terminó el acoso a los trabajadores.

Varios trabajadores refieren que, durante los primeros días de la huelga, la dirección les ordenó a los directivos permanecer adentro de las instalaciones. A los pocos días, la Fiscalía General de la República (FGR) llegó a Baja California 200, atendiendo una denuncia de secuestro. Los agentes se retiraron al verificar que las puertas estaban aseguradas por dentro, con cadenas, y no al exterior, por lo que no podía tratarse de un secuestro.

El medio Julio Astillero reportó que Sanjuana Martínez habría enviado cartas a varios funcionarios del gobierno federal pidiendo su ayuda para resolver el conflicto laboral. Entre ellos estaban Julio Scherer, entonces consejero jurídico de Presidencia, y Armando Casas, director de Canal 22. En la misiva dirigida a este último Martínez se refiere a «nuestros compañeros secuestrados en el edificio de la Agencia Ubicada en Baja California No. 200».

Adriana Urrea compara este episodio con lo ocurrido en 2017 durante la huelga de La Jornada, cuando un grupo de trabajadores que se negó a acatar el paro de labores habría decidido permanecer al interior del inmueble, acusando al sindicato, el Sitrajor, de secuestro. En noviembre de 2021, a través de las redes sociales del Sutnotimex, Adriana Urrea dio a conocer que Judith Calderón, ex secretaria general del Sitrajor, fue absuelta de la acusación de secuestro en su contra. La Jornada es uno de los medios que hizo mayor eco de las declaraciones de Sanjuana Martínez durante el conflicto laboral, e incluso durante el periodo posterior.

En abril de 2020, una camioneta de elementos de la Guardia Nacional llegó al campamento ubicado en Morena 110, respondiendo a una denuncia de “secuestro de vehículos”. Previamente representantes de la empresa Casanova Rent, a la que Notimex rentaba automóviles, habían llegado al inmueble para llevarse sus autos con la finalidad de terminar con el contrato de arrendamiento. Según explica Adriana, al estar los coches adentro de un inmueble en resguardo por un conflicto laboral, tenía que seguirse un protocolo, por lo que no podían simplemente dejarlos pasar

El 9 de abril de 2020 Notimex publicó una nota sobre el suceso en la que cita a Fernanda Osuna Guzmán, del departamento jurídico de la agencia, quien asegura que la empresa de arrendamiento había interpuesto una denuncia penal en contra del sindicato, acusándolo de “apropiación indebida de bienes”. A su vez, en sus redes sociales el Sutnotimex acusó a Osuna de intentar confrontar a los huelguistas con la empresa arrendadora y los elementos de la Guardia Nacional, que se retiraron del lugar al constatar que se trataba de un conflicto laboral, algo fuera de su jurisdicción.

Urrea relata que en junio de 2021 se reunió con Jesús Ramírez Cuevas, coordinador general de comunicación de Presidencia, quien le habría prometido una salida al conflicto laboral con la condición de que ella renunciara a la secretaría general del sindicato. En asamblea, los trabajadores rechazaron la propuesta. Era una intromisión, otra más, a la vida sindical.

La tormenta arrecia. Es la hora de las sombras más largas.

La venganza

Tras la negativa del sindicato, la dirección presentó una denuncia penal en contra de la lideresa por “huachicoleo informativo”. La acusaban de haber usado material extraído de la agencia en el programa Gira tus Finanzas, del cual era conductora. En ese momento se rompió el diálogo por completo. 

—Yo no daba crédito. Dije, ¿realmente están poniendo a andar en mi contra todo el aparato? Fue cuando dimensioné los problemas que enfrentan defensores de derechos humanos.

El proceso penal en su contra fue desestimado definitivamente por el poder judicial en mayo de 2022. Había además dos procesos administrativos, uno de los cuales la acusaba de supuestamente haber dañado al erario por 8 mil pesos, que habría usado en viajes personales. La Secretaría de la Función Pública concluyó que Urrea era “administrativamente no responsable” por esta acusación. El único proceso pendiente en su contra es uno por un supuesto desvío de recursos de 2 mil 400 pesos en viáticos sin justificar.

