Año con año la «Unión de Fotógrafos de 5 minutos» monta tremendos sets en los que posan los Reyes Magos para retratarse con centenas de familias. La tradición ha ido cambiando, y también sus acompañantes. Hoy, superhéroes y personajes de videojuegos y cómics acompañan a los astrólogos de oriente. Casi ninguno es rival contra una imagen rubia ojiazul de Jesús, María y José
Texto: Arturo Contreras Camero
Fotos: Duilio Rodríguez
CIUDAD DE MÉXICO.- Nunca en lo que lleva de carrera, Luis Alcántara, fotógrafo de cinco minutos, había visto tanta gente en la romería del Día de Reyes. Los dos años anteriores muy pocas familias llegaron al Monumento a la Revolución para retratarse con los Reyes Magos, por la pandemia de covid. Este año, además de los tradicionales sets fotográficos, el gobierno de la Ciudad de México y el de la alcaldía Cuauhtémoc sumaron una feria con juegos mecánicos, de destreza, puestos de comida y hasta carpa de artesanías.
Luis habla mientras toma fotos y acomoda a sus retratados en el set fotográfico, junto a Melchor, Gaspar, Baltazar y la abuela Coco, de Disney. “Siempre ha habido feria, para que haya más gente, pero este año…” Luis hace una pausa dramática para tomar la foto y devuelve la cara meneando la cabeza de lado a lado. La plancha del monumento a la Revolución, abarrotada con filas para la foto se ve pequeña junto al río de personas que se vierte frente a ella.
Familias ampliadas, parejas que echan novio y oficinistas ociosos abarrotan la romería, hecha por dos ferias que más parecen una sola feria navideña de casi un kilómetro de largo. La primera, la del gobierno de la ciudad, se extiende sobre avenida de la República y la otra, la de la alcaldía, va de Buenavista hasta la explanada de la alcaldía Cuauhtémoc, conectadas en un tramo intermedio por un corredor de puestos de comida sobre la calle Ponciano Arriaga.
El puesto de Luis Alcántara es de los que menos fila tienen, aún así no deja de tomar una foto cada cinco minutos. A unos metros de él, otra persona frente a una computadora imprime y enmarca los retratos. Si en 2013, cuando la remodelación de la Alameda central los desplazó de su ubicación original, alguien le hubiera dicho a Luis que habría tanta gente en la Plaza de la República, no lo hubiera creído.
“La atracción son los Reyes y Santa. La foto es con ellos, pero siempre hemos intentado introducir personajes de moda para los niños, porque son juguetes que les piden”, explica Luis Alcántara sobre por qué en vez de camello, caballo y elefante en su escenario hay un jaguar alado junto a los personajes de la película Coco. En los puestos de enfrente, los reyes cambiaron su transporte por un Go-Kart sobre el que se posa, casi angelical, Mario Bros, más allá hay pokemones, superhéroes y hasta personajes de Anime.
“Éste lleva desde que salió la película –dice Luis sobre el escenario–, ya cuatro años llevamos de uso. Es que salen caros de hacer”. El costo de las figuras de fibra de vidrio de los personajes de cada set arrancan en 30 mil pesos, pero dependiendo del tamaño, el costo aumenta; los elefantes siempre son muy caros. Para pagar a todas las personas involucradas en estos sets, Luis, su compañero impresor y quienes se disfrazan de los Reyes Magos en cada puesto inician la jornada de trabajo desde las tres de la tarde hasta pasadas las once de la noche.
Cada año las filas más largas se forman frente a los sets más “tradicionales”, en los que se ve a los personajes del nacimiento, al niño dios, a su madre virginal y a san José que siempre resplandecen cabelleras rubias, resaltadas con brillos de oro y ojos azules. Hasta los animales de la escena bíblica, los becerros y las vacas, están bañadas en oro. Este año el único puesto no tradicional con largas filas es uno que cambió a la sagrada familia por dragones y vikingos, traídos directo de la película Cómo entrenar a tu dragón. “Así pasa –dice Luis– son las modas, el año pasado fue el de Frozen”.
Después de más de media hora en fila, la matriarca de la familia Flores Aguilar se ve enfadada. ¿Por qué aguanta una fila larga en el frío por un escenario como este? “Porque es lo natural, es lo que debe ser, ¿no? Así normalmente es, los tres animalitos, el desierto, la familia”, dice un poco contrariada, como si no supiera encontrar las palabras que busca.
Desde más adelante en la fila, una voz interrumpe la conversación. “¡Eso es el santo misterio!”, dice convencido un señor de barba larga, lentes de media luna con un tono anaranjado, traje negro con textura de gracas. “Esa tradición, lo natural es el misterio, que incluye a José, María, al niño y a los reyes”. Minutos después, el señor se presenta como el doctor Galo Arturo Sandoval Rosales, especialista en paleontopsicología del saber. Él acompaña a Rossy Palma y a su hija Cilone, que vinieron de Oaxaca a conocer cómo se da esta tradición en esta ciudad.
La familia Flores Aguilar cuenta que año con año asiste a tomarse su foto. “A mí me traía mi mamá –dice la señora– Y ella tiene fotos de que la traía mi abuelo”. Según cuentan los que sacan las fotos, y como dicen los coloridos calendarios 2023 que enmarcan las fotos, la organización de este evento se da gracias a la Unión de Fotógrafos de 5 minutos e instantáneas de la República mexicana, misma que en su página de Facebook asegura que este 2023 suman 79 años de realizar esta tradición. Esta Unión es la responsable de montar 21 puestos a los pies del Monumento a la Revolución y otra veintena en la explanada de la alcaldía Cuauhtémoc, que este año como pocos, ha visto el regreso de las multitudes a una tradición que se mantiene fiel a los ritos católicos, aunque no recuerde sus orígenes.
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