Y la protesta se esparció por la ciudad…

9 marzo, 2021

Ni la pandemia, ni los muros, ni las diferencias políticas las detuvieron. Este 8 de marzo, mujeres de todas las edades tomaron la capital del país. En el Zócalo, en las colonias populares o de clase media, sobre bicicletas o en autos, se reprodujeron expresiones contra un sistema que oprime y violenta a las mujeres

Texto: María Ruiz, Isabel Briseño, Belén Kemchs, Reyna Haydeé Ramírez, Daniela Rea y Daniela Pastrana

Fotos: Maria Ruiz, Isabel Briseño y Belén Kemchs

CIUDAD DE MÉXICO.- Nada detuvo la marea morada. Esta vez no se concentró en Paseo de la Reforma, como el año pasado. Pesaron la pandemia, que sigue activa, la expectativa de violencia, y las confrontaciones que han dejado entre feministas la postura del presidente o de expresiones excluyentes de otros movimientos, como el de las personas trans. 

En cambio, el virus de la emancipación femenina se extendió por la megalópolis y se coló en calles, parques y foros y tomó forma de canciones y pintas. Derrumbó muros. Lo mismo en el barrio bravo de Tepito, que en el hacinado y violento municipio conurbado de Ecatepec. Rodó en bicicletas por Xochimilco. Cambió los nombres de las calles de la colonia Roma. Se escuchó en la Del Valle y otras colonias con el perifoneo de las fierras fieras. Cantó Sin Miedo, con tambores. Tomó el Zócalo, con flores un día, con fuego al otro. 

Esta es una crónica a varias manos de algunos momentos.

1. La toma de las calles

Con los HT #TomaLasCallesNoteCalles y #LasCallesTambiénSonNuestras se multiplicaron en Twitter las imágenes de mujeres cambiando los nombres de las calles.

Por toda la ciudad, con pegantinas preparadas previamente o con cartulinas escritas a mano, los nombres de próceres fueron sustituidos por los de las mujeres favoritas de las bautistas chilangas.

Esta toma de las calles tomó por sorpresa hasta a las protagonistas de la rebelión: miles de mujeres de la ciudad de México.

Luna tiene 17 años y estudia el bachillerato. Junto con sus amigas, este 8 de marzo salió a recorrer las calles de las clasemedieras colonias Roma y Condesa para pintar y escribir, dejar señales de este momento. Lo que no esperaba era encontrarse a tantas mujeres haciendo lo mismo.

“Queríamos evitar mucha gente, sobre todo por lo de covid, y hacer algo más chiquito, entre nosotras: poner mensajes por todas las calles. Está bonito ir por las calles, porque así puedes dejar el mensaje por toda la ciudad, ¿sabes? El Centro, como sea, siempre va a estar pintado. Pero nosotras queríamos dejar el mensaje de que pasamos por aquí. Y de que aquí estamos”.

Así describió su día:

«Había mucha banda hoy, en todos lados. Nosotras fuimos a un parquecito que se llama Río de Janeiro, a una estatua (la réplica del David de Miguel Ángel) unas chicas se subieron y le pusieron un paliacate morado y otro verde. Abajo había unas niñitas girando el pañuelo de aborto legal, con sus mamás. Nosotros nos fuimos, básicamente por callecitas. La explanada del Parque México estaba llena de cosas que habían pegado, no pintas, sino dibujos, y había unas chicas cantando consignas. De ahí nos fuimos a la Glorieta de Insurgentes, pero había muchísima luz, mucha gente y bastantes policías. Entonces nos volvimos al parque, y vimos una caravana de coches con mujeres en una casa que como que la estaban arreglando y tenía estas paredes, como de las construcciones. Había un montón de chicas cantando la Canción sin miedo, de Vivir Quintana, con banderas y pañuelos”.

“ Empezamos a pintar la pared que está enorme y a cantar con las chicas que estaban en la caravana de autos. Había una mamá con su hija, tenía como 5 años. La niña nos estaba viendo y le dije: ‘¿quieres pintar?’. Entonces agarró el aerosol, y en una parte donde decía ‘Mujeres’ y ahí hizo un corazoncito”.