Fue hasta febrero de 2023 que se reanudaron las mesas de diálogo que dieron pie a la iniciativa de la liquidación de Notimex, redactada con la retroalimentación de los trabajadores en lo concerniente a las indemnizaciones que están peleando. La iniciativa fue aprobada el 13 de diciembre de 2023.

Durante su discusión legislativa, los representantes de los partidos de la coalición gobernante (Morena-PT-PVE) aseguraron que los derechos de los trabajadores afectados eran su prioridad. Por ejemplo, la diputada Lilia Aguilar Gil, del Partido del Trabajo, dijo que los diputados de su partido estarían “siempre a favor del derecho de huelga y de los derechos de los trabajadores y buscaremos que los conflictos laborales se lleven a término de manera pacífica y con respeto de todas y todos los trabajadores”. En los hechos, la huelga que estuvo cerca de cumplir cuatro años por la inacción de las autoridades empobreció a los trabajadores, quebró carreras y proyectos de vida y les hizo enfrentar la pandemia de covid-19 sin un seguro médico.

Cuando lo despidieron, David, que ya padecía una enfermedad renal crónica, perdió acceso al seguro social.

En 2017 había empezado a tratarse en el Hospital General de La Raza del IMSS, pero se desanimó frente a la larga lista de espera que tendría que afrontar hasta su próxima consulta: seis meses. El nefrólogo del hospital le explicó que los quirófanos se utilizaban sólo en los pacientes que enfrentaban una situación de vida o muerte y, como ese no era su caso, al menos no en ese momento, lo conminó a esperar. Dejó de ir a consulta.

Las piedras en sus riñones siguieron creciendo. En agosto de 2022, David experimentó un dolor paralizante.

—Como pude me arrastré a urgencias del hospital Juárez. Iba resollando en el metro porque al romperse la piedra me perforó el pulmón.

Días después de la operación, despertó a media madrugada. Palpó la cama: estaba húmeda. Se llevó la mano a la nariz.

—El peor olor que he sentido en mi vida. Olí fétido. Como si me hubiera hecho del baño.

La cama estaba empapada de un líquido viscosos, entre gris y amarillo. Se dio cuenta de que estaba supurando por la herida. Se le habían reventado las costuras. —Estuve a punto, yo creo, que de morir.

Durante los siguientes meses a la operación tuvo la esperanza de que con el riñón restante pudiera seguir con su vida, pero empezó a presentar síntomas como vómito y aliento metálico. Su color de piel era amarillento y se cansaba rápido. Le faltaba el aire.

Le diagnosticaron uremia, la presencia de altos niveles de desechos en la sangre debida a su disminuida función renal.

Necesitaba diálisis, pero en el hospital Juárez el área correspondiente no estaba activa. Gracias a la intervención de Ignacio Mier, en ese tiempo diputado por Morena y actualmente precandidato al Senado por el mismo partido, el hospital la reactivó, salvándole la vida.

Cuando inició el paro laboral, no había fondo de huelga, un ahorro del sindicato destinado a compensar el impacto económico en caso de conflicto laboral. Conrado se lo había llevado todo.

—Cuando estallamos la huelga lo hicimos con el dinero que traíamos en el bolsillo —expone Adriana Urrea.

Gabriela, secretaria de finanzas del Sutnotimex, comparte que lograron mantener su lucha en gran medida gracias a la solidaridad de los sindicatos aliados, como el Stunam, el Sutiems o el Sindicato de Telefonistas, que contribuyeron con dinero, comida y hasta con las lonas con las que armaron los campamentos. Otros métodos que usaron para obtener recursos son las rifas. Gabriela explica que en ocasiones algún compañero les regalaba, por ejemplo, una licuadora o una bolsa de marca que rifaban vendiendo boletos. Otros compañeros vendían productos por catálogo, como zapatos o perfumes. Hay compañeras que iban a botear a los congresos de los sindicatos aliados, pidiendo recursos. También había tienditas en los campamentos, en las que vendían dulces, botanas y refrescos.

—La tienda es una terapia porque ya no estamos pensando en lo tortuoso que es la huelga —describe Simón. Tener dinero en la mano es una sensación muy especial. ¡Tenemos dinero en la mano! Es algo que se siente en la yema de los dedos. Un estado emocional muy importante.

