14 diciembre, 2023
En un hecho inédito en el país, el Senado de la República desechó la posibilidad de nombrar a la próxima ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Su argumento: defender la independencia del Poder Judicial, dejándole al presidente la carta abierta para que quede quien él quiera
Texto: Alejandro Ruiz
Foto: Daniel Augusto / Cuartoscuro
CIUDAD DE MÉXICO. – En una sesión más de 12 horas, el Senado de la República rechazó designar a una de las tres propuestas que el presidente hizo para ocupar el cargo de ministra en la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Con un total de 121 votos, ninguna de las candidatas alcanzó las dos terceras partes del quórum en la Cámara para recibir el nombramiento de ministra.
En la primera ronda, con 46 votos en contra y uno anulado, Bertha Alcalde Luján juntó 29 votos; Lenia Batres 33; y Eréndira Cruzvillegas 12.
En la segunda ronda, con 46 votos en contra y tres anulado, Bertha Alcalde Luján juntó 16 votos; Lenia Batres 54; y Eréndira Cruzvillegas 2.
El motivo de esto fue a raíz de una ruptura entre Movimiento Ciudadano y Morena, quienes tras el cabildeo de Dante Delgado y Ricardo Monreal, no lograron consolidar un acuerdo político.
El acuerdo, informó Monreal desde las dos de la tarde, contemplaba que Movimiento Ciudadano votara para elegir a la nueva ministra de la Corte, y Morena aceptaba las propuestas de relevo del partido naranja en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, salas regionales y tribunales locales.
Esto, después de que hace unos días el magistrado presidente del Tribunal Electoral, Reyes Rodríguez Mondragón tuviera un proceso de crisis interna, después de que tres magistrados le exigieran su renuncia, y Mondragón aceptara dejar el cargo en enero de 2024.
Sobre esto, el senador de Movimiento Ciudadano, Clemente Castañeda, apuntó, criticando la posición de Morena:
«Movimiento Ciudadano fue haciendo un planteamiento responsable a la república, entendiendo que lo que está de por medio no es la integración de la Corte, sino el resto del Poder Judicial, y de manera muy concreta, el tribunal electoral del Poder Judicial. (…) Debe haber responsabilidad y reciprocidad. La mayoría que nos daba esa posibilidad de estabilidad rechazó esa posibilidad».
Por su parte, el coordinador de la bancada de Morena en el Senado, Óscar Eduardo Ramírez Aguilar, dijo que la decisión de no caminar con el acuerdo propuesto por Movimiento Ciudadano fue tomada por toda la bancada de Morena, y no solo por Ricardo Monreal.
Sin embargo, la sesión plenaria continúo como marca el protocolo, y durante más de 12 horas el desgaste en el Senado fue evidente. Nadie, sin embargo, llegó a un acuerdo, y solo se remarcaron sus diferencias.
Sentado detrás de la bancada del PAN, el senador y dirigente nacional de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, se sabía poderoso, pues aunque minoritaria, su bancada era decisiva para salir avante en la discusión.
Las apuestas estaban entre el cabildeo que él y Monreal pudieran realizar, pues la crisis política en Nuevo Léon, y el golpe que el PRI y el PAN asestaron contra el emecista Samuel García, marcó una ruptura, al menos discursiva, en el bloque de contención en el Senado. Pero la realidad fue otra.
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César Cravioto, senador de Morena, lo resume:
«Aunque tengan su cartel de oposición, en realidad son lo mismo que el PRIAN. Hoy en la Ciudad de México también tuvieron la oportunidad de ratificar a una fncionaria ejemplar, pero no lo hicieron. Son lo mismo», dijo en la plenaria.
Delgado, enrojecido, le gritaba: «Lamebotas».
Minutos antes de este intercambio, ambos senadores intentaron llegar a un acuerdo a través de Olga Sánchez Cordero, quien durante media hora habló con Delgado, terminando su conversación con un choque de puños y una sonrisa.
¿Algún guiño hacia el futuro? Nadie lo sabe.
La Constitución Política marca que, si el senado rechaza por segunda ocasión la terna propuesta por el presidente, el titular del Ejecutivo Federal puede designar directamente a cualquiera d sus tres propuestas como nueva ministra de la Corte.
El senador Damián Zepeda interpreta esto como un castigo para Morena, la Cuarta Transformación y el gobierno federal.
«En mi opinión, la facultad del senado de nombrar a un integrante, o una integrante de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, es una de las facultades más importantes que tenemos. Hoy, en el contexto político nacional que tenemos, la más relevante», dijo en una intervención de 10 minutos frente al micrófono.
Luego, mandó un mensaje a quien quede designada por el presidente: «Que asuma el costo político de no haber sido nombrada por consenso en el Senado. Al presidente no le importa el costo político, pero quizá a ella sí».
Ningún senador opositor, en realidad, dio argumentos en contra de las comparecencias de las aspirantes, quienes de nuevo, a excepción de Eréndira Cruzvillegas, volvieron a presentar sus argumentos ante el pleno de la Cámara.
En sus mensajes, las tres reiteraron su compromiso con los derechos sociales, por el recorte de privilegios en el Poder Judicial, y también, con hacer el sistema de justicia más accesible para las víctimas de la violencia en México.
Tal vez, por eso el senador Damián Zepeda no titubeó en llamarles «incondicionales al proyecto político del presidente». Tal vez, por eso le dejaron a él la decisión.
El único argumento opositor distinto, y que parecía más un recurso deshonesto para no asumir una posición política, fue el del Grupo Plural, la bancada de senadores independientes, o que renunciaron a su partido.
Germán Martinez, expanista, exmorenista, y ahora independiente, explicó:
«Queremos certeza sobre la temporalidad de jueza constitucional que vamos a elegir. Esta designación se está dando bajo la amenaza de la reforma a todo el Poder Judicial, y por lo tanto, es importante que determinemos los 15 años desde la elección de esta jueza constitucional».
La exministra de la Corte, y ahora senadora por Morena, Olga Sánchez Cordero, le respondió:
«Todos los precedentes que tenemos de ministros que renunciaron y fallecieron, los que los sustituyeron todos fueron nombrados por 15 años. Yo en lo personal, no tengo duda de que el nombramiento va a ser por 15 años, porque el presidente, la Constitución, establecen que son 15 años».
Sin embargo, orgulloso Germán Martínez posó con su papeleta de voto en contra, junto al resto de senadores de oposición que, contradictoriamente, le regalaron al presidente López Obrador una carta libre dentro de la Suprema Corte, para defender la democracia, sin participar en los procesos democráticos.
Periodista independiente radicado en la ciudad de Querétaro. Creo en las historias que permiten abrir espacios de reflexión, discusión y construcción colectiva, con la convicción de que otros mundos son posibles si los construimos desde abajo.
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