27 octubre, 2023
Las leyes norteamericanas exigen que al gobierno que las autoridades vigilen y garanticen que las armas y municiones que proporciona a Israel no se utilicen para cometer crímenes de guerra en Gaza o en otros territorios palestinos. Sin embargo, Washington siempre ha escapado a estas acusaciones en los conflictos militares contemporáneos
Texto: Thalif Deen / IPS
Foto: Eyad El Baba / Unicef
NACIONES UNIDAS – El uso generalizado de armas estadounidenses por parte de Israel, que ha matado a miles de civiles en Gaza, ha desencadenado acusaciones de crímenes de guerra contra Estados Unidos.
Pero Washington siempre ha escapado a estas acusaciones en los conflictos militares contemporáneos -particularmente en los campos de exterminio de Afganistán e Iraq- y también en el caso de Yemen, donde miles de personas han sido asesinadas.
Las Naciones Unidas describieron en una ocasión las muertes y la destrucción en la guerra civil de Yemen, que dura ya ocho años, como «el peor desastre humanitario del mundo».
Los asesinatos, en su mayoría de civiles, se han estimado en más de 100 mil, con acusaciones de crímenes de guerra contra una coalición liderada por Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos (EAU), países de los que el principal proveedor de armas es Estados Unidos.
Y ahora, las matanzas de palestinos en Gaza han vuelto a perseguir a los estadounidenses en una nueva zona de guerra. Pero pese a ello, es poco probable que Estados Unidos sea llevado ante la Corte Penal Internacional (CPI).
«Si a los funcionarios estadounidenses no les importan los civiles palestinos que se enfrentan a atrocidades con armas estadounidenses, quizá les importe un poco más su propia responsabilidad penal individual por ayudar a Israel a llevar a cabo estas atrocidades», ha declarado Sarah Leah Whitson, directora ejecutiva de Democracia para el Mundo Árabe Ahora (DAWN, en inglés).
«El pueblo estadounidense nunca firmó para ayudar a Israel a cometer crímenes de guerra contra civiles indefensos con bombas y artillería financiadas por los contribuyentes», señaló la responsable de organización estadounidense sin ánimo de lucro que defiende la democracia y los derechos humanos en Medio Oriente.
Según datos de DAWN, la legislación del propio Estados Unidos exige que sus autoridades vigilen y garanticen que las armas y municiones que proporciona a Israel no se utilicen para cometer crímenes de guerra en Gaza o en otros territorios palestinos.
El grupo de defensa de derechos recordó estas obligaciones tanto al secretario de Estado, Antony Blinken, como al secretario de Defensa, Lloyd J. Austin III, en una carta enviada la semana pasada.
“El incumplimiento de los requisitos de supervisión del uso final no sólo viola las leyes estadounidenses, sino que también podría exponer a los funcionarios estadounidenses a ser procesados por la Corte Penal Internacional (CPI) por complicidad en crímenes de guerra», advirtió DAWN.
En otra misiva dirigida al fiscal de la CPI, Karim Khan, DAWN le instó a que emitiera urgentemente una declaración pública recordando a las partes en conflicto la existencia de una investigación al respecto y que enviara un equipo de investigación a la región palestina de Gaza para documentar e investigar posibles crímenes en virtud del Estatuto de Roma.
Ese Estatuto, es el tratado suscrito en 1998 en la capital italiana, es el que dio vida y reguló el tribunal de última instancia, para juzgar graves crímenes internacionales, como genocidio, crímenes de guerra y delitos de lesa humanidad. Pero Estados Unidos e Israel no lo han firmado.
Mouin Rabbani, coeditor de Jadaliyya, una revista electrónica independiente producida por el Instituto de Estudios Árabes, dijo a IPS que Estados Unidos está violando el derecho internacional, así como su propia legislación interna, al proporcionar armas a Israel con pleno conocimiento de que ellas están siendo utilizadas con el propósito expreso de cometer crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.
“Yo iría más lejos y afirmaría que se las proporciona a Israel precisamente por esta razón”, añadió.
Rabbani recordó que “Washington reconoce que Israel no tiene la capacidad militar ni la voluntad política para ocupar físicamente la Franja de Gaza durante un período prolongado y erradicar a Hamás y a otros grupos”.
Por ello, a su juicio y con el apoyo incondicional de Estados Unidos, “ha adoptado como objetivo principal la destrucción sistemática de la Franja de Gaza y el asesinato masivo de civiles palestinos”.
Lamentablemente, adujo, el derecho internacional y la legislación interna estadounidense, son tan irrelevantes como las vidas palestinas en este contexto. Así es como funciona el orden internacional basado en normas, diseñado por Estados Unidos y para el que fue diseñado, consideró el editor.