La iniciativa de vender dulces o productos por catálogo empezó por unas cuantas compañeras, pero al poco tiempo todos invirtieron recursos y tiempo. El dinero que reunían de esta manera era colectivo.

Gabriela, a quien Simón llama una “cazadora de ofertas”, admite que todas sus fuentes de financiamiento eran insuficientes para mantener un nivel de vida siquiera cercano al que tenían antes de la huelga, cuando gozaban de un ingreso fijo. La misión de Gabriela como secretaria de finanzas era conseguir comidas para los compañeros que hacían guardia, por lo menos una para cada compañero haciendo un turno. Eran cuatro campamentos ocupados las 24 horas, con tres turnos de ocho horas. 12 comidas al día en total. 84 por semana. Buscaba en todos los lugares posibles los precios más bajos para hacer rendir el dinero hasta el último peso. También se encargó de poner internet en los campamentos, algo indispensable para los compañeros, sobre todo reporteros, que habían logrado conseguir trabajo en otros medios. Así podían laborar vía remota mientras hacían su guardia. Algunos, que no podían asistir, colaboraban con dinero para mantener andando los campamentos.

Simón cuenta que nunca en su vida habían pasado por la experiencia de acabarse unos pantalones, de usarlos hasta su deterioro casi total. Pero lo toma con templanza e incluso humor.

—No es indigno que andemos con los tenis rotos.

Y no lo es.

Sobrevivir

Al empezar la huelga, Rosaura tenía ahorros, pero sólo le duraron algunos meses. Le tuvo que pedir prestado a amigos y familiares, por lo que está muy endeudada.

—Imagínate que yo soy la mayor de mis hermanas y que de ser una proveedora en mi casa, me veo mantenida por mi familia —dice, con la voz quebrada.

También vendía ropa en un tianguis, pero a veces las ventas no salían y gastaba más en comidas y transporte que lo que ganaba vendiendo. En los campamentos, además de la tiendita, cuyos ingresos eran colectivos, algunos compañeros tenían su venta independiente. Ella vendía calcetines.

—Voy sobreviviendo de mis ventas y, si gano un poquito más, voy saldando mis deudas. Pero nunca es suficiente.

Desde finales de enero de 2023, David Hummel se practica diálisis, primero en el hospital y ahora en su casa con una máquina que le prestaron. El proceso es laborioso y toma buena parte de su día. Tiene que empezar alrededor de las seis de la tarde con la limpieza y preparación del material. En torno a las siete u ocho de la noche empieza con la diálisis propiamente dicha y concluye alrededor de las cuatro de la mañana. Es una operación delicada que requiere una atención total al detalle. Un error podría provocar una infección peritoneal, que podría ser letal. Tuvo que recibir una capacitación especializada. Por esta razón dejó de hacer guardias en los campamentos. Es indispensable que esté en un ambiente controlado para que pueda dializarse.

David resistió gracias a “caridades”, pues su hermano y sus compañeros de huelga le ayudaron cuando no tenía ni para comer. Además de las carencias materiales, David lamenta la pérdida de su estatus como profesionista. Durante los últimos años se ayudó recogiendo y vendiendo basura y haciendo trabajos de albañilería.

—De lo más bajo a lo más alto. Ese es el parámetro en que un trabajador de Notimex ha caído.

Por supuesto, no todos los trabajadores tuvieron que enfrentar la misma precariedad.

Aunque la junta de gobierno de Notimex ordenó a la agencia parar labores en junio de 2020, todavía en el periodo correspondiente a la primera quincena de noviembre de 2023 había 63 trabajadores dados de alta en el portal Nómina Transparente de la Secretaría de la Función Pública. Entre éstos está su directora, Sanjuana Martínez, con un sueldo bruto mensual de 145 mil pesos. Además, hay elementos que sugieren que los trabajadores en activo podrían no haber parado de laborar realmente. Está el caso de Agustín Lozano, director editorial de Notimex con un salario bruto mensual de 71 mil pesos, que a través de la red social X comparte contenido relacionado al presidente, Andrés Manuel López Obrador, arrobando a las redes sociales de la agencia. En ocasiones la propia Sanjuana Martínez amplificaba estos mensajes, retuiteándolos.