Azul, su compañera de clases y de aventuras, completó la narración:

“Topamos el apoyo de mucha banda. En un lugar que está por el metro donde había como un millón de hombres, todos así super machitos, se nos acercó una chica y nos dijo: ‘Sigan con el movimiento’. Otra chica nos dijo: ‘Vivan las mujeres’. Lo mejor fue en mi edificio, abajo hay un negocio que tiene un lugar donde podíamos pintar. Empezamos a pintar: somos malas y podemos ser peores, y una señora pasó y nos dijo: ‘el próximo 8M van a ser ellos los que tengan miedo’”.

La casa donde vieron la caravana de autos, era la de Andrés Roemer, exembajador de la Unesco que acumula denuncias por violación. Pero Luna y sus amigas lo supieron muchas horas más tarde, cuando la protección que había sido colocada el día anterior fue derrumbada. 

«No puedo creerlo: ¡pintamos la casa de un violador!», contó la joven emocionada. «Creo que lo que más me gustó fue ver el apoyo de tantas morras. Te hacen sentir más fuerte».

Foto: María Ruiz

2. Ecatepec: “Vamos a poner el cuerpo por todas”

Por segundo año, la marcha del 8 de marzo se extendió a la periferia. En Ecatepec, el municipio más poblado del Estado de México y con la mayor violencia contra las mujeres, fueron poco menos de un centenar las que caminaron desde el espacio cultural Casa Morelos hacia el Palacio Municipal.

«El año pasado fue más grande, pero por la pandemia muchas decidieron no marchar”, explicó una de las manifestantes encapuchadas que guiaba las consignas.

Bajo el sol y entre pancartas, pararon el tráfico en avenida Revolución, por donde pasa el Mexibús de la línea 2, ante los reclamos de automovilistas: “Que se esperen, como esperan las familias, como esperan las madres, las hijas de las 11 mujeres que asesinan al día. Que se esperen. ¡Por que vivas se las llevaron y vivas las queremos!”.

Foto: María Ruiz

Llegaron a un palacio municipal tapiado con vallas metálicas grises. Derribaron una las vallas que rodeaban las estatuas de tres hombres: José María Morelos, Hermenegildo Galeana, Mariano Matamoros. Les pintaron consignas: “violadores, feminicidas, ni una más, aborto legal”.

Rompieron los vidrios y pintaron los muros del palacio. Gritaron “¡fuimos todas!”. Cantaron Canción sin miedo. “El año pasado no hicimos pintas. Sus vallas fueron una provocación”, dijo otra joven.

“Siempre ha sido la concentración en la Ciudad de México, han hecho ese espacio ahí. Acá realmente es el segundo año. Ya lo estamos haciendo y esa es una ventaja que ya estamos abriendo acá también y que en algún momento así como nosotras acudimos allá, ellas también vengan para acá. Eso es lo que nos está haciendo falta. Ahorita somos un mínimo pero aquí estamos gritando y eso es lo que importa, que se empiece a oír en otros lados, no na’más en uno, que no se centralice. Ahí vamos caminando, poco a poco”, dijo Sacrisanta Mosso, madre de Karen y Erick, asesinados en 2016. 

Luego de la protesta, algunas se trasladaron a la Ciudad de México. Caminaron del Palacio Municipal al Mexibús, trasbordaron entre líneas, recorrieron de punta a punta la línea de Central de abastos a Indios Verdes. 

“Éste ni ganas dan de destruirlo porque con trabajos hacen algo acá”, bromeaban. 

“Muchas veces nos trasladamos nosotras y pues no vemos esa respuesta de ellas a acá pero no nos importa, vamos a acompañar sin enojos, ni rencores, ni nada. Vamos a poner el cuerpo por todas”, dijo una de ellas. 

En el Metro pusieron música y algunas terminaron sus pancartas. Foto: María Ruiz

En la capital, caminaron, por Juárez, con sus pancartas y se nombraron: “¡Yo soy!, ¿Quién? ¡La de Ecatepeeec, la de Coacalco, la de Neza, la de Toluca, la periférica!” En el Zócalo, se perdieron entre la multitud. 

3. Desde el sur, llegaron rodando

Mujeres del sur de la Ciudad se unieron a la protesta arriba de sus bicicletas. Llegaron de Xochimilco, Tláhuac, Milpa Alta e Iztapalapa. La protesta comenzó a las 10 de la mañana con la intervención de la Rotonda de los Personajes Ilustres de Xochimilco, ubicada en la avenida Guadalupe I. Ramírez.

