21 enero, 2024
Aunque el gobierno federal aseguró que el rescate de los mineros de Pasta de Conchos continuará en la siguiente administración, las familias de los 63 mineros le recordaron al presidente lo poco que se ha avanzado en la región carbonífera, donde en estos 5 años han muerto otros 27 mineros por derrumbes
Texto: Alejandro Ruiz
Fotos: María Fernanda Ruiz y Fernando Santillán / Archivo
CIUDAD DE MÉXICO. -Este viernes, el presidente López Obrador se comprometió a asegurar la continuidad del rescate de los 63 mineros de Pasta de Conchos, aún cuando su sexenio termine.
El mecanismo por el que asegurarán el rescate será a través de un decreto que se expedirá al final del sexenio en caso de que los trabajos no concluyan. En el documento, además, se establecerá un fideicomiso para dotar de recursos que aseguren la continuidad de los trabajos.
El Presidente @lopezobrador_, en compañía de la secretaria @LuisaAlcalde e integrantes de su gabinete, acudieron a #PastadeConchos para informar a las familias de los mineros atrapados desde 2006 los avances del Plan Integral de Reparación y Justicia, el cual contempla:
— Gobernación (@SEGOB_mx) January 20, 2024
En la visita, además del presidente, estuvieron la secretaria de gobernación, Luisa María Alcalde, el secretario del trabajo, Marath Bolaños López, el titular de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett, y autoridades del estado de Coahuila.
La visita ocurrió a un mes de que se cumplan 18 años del derrumbe en la mina de la región carbonífera de Coahuila. Y también, después de 4 años de la última vez que el presidente fuera a la mina de Pasta de Conchos. Ese día, prometió que iría cada 6 meses.
En entrevista con Pie de Página, Cristina Auerbach, directora de la Organización Familia Pasta de Conchos, expresa su sentir con la visita y el anuncio presidencial:
“¿Cómo me siento? Por un lado, tranquila en que el rescate vaya continuar, pero también estoy enojada y con mucha frustración por los mineros que han muerto en esta administración. A veces siento que la justicia y la no repetición del daño no forman parte del lenguaje de este gobierno”.
Cristina cuenta cómo se enteraron ella, y las viudas de los mineros, de la visita del presidente:
“No teníamos idea de que vendría Andrés Manuel hasta el martes pasado. Nos enteramos por los medios de comunicación. A las familias les llegó la invitación el miércoles. Había dudas de si ir o no ir, y más si no se iba a poder hablar. El jueves en la noche, un funcionario le llamó a Elvira [viuda de un minero en Pasta de Conchos] y le preguntó si ella quería hablar. Ella aceptó. Algunos familiares decidieron ir, otros no. Son muchísimos familiares, y es imposible que todos piensen igual, que quieran las mismas cosas, y actúen de la misma manera. Al final, la gente que fue, y la que no fue, terminaron contentas porque Andrés Manuel planteó que continuará el rescate”.
Antes de llegar al lugar donde fue el acto, Elvira y el resto de los familiares que decidieron ir al encuentro con el presidente se percataron de algo: una manifestación.
Auerbach recapitula:
“Cuando iban llegando los camiones, afuera habían familiares de Rancherías que pedían ser atendidas por alguna autoridad, pues desde que rescataron a sus maridos hace tres años, no ha habido indemnización alguna”.
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Al ver a las viudas de los mineros de Rancherías, la directora de la Organización Familia Pasta de Conchos recordó aquellas protestas de 2007, cuando plantados afuera de la Secretaría del Trabajo, exigían que las autoridades dieran la cara por los 63 mineros atrapados en una mina de Grupo México.
Elvira, en un acto de solidaridad pidió públicamente al presidente y las autoridades que lo acompañaban que no dejara solas a las viudas. Micrófono en mano, dijo:
“No se trata solo de atenderlas, sino de que sea parejo para todas. Todas las viudas deben ser atendidas como fuimos atendidas las de Pasta de Conchos”.
Al final, el presidente instruyó a Luisa María Alcalde que no dejara el caso atrás.
Entre los compromisos firmados por el presidente está el de asegurar medidas de no repetición en la región carbonífera de Coahuila.
Sin embargo, esto parece que todavía es lejano, pues durante este sexenio han muerto 27 mineros en la región. Todos ellos trabajan en minas de extracción de carbón, mineral que, en su mayoría, tiene como comprador final a la Comisión Federal de Electricidad.
“Son los mismos muertos que hubo durante el sexenio de Felipe Calderón, la única diferencia es que ahora no compran 10 millones de toneladas de carbón, sino 3 millones”, acusó Auerbach.
La directora de la Organización Familia Pasta de Conchos es contundente en su reclamo:
“La Secretaría del Trabajo informó, en un documento muy largo, que hizo no sé cuántas inspecciones en todo el país, región carbonífera incluida. Sí, muy bien, el asunto es que aún después de que inspeccionan las minas, éstas siguen trabajando, y la Secretaría no vuelve”.
Además de esto, otro pendiente fue alguna respuesta de la Comisión Federal de Electricidad, quienes no dijeron palabra alguna sobre los contratos que mantienen en la región para la compra de carbón.
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Auerbach concluye:
“En octubre de 2020 el presidente dijo que iba a regresar cada 6 meses, y no volvió. Dijo que no había podido venir, pero que de algún modo estuve aquí, quién sabe cómo, pero aquí etuvo, dice. Ojalá ahora no quede al aire esto, y tampoco se olvide de atender al resto de famiias que sufren porque no ha garantizado la no repetición”.
De acuerdo con los compromisos signados, en abril de este año el presidente López Obrador recibirá a familiares de los mineros de Pasta de Conchos para ver los detalles de la continuidad del rescate.
Mientras tanto, el próximo 19 de febrero los familiares se manifestarán en el antimonumento instalado en la Ciudad de México, justo frente a la Comisión Federal de Electricidad, para recordar que ya son 18 años sin responsables en la cárcel, y con sus familiares atrapados bajo la tierra.
Periodista independiente radicado en la ciudad de Querétaro. Creo en las historias que permiten abrir espacios de reflexión, discusión y construcción colectiva, con la convicción de que otros mundos son posibles si los construimos desde abajo.
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