Según una investigación de La Lista publicada en julio de 2022, había por lo menos 17 funcionarios de Notimex que operaban de la misma manera. Este medio también mostró que la agencia de noticias hizo contrataciones en plena huelga, entre las que destaca la de Tito Zurita Carpio, un trol de internet conocido por difundir contenido a favor de AMLO y la 4T y acosar a usuarios en la red social. Zurita Carpio tenía una plaza de “reportero AAA” y un sueldo bruto de 22,400 pesos mensuales.

Muchos de los huelguistas exigían la reinstalación en su puesto de trabajo. Pero con la extinción de la agencia, esto no será posible. La directora de Notimex podría no tener problemas para encontrar un nuevo trabajo, pues cuando el presidente anunció la extinción de Notimex en abril pasado, dijo que estaba considerando darle un puesto en su gobierno, ya que la consideraba una mujer inteligente y una buena periodista. López Obrador también argumentó que la empresa ya había cumplido su función y que ya no era necesaria porque ahora estaban las conferencias mañaneras, en referencia a las conferencias matutinas diarias que el presidente y los miembros de su gabinete dan. No obstante, pensar que éstas pueden sustituir a una agencia de noticias profesional es engañoso no sólo porque la información emanada de las mañaneras ha sido señalada en numerosísimas ocasiones como falsa o imprecisa por periodistas y fact checkers. Sobre todo, porque la función de una agencia de noticias de Estado no es sólo publicar información sobre las actividades del gobierno, sino dar cobertura periodística a todas las facetas de la vida pública nacional: arte, ciencia, cultura, deporte, espectáculos, salud… La desaparición de Notimex es una pérdida para todos los mexicanos.

Sin embargo, la relación de la exdirectora de Notimex y el gobierno parece haberse roto por completo. En dos columnas de opinión publicadas en La Jornada, Sanjuana Martínez acusó al secretario del Trabajo, Marath Bolaños, de haber condicionado el pago de las liquidaciones de los trabajadores a la entrega del 20 por ciento de las mismas para la campaña de Claudia Sheinbaum, la candidata a la presidencia por Morena. Tanto Sheinbaum como la STPS negaron las acusaciones de la periodista, asegurando que la liquidación de los trabajadores se realizó en apego a la ley.

Esta no es la primera vez que Martínez ha manifestado públicamente sus diferencias con funcionarios de la 4T, en particular contra la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje y la Secretaría del Trabajo, en aquel tiempo encabezada por Luisa María Alcalde, actual secretaria de Gobernación). Según Martínez, las dependencias habrían respaldado la huelga a pesar de que esta sería contraria a la Ley Federal del Trabajo.

Los desacuerdos de la última dirigente de la agencia de noticias del Estado mexicano podrían no limitarse a las autoridades laborales. En junio de 2020, Artículo 19 y Aristegui Noticias tuvieron acceso a grupos de Whatsapp en los que directivos de Notimex habrían ordenado a sus subordinados no publicar información referente a instituciones como la UNAM, el Gobierno de la Ciudad de México y la SEP. De acuerdo con testigos, esto se debió a desencuentros personales entre Sanjuana Martínez y los funcionarios que en aquellos años encabezaban estas instituciones, el rector Enrique Graue Wiechers, Claudia Sheinbaum Pardo y Esteban Moctezuma, respectivamente. Sobre Sheinbaum Pardo, Artículo 19 refiere que una persona que atestiguó el hecho y que colaboró con la agencia de noticias aseguró que Martínez la vetó de la agencia ante su negativa a usar a la policía capitalina para desalojar los campamentos de los huelguistas.

El último episodio de esta historia ocurrió esta semana, cuando Martínez publicó audios editados de sus conversaciones con el vocero presidencial, Jesús Ramírez Cuevas.

Bajar el telón

El 29 de diciembre de 2023, rodeada por docenas de sus compañeros de lucha y entre gritos de “¡viva el Sutnotimex!”, Adriana Urrea anunció el fin del conflicto laboral que se extendió por mil 408 días.

—Hoy se baja el telón, se baja la cortina, se apagan las computadoras y se tapan los lentes de las cámaras de Notimex. —empezó a leer, visiblemente afectada—. Ya no se escuchará más en los medios, en las salas de prensa, en las noticias, información de Notimex. Se cierra un capítulo en el periodismo del país y del mundo.

