1 marzo, 2023
Se estima que en la Alcaldía Cuauhtémoc se concentra el 20 % del comercio informal de la capital del país. Ante esto, las estrategias para regularlo son también una oportunidad para asegurar un bastión electoral.
Texto: Alejandro Ruiz
Fotos: Alexis Rojas
CIUDAD DE MÉXICO. – Caminamos entre las entrañas del barrio bravo de Tepito, la meca del comercio informal en la Ciudad de México. Son las 8 de la mañana, y los estantes de acero que se encuentran vacíos comienzan a llenarse. Las bocinas ponen cumbias. Los diablitos van y vienen con bolsas llenas de mercancías. La vida en el barrio parece resucitar.
De forma natural, tan natural que es casi imperceptible, los callejones vacíos comienzan a llenarse de gente. Ropa, dulces, lentes de sol y accesorios para celular se muestran en los aparadores sin vitrinas, al aire libre, sobre la calle. Los comerciantes caminan con su torta de tamal mientras acomodan todo.
–Oiga, ¿y cómo le hace uno para vender aquí en Tepito? – preguntamos, ingenuamente, a una vendedora sobre el Eje 1.
–No sé– responde – Yo nomás trabajo aquí, pero no soy dueña del puesto. Y la verdad creo que nadie te va a responder nada. Lo tenemos prohibido.
Nos quedamos en silencio. Seguimos caminando. La respuesta es la misma en todos los puestos a los que nos acercamos a preguntar:
“Aquí no te podemos decir nada”, “la verdad sí sé, pero no quiero responder”, “no, gracias, yo no quiero problemas”.
¿Será el miedo, la prisa, o desconfianza? ¿Por qué nadie nos responde?
Una epifanía nos llega de golpe, detrás del Deportivo Maracaná.
–Oigan, ¿y ustedes qué andan preguntando? –, dice una señora que se nos acerca. Ella nunca nos mira a los ojos. La conversación continúa lado a lado, como simulando que no ocurre.
–Andamos haciendo un reportaje sobre los requisitos para vender, la vida en el tianguis, en el barrio – respondemos.
–Nadie les va a decir nada, chavos. La gente tiene miedo. Pero mira, así de buena onda: aquí solo vendemos los que somos del barrio, nadie más. Ahora, que si preguntas quién maneja el asunto, pues son varios, pero la Alcaldía y otros son los que más. Pero nadie te va a decir nada. Aquí si hablas, mañana amaneces muerto – nos dice.
La señora se va. Los comerciantes voltean a vernos indiscretamente. La música continúa sonando, los clientes llegan. Todo parece normal, pero algo es seguro: aquí pasa algo, y nadie nos quiere contar.
Estamos en el mes de enero, apenas iniciando el año. En su edición impresa, el periódico La Jornada publica una nota: Condiciona la alcaldesa Sandra Cuevas apoyos en Tepito.
En el texto, la reportera asegura que, durante un evento, la alcaldesa de la Cuauhtémoc, Sandra Cuevas, pidió a los vecinos de la Unidad Habitacional Fortaleza, de Tepito, que no dejaran entrar a ningún partido político de oposición si querían seguir recibiendo los servicios básicos de drenaje, recolección de basura, y otros.
No es la primera vez que ocurre algo así. Por ejemplo, en agosto de 2021 artistas de esa misma Unidad Habitacional denunciaron que la alcaldesa quitó unos murales icónicos en ese lugar. El motivo: que el grupo de artistas simpatiza con Morena.
–Es muy difícil que algún comerciante te de una entrevista sobre eso. Hay mucha presión por parte de la Alcaldía, y no les gusta que hablen mal – dice una vecina de Tepito entrevistada para este trabajo que pidió el anonimato.
– Como que todo cambió cuando salió ese video de Fortaleza – agrega.
Pero las denuncias van más allá de una simple revancha política.
Por ejemplo, en las mismas fechas que se da a conocer las condiciones que Sandra Cuevas da a los vecinos de Tepito, comerciantes de la Delegación denunciaron que el hermano de la alcaldesa, Jaxiel Cuevas Nieves, lideraba un grupo de choque que pedía cuotas a los comerciantes para dejarlos trabajar.
Las acusaciones fueron desestimadas por la alcaldesa, quien en su más reciente rueda de prensa se refirió a los hechos entre risas: “Dicen que mi hermano extorsiona a comerciantes. Nada más falso. Mi hermano es sordo, a ver, díganme, ¿cómo un sordo puede extorsionar?”.