“La legislación estadounidense, las leyes de la guerra y el derecho internacional en general se aplican rigurosamente a rivales y adversarios, mientras que Estados Unidos y sus socios son libres de violarlas con total impunidad”, argumentó Rabbani.
Para Rabbani, de hecho el fiscal de la CPI, Karim Khan, es la personificación de este sistema: persigue sin miedo a enemigos y adversarios oficiales con celo rabioso, pero es más dócil que un canario muerto cuando Estados a los que su gobierno y sus socios occidentales apoyan sin reservas cometen crímenes similares o mayores.
A manera de crítica, dijo que si hay algo de lo que no tienen que preocuparse los funcionarios estadounidenses cómplices de los crímenes de guerra de Israel es de ser procesados por la CPI.
Preguntado sobre la participación de armas estadounidenses en las matanzas de Gaza, Matthew Miller, portavoz del Departamento de Estado, declaró que las armas estadounidenses no pueden utilizarse deliberadamente contra civiles.
“Por supuesto”, siempre hay víctimas civiles, expresó. “Es una de las grandes tragedias de la guerra, y lo que tratamos de hacer es trabajar para minimizar las muertes de civiles en la mayor medida posible», dijo.
Sobre si preocupa a la administración estadounidense ser implicado en posibles crímenes por su ayuda militar a Israel, Miller respondió: «No, yo diría que hemos dejado muy claro que esperamos que Israel lleve a cabo sus operaciones de conformidad con el Derecho internacional».
“Esa es la norma que nos exigimos a nosotros mismos; es la norma que exigimos a nuestros socios; es la norma que toda democracia debe cumplir. Y seguiremos trabajando con ellos y continuaremos transmitiéndoles mensajes de que deben llevar a cabo sus operaciones militares de la manera más eficaz posible para proteger a los civiles de cualquier daño», precisó.
Según el Centro Stimson, con sede en Washington, Israel es el mayor receptor acumulado de ayuda militar estadounidense desde la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), con más de 158 mil millones de dólares en las últimas siete décadas, sin ajustes respecto a la inflación.
En los últimos años, la asistencia de Estados Unidos a Israel se ha manejado mediante un memorando de entendimiento de 10 años, el más reciente de los cuales se firmó en 2016 y prometió 38 mil millones de dólares en asistencia militar entre el año fiscal 2019 y el año fiscal 2028.
Ramzy Baroud, periodista y escritor palestino, dijo a IPS que pedir a Estados Unidos que aclare las medidas de supervisión del uso final (EUM, en inglés) o del cumplimiento por parte de Israel del uso de armas estadounidenses en su guerra contra Gaza, puede dar la impresión de que Washington no es consciente de cómo Tel Aviv utiliza sus armas y el dinero de sus contribuyentes.
“Nunca antes en la historia de las relaciones de Estados Unidos con Medio Oriente se había visto a Washington tan directamente implicado en una guerra israelí. La más cercana fue la guerra de 1973, e incluso entonces, la participación de Estados Unidos llegó una semana más tarde, y apenas fue tan directa”, afirmó el periodista.
A su juicio, todas las declaraciones de los altos funcionarios de Washington, empezando por el propio presidente Joe Biden, pasando por Blinken, Sullivan y los demás que se han pronunciado, indican que “Estados Unidos es parte en la guerra, no un extraño, un benefactor y, desde luego, no un mediador”.
Incluso asistieron a reuniones para discutir los planes de guerra israelíes contra Gaza. No pueden alegar ignorancia, aseguró Baroud.
“En el pasado, Israel ha violado las normas de Estados Unidos sobre el uso de armas estadounidenses contra civiles, y en repetidas ocasiones”, afirmó, y en particular contra la ley estadounidense que fija las pautas a que deben ceñirse los receptores de su ayuda militar.
Pero lo que está ocurriendo ahora es una realidad totalmente distinta, argumentó. Al enviar cargamentos masivos de armas, portaaviones e incluso soldados a Israel, se ha convertido en parte en el conflicto, lo que a juicio de Baroud hace a Washington responsable de los crímenes de guerra sin precedentes en Gaza.
“Las huellas dactilares de las armas estadounidenses están en el cuerpo de cada palestino asesinado en Gaza”, dijo.
El escritor palestino precisó que “no exigimos aclaraciones sobre el uso de estas armas. Sabemos exactamente cómo se están utilizando. Exigimos responsabilidades a los criminales de guerra, ya sea en Tel Aviv o en Washington”,
Mientras tanto, el canal de televisión por cable CNN afirmó el domingo 22 que el número de muertos en Gaza desde el 7 de octubre alcanzaba hasta ese día a 4 mil 651, con más de 14 mil 245 heridos, según el Ministerio de Sanidad palestino en Gaza.
Este trabajo fue publicado inicialmente en IPS. Aquí puedes consultar la versión original.
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