Indígenas de Colombia y México acuerdan luchas conjuntas contra megaproyectos

11 marzo, 2023

En Oaxaca, pueblos de México y Colombia acordaron una alianza contra los megaproyectos. Ya que a pesar de encontrarse en distintas geografías, coinciden en las amenazas y los daños. Aseguran que la lucha por el territorio les hermana

Texto y fotos: Diana Manzo y Pedro Matías

ISTMO DE TEHUANTEPEC, OAXACA.- Con flores, copal y cantos, los defensores sellaron un pacto. Tomados de las manos, autoridades de siete pueblos indígenas de Colombia y México acordaron una hermandad para seguir con la lucha y el cuidado de los territorios, así dejar un legado ante las amenazas similares que tienen en ambos países. 

La espiritualidad, la compartencia de saberes, el agradecimiento a los mayores y a la madre tierra, la fiesta, la comunidad, la comunalidad y las coincidencias entre las luchas fueron la esencia para tejer la alianza entre los pueblos Nasa de colombia, Ikoots (huaves), Binni Záa (zapotecos), Ayuukjä’äy (mixes), Ñuu Savi (mixtecos), chontales, p’urhepechas y mayas que participaron en el encuentro binacional.

“Las culturas también nos expresamos a través de los tejidos”, aseguró Jairo Camayo Güetio, coordinador político del plan de vida Sa’th Fxi’nxi Kiwe de Colombia. Esta alianza también es un tejido, como los que mencionó: “está el sombrero, está la mochila, y la ruana, hay variedad con diversos recursos que nos da la madre naturaleza”.

Nace ante la ofensiva que sufren los pueblos originarios con la imposición de proyectos de muerte como la minería, gasoductos, plantaciones comerciales, infraestructura de comunicaciones, instalación de parques eólicos. Defensores de la tierra y el territorio de Colombia y México hermanaron sus luchas al coincidir que “resistimos porque estamos vivos”.

Autoridades del pueblo Nasa y del Consejo Regional Indígena del Cauca de Colombia se hermanaron en una asamblea con defensores Ikoots (huaves), Binni Záa (zapotecos), Ayuukjä’äy (mixes), Ñuu Savi (mixtecos) y chontales de Oaxaca, así como P’urhépechas (tarascos) de Michoacán y Mayas de la Península de Yucatán reunidos por la defensa y el cuidado de los territorios..

La escucha, el acompañamiento, el diálogo y las formas de lucha fueron la constante de este encuentro binacional, donde se privilegió un intercambio de experiencias con la intención de crear vínculos que mejoren la vida del ser humano.

Jairo Camayo Güetio resaltó que “coincidimos con el tema territorial y la defensa”, después de que todos los participantes pasaran por sus cuerpos un puñado de ramas verdes durante el ritual que realizaron para sellar la alianza.

Intercambio en asamblea

La líder indígena y autoridad Sath’nehjwesx, Ana Deiba Gurrute Gembuel, sintetizó que tejiendo comunidad bordaremos vida, unidad, tierra, cultura y autonomía y este encuentro sirve para sembrar semillas de resistencia.

“La resistencias son similares y a pesar de estar distantes, tenemos la misma problemática”, dice Deyanira Soscue Zambrano, autoridad indígena del pueblo Nasa del Cauca en Colombia.

“Hay que aprender a desaprender”, sostuvo Cristhian Darvi Mesa, dinamizador del Tejido Territorial Económico Ambiental, Cxhab Wala Kiwe, al sostener que la lengua es un mecanismo de protección territorial.

Cristhian Darvi Mesa se pronunció por impulsar la educación propia con universidades interculturales, la organización política y la defensa del territorio porque “un pueblo sin territorio, no somos nada”.

Nini Johanna Daza Daza, líder indígena del norte del Cauca y autoridad Neehjwesx del territorio la Concepción, se pronunció por fortalecer la familia y el territorio, así como trabajar hacia adentro, fortalecer la educación y recuperar la terminología porque es una forma de recuperar la identidad perdida.

“En eso también nos encontramos, los que no tejen hacen también otro tipo de artesanías pero demuestran que aún estamos vivos, no estamos acabados como dijeron ayer, aún persistimos, no estamos en la supervivencia, digo la pervivencia”, dijo  Jairo Camayo Güetio, coordinador político del plan de vida Sa’th Fxi’nxi Kiwe de Colombia.

Intercambio por 10 días

Luego del foro “Encuentro: Intercambio sobre los impactos de los proyectos desarrollistas en los territorios y bienes comunes de los pueblos originarios de México y Colombia”, las  autoridades del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC) de Colombia, Asamblea de Defensores del Territorio Maya y Gobierno Comunal de Cherán, recorrieron durante 10 días el estado de Oaxaca.

Dieron prioridad a la región  que comprende  Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, megaproyecto presidencial de Andrés Manuel López Obrador denominado. Lo coordinó la asociación civil Centro de Apoyo al Movimiento Popular Oaxaqueño (CAMPO).

El recorrido inició en San Francisco Lachigoló donde la delegación colombiana conoció la Red de Cafeticultores 5 de diciembre.

Visitaron San Mateo del Mar donde sostuvieron un encuentro con la organización de mujeres Monapaküy; de ahí viajaron a San Pedro Comitancillo donde recorrieron las tierras de uso común recuperadas de objeto de despojo por parte de la fábrica de aspas Temaco y minería, con una parada en el paso del tren interoceánico.