Las denuncias también dicen que el grupo encabezado por el hermano de la alcaldesa son “provocadores” y “golpeadores” en los eventos públicos de la gobernante. La alcaldesa ha desmentido esto reiteradamente.
Pero lo que no es un secreto es que Sandra Cuevas tiene una relación estrecha con algunos grupos de comerciantes de la ciudad; tal vez por su origen entre las calles de Azcapotzalco y de Tepito, donde su familia se dedicó al comercio. O por los favores que, acusan algunos, ella hace a quienes le muestran pleitesía y apoyo.
–Nadie te va a querer hablar de eso, hay mucho miedo. Yo sí creo que es por la actitud de la Delegación, y que la gente teme perder su puesto, o que haya represalias. Está muy cabrón – agregó la vecina entrevistada.
Seguimos nuestra caminata por la Lagunilla hasta llegar al Centro Histórico. La misma historia de Tepito se repite en cada puesto: ningún comerciante quiere hablar. Tan solo un boleador de zapatos sobre avenida Juárez conversa con nosotros.
–No mano, es que hay que ser muy ingenuo para pensar que no hay intereses en los comerciantes. Somos un chingo, claro que el billete habla, y pues ellos al final votan, son votos para los políticos – asegura.
De acuerdo con la ENOE, al tercer trimestre del 2022 la Ciudad de México contaba con una población económicamente activa de 4 millones 798 mil 534 personas. De esta, el 30.7 % se ocupa en el sector informal. La Alcaldía Cuauhtémoc, según estimaciones de las autoridades, concentra el 20 % del comercio informal de la capital.
A la vez, este tipo de negocios, ubicados en el rubro de comercio al por menor, según datos del gobierno federal, representa más del 40 % las unidades económicas en la Alcaldía, convirtiéndolo en una de las actividades económicas con mayor presencia en la Delegación.
Las intenciones por regularlo han sido marcadas por intereses políticos. Muchas de las veces, las alcaldías negocian con las asociaciones o grupos de comerciantes su ubicación y pago de impuestos. En eso, la actual administración de Sandra Cuevas ha entablado polémica.
Todo inicia con la reubicación anunciada en 2021, donde la alcaldesa, denunciaron comerciantes consultados para este trabajo, favoreció a los grupos que la apoyaban políticamente.
Previamente, durante su campaña a la Alcaldía, grupos de comerciantes manifestaron su apoyo a votar por Sandra Cuevas. Ya como alcalde, estos mismos grupos han salido a manifestar su apoyo ante los escándalos en los que se ha involucrado la alcaldesa. También, dicen algunos vecinos de la Cuauhtémoc, “son grupos de choque”.
“Sandra Cuevas nos quiere quitar para traer a su gente. Nosotros no la apoyamos, nos da igual, pero no nos agachamos para ella, y como no lo hacemos ahora nos quiere quitar”, dijo una comerciante de la colonia Roma durante una manifestación en avenida Cuauhtémoc. Protestaba, junto a otros tianguistas, para que no les quitaran un espacio de venta en el jardín Ramón López Velarde.
El tianguis ahora ya no existe.
–Aquí nos cobran 80 pesos por dejarnos trabajar. 80 pesos diarios – dice un comerciante sobre la Alameda, a un costado del metro Hidalgo.
–¿Quién les cobra?
–Pues el dinero se lo damos al líder de la organización, él es el que hace el trato con la Alcaldía para que nos den permiso
–¿Y no han tenido problemas, de que les pidan apoyos o algo a cambio?
–A mi no me ha tocado. Pero sí te piden tu identificación, no sé si eso sea para los votos, o para llevar un registro ¿verdad? Pero a mi sí me favorece, y si me favorece pues no tengo nada malo qué decir sobre el gobierno. Oiga, nomás un favor, no saque mi nombre ni mi cara, no quero tener problemas. Uno nunca sabe.
Por mes, de acuerdo al testimonio de este comerciante, la Alcaldía se estaría llevando por puesto en la Delegación 2 mil 400 pesos. Pero más allá del dinero recaudado, lo que e realidad parece estar configurándose es un bastión político de control. Algo que tal vez podría definir las próximas elecciones en la Ciudad.
Periodista independiente radicado en la ciudad de Querétaro. Creo en las historias que permiten abrir espacios de reflexión, discusión y construcción colectiva, con la convicción de que otros mundos son posibles si los construimos desde abajo.
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