Al preguntarle por el futuro, Adriana responde que el sindicato tomó la decisión de no extinguirse junto con la empresa. El Sutnotimex se transformará en un sindicato de gremio, con el proyecto de representar a periodistas independientes y de otros medios de comunicación. También acarician la idea de formar un nuevo medio, una cooperativa, para tener una fuente de trabajo. En este punto no hay nada definitivo, pero ya es lícito soñar en lo por venir.

Para Rosaura la huelga ha sido un trabajo de tiempo completo, por lo que tuvo que pausar su carrera como editora de video. Por lo mismo ha tenido que rechazar diferentes ofertas de trabajo. La creación de un nuevo medio de comunicación, de la cooperativa que piensan fundar, la ve como una oportunidad de continuar con su carrera en el rubro que dejó detrás.

—Qué triste, ¿no? Que te echaste cinco años de carrera más un diplomado para terminar con un negocio personal.

Gabriela se muestra indecisa. Es consciente de que aún tiene muchos años de vida laboral por delante, pero la huelga la tiene desgastada, exhausta. Durante los primeros tres años estaba todos los días en los campamentos y hacía guardias completas sola, de noche. Las condiciones en que dormía le generaron problemas de columna.

—Yo lo que quiero es que se acabe.

No cierra la posibilidad de unirse al proyecto después de “desintoxicarse”. Aunque por el momento la única certeza que tiene es la de querer comprar una casa.

A la espera de un trasplante de riñón, David está emocionado por el prospecto de volver a tener una fuente laboral y salir a reportear. Uno de los aspectos que más le gusta de ser reportero es “la dinámica de salir”, la posibilidad de estar “del tingo al tango”. Incluso con sus problemas de salud ha hecho lo posible por mantenerse activo y publicar textos en medios, aunque sea sin paga.

—Para mí es pasión. Me interesa seguir mi carrera.

Dice que ahorita están en la fase de planear, de pensar la marca y lo que tendrían que invertir para sostener el proyecto. Incluso ya tienen una página, pero no la han podido lanzar porque necesitan del consenso de todos los agremiados.

Simón evoca los años en que viajó por el mundo para hacer coberturas de los mundiales de futbol. Sobre todo, atesora la memoria de haber escuchado el himno nacional en el partido de México contra Alemania en Francia 98, cuando Luis Hernández falló el gol que le daría a México el 2 a 0. Pero Simón no sólo voltea hacia el pasado, también quiere sumarse al proyecto, mirar hacia lo inédito. Sobre todo, pensando en sus compañeros más jóvenes, que tienen una larga carrera por delante, es que se adhiere al plan.  

—Si lo hacemos va a ser algo histórico. Porque no nos cortaron las alas. No acabaron con nosotros. No nos nulificaron.

Como hormigas, los trabajadores despedazan diligentemente a los animales prehistóricos, despojándolos de lonas, carteles y mecates. En el interior quedan, aunque sólo por un instante, algunos rastros que dan fe del paso de sus antiguos habitantes, las tiendas de campaña que en las que hicieron sus guardias, los huacales de madera en los que organizaban sus enseres personales, las rejillas en las que colgaban los chocolates y palomitas que vendían para sostener la huelga. Luego de un tiempo más de trajín, los dejan en sus raquíticos huesos de pvc. En Baja California 200 ya no cuelga la bandera rojinegra.

Hay un ambiente festivo: los trabajadores sonríen, chocan sonoramente las palmas y se abrazan. La hora más oscura parece haber quedado atrás. Grietas de luz resquebrajan los nubarrones. La lluvia escampa. Es lícito soñar en lo por venir.

*Periodista independiente. Le interesan las historias relacionadas al trabajo y los trabajadores y reflexionar sobre la manera en que el periodismo hegemónico contribuye a crear una visión del mundo. Tiene estudios en Filosofía y Literatura Hispánica por la UNAM. Maestrante en Comunicación por la Ibero.

Portal periodístico independiente, conformado por una red de periodistas nacionales e internacionales expertos en temas sociales y de derechos humanos.