La organización Aluna cumple 10 años de acompañar con enfoque psicosocial a personas y organizaciones luchadoras sociales, defensoras de derechos humanos, defensoras del territorio, activistas, periodistas y más quebrantadas por el contexto de violencia en México. Consolida su metodología con procesos de formación
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Desde que Aluna nació, sus integrantes fundadoras sabían que no sería suficiente el acompañamiento psicosocial que realizan, ante la complejidad del contexto de las constantes violaciones a derechos humanos que se incrementaban en aquel 2013 en México. Soñaron crear un proceso pedagógico para compartir las herramientas de apoyo a activistas de derechos humanos ante las emergencias.
Seis años después, realizaron la primera Escuela psicosocial y con ello, aterrizaron una etapa de consolidación de la metodología que construyeron, inspirada en el planteamiento del jesuita filósofo y psicólogo Ignacio Martín Baró de imaginar otro tipo de acompañamientos, en pos de la salud mental y de buscar la liberación como horizonte, desde una perspectiva crítica, como lo es La Psicología Social de la Liberación.
Aprendieron prueba y error. El método que formaron -y ejercen actualmente- mostró efectividad y ahora es posible transmitirlo para que las comunidades, grupos organizaciones u activistas tengan herramientas para seguir su camino en la búsqueda de justicia en el contexto de violencia, opresión y despojo en el que viven quienes dedican su vida a luchar por los derechos humanos.
Sabemos que en este país, asesinan activistas, defensores del territorio, periodistas, madres buscadoras de sus desaparecidos, y no hay resultados en las investigaciones. Apenas vimos cómo luchadores sociales cerraron la Fiscalía de Morelos con la exigencia de dejar de simular la investigación del asesinato de Samir Flores Soberanes.
Las integrantes de Aluna han realizado, de 2019 a la fecha, 10 procesos de formación con la Escuela Psicosocial, 4 en América Latina, 2 escuelas a nivel nacional, con aproximadamente 30 participantes por cada uno y 4 encuentros regionales en Chiapas, Guanajuato, Michoacán y Guadalajara. Pero en estos 10 años han acompañado a 91 personas o colectividades dedicadas a la defensa de diversos derechos humanos.
La coordinadora del área de Acompañamiento Psicocial de Aluna, Laura Espinosa, platica en entrevista que ve una reincidencia en la solicitud de realizar el proceso en varios perfiles. Son defensores de la tierra, periodistas, personas que sufrieron desplazamiento forzado u exilio, además de activistas dedicados a la protección de migrantes, como albergues o refugios.
“El crecimiento y fortalecimiento de Aluna se dio antes de lo previsto, por eso empezamos a realizar la parte formativa. Desde el inicio veíamos que Aluna no iba a ser suficiente para la complejidad del contexto. Veíamos que era importante que mucha más gente tuviera estas herramientas, ir fortaleciendo el acompañamiento y formar acompañantes”, cuenta Laura Espinoza.
Dentro de los 91 acompañamientos en estos 10 años, 63 han sido colectivos y 24 individuales. De estos procesos, 36 fueron para el fortalecimiento de familias, grupos, colectivos, organizaciones y 55 fueron una intervención puntual.
“El enfoque psicosocial es una perspectiva crítica de la Psicología Política sobre las relaciones de opresión y violencia de la sociedad y busca fortalecer las estrategias políticas y sociales de resistencia y de autonomía de los sujetos políticos para la liberación de esas relaciones de opresión, violencia e injusticia”, describen las integrantes en el libro sobre el Modelo de acompañamiento de Aluna.
Antes de Aluna, no había organizaciones que se enfocaran al acompañamiento psicosocial, solo personas a modo individual. Antes de formalizar la formación, ya habían hecho algunos talleres específicos como de Valoración de riesgos para compartir sus saberes y prácticas del modelo de acompañamiento. Es en 2019 que aterrizan el trabajo pedagógico y sistematización.
Para ser parte de un proceso de acompañamiento psicosocial con Aluna, las personas defensoras de derechos o periodistas presentan su caso y ciertos requisitos que sirven para el análisis de la organización, así determinar si es posible acompañar el caso. Es importante para ellas que haya una red que respalde a la defensora o grupo de defensores.
“El acompañamiento intenta visualizar todas las dimensiones de la experiencia, lo que incluye el análisis del contexto sociopolítico que origina la violencia y de los hechos concretos sufridos, así como el reconocimiento de las distintas formas y niveles en que se expresa el daño y los propios recursos de las víctimas para hacerles frente y fortalecerse”.
Laura Espinoza destaca que en estos 10 años, el vínculo que crea con las personas que acompaña es especial y diferente a como se hace con las terapias psicológicas. Reflexiona sobre las personas que ha acompañado y sus diferentes procesos:
“Hay que resaltar la importancia del vínculo con las personas que acompañamos. Como no es una cuestión terapéutica, pero si es de respeto, de admiración, de compañerismo, atraviesa todo el proceso de acompañamiento. Es un vínculo que va más allá del acompañamiento y persiste aunque se cierra el proceso. Relacionarnos de otra manera y ver lo que posibilita para el proceso mismo”, recalca Laura.
No puedo evitar pensar en Rysard Kapuściński, a quien releo actualmente ante las turbulencias de la vida. Lo que cuenta Laura me hace pensar incluso en mi propia profesión y en lo que también plantea el periodista polaco:
“No hay periodismo posible al margen de la relación con los otros seres humanos. La relación con los seres humanos es el elemento imprescindible de nuestro trabajo. En nuestra profesión es indispensable tener nociones de psicología, hay que saber cómo dirigirse a los demás, cómo tratar con ellos y comprenderlos”.
La relación con el ser humano, el trato, la empatía, la comprensión, no son cosas momentáneas o estáticas. Eso lo saben las integrantes de Aluna al momento de acompañar.
Con el motivo de sus 10 años, convocaron a todas las personas a quienes han acompañado –incluida yo– a una cena. Compartieron las palabras e hicieron un recorrido por su historia y sus logros. Asistieron organizaciones aliadas, personas solidarias y amistades que han seguido el proceso de la organización.
Fue un ambiente de emoción, de alegría y baile que siguió toda la noche, en un salón con más de 250 personas. Fue un momento para olvidarnos todas de la pesadez del mundo y nos abrazamos. Porque también hay muchas cosas que celebrar en los caminos de las luchas.
Botas llenas de Tierra. Tejedora de relatos. Narro sublevaciones, grietas, sanaciones, Pueblos. #CaminamosPreguntando De oficio, periodista. Maestra en Comunicación y cambio social. #Edición #Crónica #Foto #Investigación
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