De ahí viajaron a Ciudad Ixtepec donde conocieron la resistencia al modelo extractivo y defensa del territorio hasta lograr cancelar una concesión minera. 

Continuaron su recorrido al visitar el Centro Agroecológico “Yajxonaax” Tierra Bonita en Matías Romero donde conocieron la preocupación que existe por la militarización del la región para imponer el corredor interoceánico.

Posteriormente intercambiaron experiencias, saberes y perspectivas en Santo Domingo Petapa donde conocieron la educación comunal y sus formas de hacer vidas.

En el último día de recorrido en la zona del Istmo de Tehuantepec, la caravana llegó a Unión Hidalgo, un pueblo que resiste contra las eólicas y también contra una minería.

Escucha de las participaciones durante asamblea

Intercambio de amenazas

Previo al encuentro y acompañados de los comuneros zapotecas, visitaron el parque eólico de la empresa Desarrollos Eólicos Mexicanos (Demex ) y constataron la contaminación del suelo por el aceite que desprenden las torres y también la contaminación auditiva.

Las torres cuya medida superan los 90 metros de altura, se observan a simple vista desde los campos que han cambiado de imagen por la contaminación visual de estos “arboles blancos”, como los llaman.

Los defensores tomaron fotografías y videos, y posteriormente se dirigieron a las instalaciones de Universidad Comunal de Oaxaca (UACO), campus Unión Hidalgo en donde comenzó el encuentro.

Guadalupe Ramirez, Rosario Cuevas, Oscar Marín Gómez, Nobel López Arenas, Laureano Toledo, Franco López y Carlos Manzo, defensores de la tierra y el territorio compartieron su lucha.

Hablaron de la defensa que tienen desde el 2005 contra las torres eólicas, desde la llegada de la empresa Desarrollos Eólicos Mexicanos (Demex) con sus contratos leoninos y abusivos, que propietarios como Guadalupe Ramírez lograron rescindir después de varios años.

Narraron la lucha  que tienen contra la Empresa Eólica de Francia (EDF) quién intenta construir el parque eólico Gunna Sicarú en sus tierras.

Nobel López Arenas, defensor binnizá, habló de la larga batalla que duró más de cuatro años contra la cementera La Cruz Azul, en el cerro de la llovizna. Describió que sin permiso, la empresa a través de su representante Leonardo Tray Cisneros, extrajo cuarzo, oro y hematita -ingrediente básico para la producción de cemento-  operando como si fuera una minera a cielo abierto y no un simple banco de piedra.

El cerro “La Llovizna” está ubicado en los límites geográficos entre Unión Hidalgo y La Ventosa – Agencia municipal de Juchitán-,  en el Istmo de Tehuantepec, donde viven gran variedad de fauna y flora silvestre.

Sin importar esta biodiversidad, la Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) entregó un permiso a Leonardo Triay Cisneros, para dotar de materia prima, que son rocas y piedras a dicha cementera.

Después de escuchar a los comuneros binniza, los representantes de Colombia, Michoacán y Yucatán también hablaron y compartieron sus luchas.

Dijeron que no ha sido nada fácil hablar y decir, cuando en México, es uno de los países más violentos para ser ambientalista.

Aprender y compartir: el intercambio

La comida también fungió como símbolo de unión entre ambos países, y es que los anfitriones los recibieron con un molito tradicional llamado “Che Guiña”, con el cual dieron fin a este encuentro de resistencia.

De acuerdo con la organización  EDUCA A.C., en México, 141 personas defensoras fueron asesinadas en cuatro años. Este total de asesinatos data del inicio del actual sexenio en diciembre de 2018 hasta noviembre de 2022. Incluye a 19 mujeres y 8 personas de la diversidad, así como 114 hombres, y que en su mayoría han quedado en impunidad.

Eduardo Torres Navarrete, director general de Campo A. C puntualizó que en estos 10 días  de encuentro, ha servido para conocer las diversas formas que tienen los pueblos de organizarse. Más aún de encontrarse en la misma lucha por la defensa del territorio.

Dijo que este intercambio de ideas, saberes y conocimientos busca vincular la defensa de la tierra y el territorio y que por fortuna coincidieron las delegaciones de México, Colombia, Yucatán y Michoacán.

Estos encuentros precisó Eduardo, es que se conozca cómo revitalizar y producir, porque las luchas no son recientes ni de tres años sino de hace muchos años, porque lo qué hay un capital acumulado de conocimientos y saberes, y por lo consiguiente retos extraordinarios.

“Percibimos que con los proyectos y las luchas que acá tenemos, ellos se llevaran la idea de que harán allá con la tenencia de la tierra, que es lo que no tienen, y nosotros aprenderemos de ellos, la organización y así complementar las acciones de resistencia”, agregó.

Dijo que con este intercambio, se podrán lograr estadías, residencias, talleres a mediano y largo plazo, que podrían extenderse en un par de años.

A su vez, César Morales Rodríguez, presidente de la asociación civil CAMPO, resaltó que si la gente no tiene herramientas ni proyectos difícilmente las luchas avanzan, por lo que resaltó es importante este tipo de encuentros, porque además de hermanar, se aprende a organizar, crear y crecer como colectivos y pueblos indígenas: “La lucha se hace en la práctica, en el desarrollo y se implementan prácticas de bienestar”.

Campo A.C añora que a partir de estos encuentros, se dé un intercambio con residencia, talleres binacional, que no solo sea por meses, sino que se extienda por años.

Reportera en Unión Hidalgo, Oaxaca.