Inaugurada en 2008, esta glorieta rinde homenaje a las personas ilustres originarias de la alcaldía. Pero de los cinco bustos dedicados a personalidades, sólo uno es de una mujer: Dolores Olmedo (1908 – 2002). Por eso, las asistentes destacaron la labor de “mujeres ilustres vivas, libres e iguales”, a quienes les dedicaron  grandes pendones de lona con sus fotografías.

La construcción de la Plaza Comercial Paseo Tláhuac y el impacto ambiental que esto tendrá en sus comunidades es una de sus más grandes preocupaciones; por lo que luego de una caminata alrededor del Barrio San Antonio, las mujeres organizaron un simposio sobre los peligros que corre el humedal. 

Foto: Belén Kemchs

Pasado el mediodía, las más jóvenes tomaron sus bicicletas para dar una rodada ciclista de poco más de 11 kilómetros desde la Rotonda hasta Foro Aztecas, en la Alcaldía Coyoacán. Ahí, 15 mujeres participantes se distribuyeron a lo ancho de la calle y gritaron consignas, frente a los reclamos de automovilistas y motociclistas. 

La “8M Jornada por la Mujer”, incluyó actividades y charlas libres sobre autodefensa de la mujer, un taller práctico para saber librarse de situaciones de peligro; poesía, canto, taller de barro, técnicas de acuarela y hula hoop.

«Presidente, rompa el pacto» fue una de las consignas en la marcha del 8M

4. La sordera en el Palacio

Argentina Casanova fue una de las asistentes a conmemorar el #8M2021, en la conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador. Esperaba tener la oportunidad de dirigirse al mandatario. Llevaba un discurso preparado. Le habían prometido que tendría oportunidad de hablar. Iba a hablar de la persecución y acoso contra las defensoras de derechos humanos y contra organizaciones feministas. Pero al final, sólo la invitaron a retratarse con él. Por eso ella decidió no salir en la foto.

“No las escuchó. En todo el país es muy grave la situación de la violencia contra las mujeres y creo que es importante que el presidente se siente a escuchar a las mujeres. Y sobre todas estas formas de violencia que se están ejerciendo en contra de las mujeres que acompañamos, como aquellas que tienen derecho a decidir sobre el aborto”, dijo la activista, quien coordina la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en México.

Foto: Presidencia

A la conferencia del presidente, realizada en el Palacio amurallado, acudieron una veintena de invitadas especiales: mujeres que ocupan un cargo en el gabinete, que se presume como el primer gabinete paritario en la historia, y funcionarias de alto nivel encargadas de diseñar las políticas de género.

Pero ninguna hizo eco a los reclamos de miles de mujeres que ocuparon las calles y las redes sociales. Por el contrario, las protestas en la calle unificaron un discurso en defensa de las acciones realizadas por el gobierno para eliminar la violencia contra las mujeres.

“Tenemos la convicción de que la transformación nacional que está en marcha es feminista», expresó, por ejemplo, Nadine Gasman la presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres, quien tiene una larga trayectoria en la defensa de los derechos de la mujer.

El mandatario, por su parte, insistió en que las vallas de acero colocadas alrededor de Palacio Nacional en vísperas de las marchas de mujeres por el #8M2021 eran para inhibir la violencia y proteger a las manifestantes.

“Hay muchas maneras de protestar en forma pacífica, incluso de alzar la voz y hasta de insultar, pero no tirar bombas, no usar martillos, no incendiar, porque eso es lo que quisieran los conservadores. Antes no había esas protestas, empezaron con nuestro gobierno, porque, valiéndose de un movimiento justo, noble, se aprovechan para lanzarse en contra del gobierno”; externó.

Después dejó a la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, quien destacó el participar en el primer gabinete paritario.

“México sigue teniendo una deuda histórica con las mujeres. El trabajo de todas es digno de celebrarse aun cuando no sea todavía suficiente. Tenemos una deuda con las mujeres, con todas las mujeres”, dijo la exministra, que impulsó la creación de la Unidad de Género y el premio de periodismo y género y justicia en la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Con aerosoles y fuego, algunas manifestantes hicieron frente a los ataques de gas lacrimógeno y bombas de humo.

