La austeridad llegó al municipio de Suljaa’, en la Costa Chica de Guerrero: la Escuela de Música y Banda Sinfónica Yocanch’uncue Ñomndaa, se quedó sin el pago para el maestro y ahora buscan que no desaparezca
Texto: Jacob Morales Antonio / Amapola
Fotos: Especial
La Escuela y Banda Sinfónica Yocanch’uncue Ñomndaa (niñas, niños y jóvenes amuzgos), de Xochistlahuaca, en la Costa Chica de Guerrero, desde hace un mes se quedó sin maestro: desde la llegada del alcalde, el morenista Daniel Sánchez Néstor, el ayuntamiento retiró el apoyo a la agrupación.
Hace seis años, al primer día de la escuela y banda sinfónica de Xochistlahuaca llegaron 50 niños de entre ocho y 14 años queriendo aprender a tocar un instrumento.
Sin embargo, sólo 40 llegaron a la primera presentación que ofreció la sinfónica y 33 egresaron en esa primera generación.
Desde entonces la sinfónica se ha mantenido con mucho esfuerzo, porque así es su origen. Los primeros instrumentos con los que ensayaron los niños fueron donados. El 4 de noviembre del 2013, fueron obsequiados por las organizaciones México-Alemanas DMG, BRIMA, CIMA, otra parte la aportó el ayuntamiento y el resto lo obtuvieron a través del programa federal PACMY de Culturas Populares. Se estableció que los pagos de sueldos de los profesores correrían por parte del ayuntamiento.
Así comenzó la Escuela y Banda sinfónica infantil de Xochistlahuaca.
Hoy, seis años después, la continuidad de la Escuela y Banda Sinfónica es incierta. Desde hace casi nueve meses el ayuntamiento dejó de pagarle al maestro de los niños, Leobardo Díaz Valtierra.
Díaz Valtierra soportó cinco meses ensayar a la banda sin ningún pago y los últimos tres uno menor, pero en junio tuvo que dejar el cargo porque ese ingreso representaba la posibilidad de llevar dinero a su casa, ahora tiene que buscarlo en otro lado.
El municipio ñomndaa está ubicado entre los límites con el estado de Oaxaca, a unas cinco horas en automóvil desde Acapulco. Ahí viven según el censo del INEGI en 2010 28,000 habitantes en sus 103 comunidades y donde91 por ciento habla el ñomndaa. El 53 por ciento de sus habitantes es analfabeta y el 33 por ciento gana menos de un salario mínimo.
A los ocho años, Leobardo Díaz Valtierra comenzó su vida musical entre la estruendosa tambora y las trompetas. De manera empírica aprendió a tocar los instrumentos, hasta que un día logró salir del pueblo y formar parte de grupos musicales en Acapulco.
Hasta este junio, Díaz Valtierra fue el maestro de los 28 integrantes de la banda sinfónica.
“Este es mi pueblo, de aquí soy. Me llamaron para apoyar a los niños, para enseñarles. Ahorita está un poco complicado, estamos saliendo poco a poco, para que no desaparezca el grupo. Yo me aguanto, porque no quiero dejar el proyecto”, explica Díaz Valtierra en su lengua materna, el ñomndaa.
Hasta el año pasado, el ayuntamiento de Xochistlahuaca pagaba 8,000 pesos a Díaz Valtierra por dar clases y ensayar a la banda, sin embargo, ese pago fue cancelado cuando la “Cuarta Transformación” llegó a ese municipio con el alcalde Daniel Sánchez Néstor.
Sánchez Néstor en campaña se comprometió a continuar apoyando a la banda y al profesor, pero no cumplió.
En febrero pasado en una sesión de cabildo fue aprobado el apoyo al grupo y al maestro, pero éste nunca llegó a pesar de que en reiteradas ocasiones el propio alcalde postulado por el partido que llevó al presidente Andrés Manuel López Obrador al poder, Morena, ha manifestado su apoyo al proyecto.
El director ejecutivo de la banda, Bartolomé López Guzmán dijo que Díaz Valtierra aguantó tres meses con un apoyo de 5,000 pesos que gestionó ante la Secretaría de Asuntos Indígenas de Guerrero y, otros 2,000, que aporta la diputada local de Morena, Nilsa Hilario Mendoza.
Desde junio, López Guzmán está en una tarea ardua: busca a un nuevo profesor para la banda, pero hay un obstáculo grande, el pago es muy poco.
López Guzmán explicó que en Oaxaca los maestros ganan enseñando en las bandas sinfónicas por hora y por cada niño en el grupo, cobran 100 pesos.
Por ahora, López Guzmán logró convencer a un profesor, pero éste únicamente dará clases los fines de semana por los 5,000 pesos que logró gestionar.
López Guzmán, dice, no dejará que desaparezca la escuela y la banda porque es una opción para alejar a los niños y jóvenes de las drogas y la violencia, un intento como el propio esfuerzo de quienes llegan y no saben tocar un solo instrumento pero que al final lo aprenden.
En mayo la banda regaló una tarde musical a las mujeres ñomndaa, por el Día de las Madres. Fue de las últimas galas donde participó el maestro Díaz Valtierra, quien se negaba a dejar el proyecto a pesar de no contar con un sueldo.
La Escuela de Música y Banda Sinfónica Yocanch’uncue Ñomndaa se convirtió para Xochitlahuaca en punto de reunión. Todos los domingos los niños y adultos se reúnen para escuchar tocar a la banda.
Al son de las bullangueras chilenas y sones de la Costa Chica de Guerrero y de Oaxaca, niños y adolescentes ñomndaa, buscan una forma de cumplir sus sueños.
Betzabe Jiménez López es uno de esos casos donde la perseverancia demuestra que sí se pueden lograr los objetivos que se plantean. Tiene 15 años, pero ella llegó a inscribirse en la primera generación cuando tenía nueve años.
Betzabe viste un huipil de tejido de hilar de colores y flores. Recuerda que cuando llegó al grupo y trató de tocar el saxofón pero por más que lo intentó no pudo, después le asignaron el clarinete pero también tuvo dificultades, al final fue soprano.
Sin embargo, Betzabe se esforzó hasta que aprendió a tocar el saxofón, estar en la banda le ayudó a ser más disciplinada. Pero ahora está en una disyuntiva: quiere seguir en la banda y al mismo tiempo estudiar enfermería.
Ahora su hermana está viviendo el mismo proceso que ella pasó hace unos años, está intentando tocar el saxofón, pero tiene dificultades.
El gusto por la música, tocar los instrumentos, las chilenas, los sones de la Costa Chica de Guerrero y Oaxaca, recibir los aplausos del público, son los mejores pagos que pueden recibir los integrantes de esta banda.
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