Los mares, a donde va a dar buena parte de la basura de la humanidad se están llenando de cubrebocas. Según datos de la ONU, 75 por ciento del plástico generado por los equipos de protección contra el coronavirus están teniendo un gran impacto en el medio ambiente. ¿Qué podemos hacer?
Texto: Arturo Contreras Camero y Daniela Pastrana
Foto: Andrea Murcia / Cuartoscuro
La emergencia sanitaria mundial intensifica otra emergencia de iguales dimensiones: la ambiental. Un estudio de la organización de conservación marina Oceans Asia, con sede en Hong Kong, estimó que en 2020 llegaron al mar entre 4 mil 680 y 6 mil 240 de toneladas de plástico, solo de mascarillas, barbijos o cubrebocas desechables.
La contaminación por microplásticos, pedazos milimétricos o menores de plástico, es tan persistente que, según un estudio de Greenpeace, de 755 peces de consumo humano provenientes de costas mexicanas, 20 por ciento traía microplásticos, que más allá de regresarnos el plástico que tiramos en los pescados que comemos, tiene un impacto severo en la vida marina.
Y según datos de la Organización de las Naciones Unidas, México está emitiendo unas 32 toneladas de basura por covid-19 cada día. De hecho, se estima que cada paciente hospitalizado emite alrededor de dos kilos de desperdicios diariamente (en promedio, un habitante de la Ciudad de México produce 1.3 kilos de basura al día).
El miércoles pasado, en la conferencia de prensa diaria de covid-19, el representante en México de la Organización Panamericana de la Salud, Cristian Morales, destacó la importancia de que, cuando usemos cubrebocas – en lugares donde no se pueda mantener la distancia- éstos sean de tres capas y de tela:
«Cubrebocas que se pueda reutilizar para de esa manera ayudar al bolsillo de la gente, pero también ayudar al medio ambiente, porque esta pandemia, como otras que nos acechan, tiene que ver con la intervención que hace el hombre sobre el medio ambiente, una intervención que ha sido durante muchos años descontrolada y esta pandemia nos tiene que ayudar a entender que tenemos que ser todos más responsables».
Este 6 de enero, la Secretaría de Medio Ambiente de la Ciudad de México (Sedema), anunció que repartirá bolsas de plástico rojo en casas a los hogares capitalinos para que dispongan los residuos derivados de la pandemia y así facilitar el trabajo de separación y recolección de residuos peligrosos biológico infecciosos, también conocidos como RPBI.
A mediados de 2020, la misma secretaría emitió una serie de recomendaciones entre las que destaca profundizar el sistema de separación de residuos al interior de las casas de la ciudad. Además de separar los residuos reciclables, orgánicos e inorgánicos y sanitarios.
La separación de residuos sanitarios evita focos de infección y contagios de enfermedades, dice la Sedema entre sus recomendaciones. Según la dependencia, la basura que se puede integrar a los residuos sanitarios están los cubrebocas, los pañuelos desechables, chicles, cepillos de dientes, guantes y colillas de cigarro. También sugiere marcar la bolsa roja con una leyenda que diga “RESIDUOS SANITARIOS”.
Al respecto, el director general de Promoción de la Salud de la Secretaría de Salud Federal, Ricardo Cortés Alcalá, insistió en la necesidad de usar cubrebocas rehusables.
“También con los cubrebocas. Si nosotros estamos comprando desechables y tirándolos todos los días o hasta tres o cuatro veces al día, vamos a contribuir todavía más de lo que en realidad representa la carga que está representando los hospitales al atender pacientes y personas en estado de gravedad. Por eso, procurar usarlo de tela”.
En el caso de los hospitales, dijo, se puede determinar también en donde si se requiere usar equipo de protección personal.
“Por ejemplo, si en la zona de cribado, de tiraje respiratorio, se pueden utilizar batas quirúrgicas lavables de algodón que pueden servir para disminuir el uso de los equipos de protección personal desechables”. recomendó Cortés Alcalá.
Sobre la disposición de estos residuos al interior de los hospitales, el subsecretario de Promoción y Prevención de la Salud, Hugo López Gatell, explicó hace unos días que existen protocolos técnicos definidos para la identificación de los depósitos de este tipo desechos.
“Seguramente lo habrán visto a lo mejor en aeropuertos, a lo mejor en hospitales. Hay unas cajas de color rojo, necesariamente son de color rojo, de acrílico duro, que tienen una ventanilla por la que sólo puede entrar jeringuillas o material de vidrio, pero ya no puede salir. Esas cajas deben ser recolectadas y se contratan a compañías especializadas para ello y cada institución es responsable de contratarla, el operativo actual considera la disposición y estas cajas son incineradas a alta temperatura para destruir por completo, no solamente el material biológico potencialmente infeccioso, sino el propio material de vidrio, de plástico o de acero con el que están hechos estos materiales”, explicó.
En entrevista posterior a la conferencia, Cristian Morales explicó que en la medida en la que vamos invadiendo ecosistemas animales nos vamos encontrando con diferentes patógenos (virus, bacterias) con los cuales antes no interactuábamos-
En ese sentido, alertó el representante de la OPS, «debemos ser precavidos», pues «nuestra acción puede llevarnos a traer nuevas enfermedades que ya existen en el planeta pero que no están en interacción con nosotros».
Advirtió: «Si seguimos consumiendo de la manera en que consumimos evidentemente va a llegar un momento en el que no va a haber recursos para sostener la vida humana u otro tipo de vida en el planeta».
Pero cuidar el medio ambiente no sólo nos va a permitir tener una vida en el planeta mas sostenible, sino que un segundo elemento, «mas cercano y pensando en nuestro propio bienestar», tiene que ver con evitar esta proximidad con patógenos y los diferentes riesgos que podemos generar al destruir el medioambiente.
«La contaminación medioambiental es un problema de salud pública que causa muertes prematuras y sufrimiento, y en una enfermedad como ésta, un medioambiente deteriorado no va a contribuir positivamente, por el contrario va a acelerar o a poner mas condiciones para que se produzcan formas mas graves de la enfermedad», aseguró-
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