5. «Se buscaaaan personaaaas aliadaaaas, guerreraaaas, luchonaaas…»

Este 8 de marzo comenzó en realidad el 7 de marzo. Las distintas expresiones de mujeres para nombrar, exigir, pelear, reivindicar los derechos y las posibilidades de vidas dignas. 

Comenzaron con la escritura de los nombres de mujeres asesinadas sobre las vallas que cubrían Palacio Nacional, bajo el lema “Víctimas de feminicidio”, y la proyección sobre las paredes del edificio histórico de las frases “México feminicida”, “Aborto legal ya”, Un violador no será gobernador”. 

Continuaron con la irrupción del espacio sonoro de la Ciudad de México (y muchas otras ciudades del país); la colectiva anónima Fieras Fierras convocó a María del Mar Terrón, cuya voz nos anuncia la compra de colchones, tambores, fierro viejo y en lugar de ese anuncio que ya es parte de la vida cotidiana de la ciudad, entonó consignas por la lucha de las mujeres:

“Persoonas aliaadas, guerreeras, luchoonas, entroonas, en contra del fierro viejo que abundaaaa” “ Se aboortan sisteemas patriarcaales opresoores, feminiciidas, impuunes para que no estén chingandooo”. “Seaamos mujeeres, seguuras, sin mieedo, sin peena, sin cuulpa, que luchan para romper el pactooo”

 La idea estalló con tal fuerza, que mujeres desde el domingo 7 comenzaron a descargar los audios por su cuenta y “perifonear” la ciudad a bordo de sus bicicletas. El 8M el Partido Verde de México, oportunista, plagió la idea de Fieras Fierras y realizó también perifoneo. Fieras Fierras publicó un comunicado en el que decía:

“El Partido Verde Ecologista de México y la agencia ‘creativa’ Agüita de Limón quisieron apropiarse de nuestro concepto para fines político-partidistas. Sabemos, porque sí lo sabemos, que ellos grabaron su audio el sábado.  Queremos dejar claro que, tanto el partido político como la agencia son ajenos a nosotras y a este movimiento. Quienes intentan apropiarse de una creación como esta desconocen la fuerza y la potencia que tienen las redes que hemos tejido. En nada se parece esto que nos une a sus discursos de política vacía. En nuestras reuniones y asambleas es donde florecen la rabia y la esperanza.  Este arrebato oportunista no tendrá el eco de nuestras voces”.

Fiera Fierras en el Zócalo.

6. La fragmentación de la marcha

Estaba previsto que la protesta iniciara alrededor de las 4 de la tarde pero el llamado se adelantó. eran casi las dos cuando la Plaza de la República comenzó a teñirse de color violeta, con paliacates que se vendían a 30 pesos. Pero en pocos minutos el morado de la plaza se pintó de negro, que era el color que portaba la mayoría de las mujeres que acudió al llamado. 

El elevador de cristal que da acceso a la parte alta del Monumento a la Revolución fue protegido por vallas de madera que echaron abajo algunas participantes. Luego comenzaron a caminar hacia la avenida Reforma.

“Nos van a encapsular”, advirtió una chica cuando apareció un grupo de elementos de la policía ciudadana, y cientos de mujeres comenzaron a correr sin que nadie las siguiera. 

Durante la marcha todo transcurrió normal. Los gritos resonaban en la avenida Juárez. “¡Mujer, escucha, esta es tu lucha!” y “¡Mi cuerpo es mío y yo decido!”.

Un contingente que salió desde el Monumento a la Revolución se reunió frente al Palacio de Bellas Artes con otros dos contingentes provenientes de la Estela de luz y de la glorieta del caballito. Tomadas de la mano cuestionaban: “¿Qué nos ven’”, a los espectadores que las observaban desde las ventanas de los negocios de la calle 5 de Mayo, por donde accedieron a la plancha del Zócalo.

La marcha del 8M fue una marcha extraña, que no se sintió como una sola marcha, sino que fue fragmentada: mientras había un contingente en el Zócalo intentaba derribar las vallas y sufría gaseadas por ello; otro intentaba ingresar a la plancha y fue encapsulado en el cruce de Hidalgo y Reforma; y uno tercero se congregaba en el Monumento a la Revolución para apenas salir. Todo esto como resultado de los bloqueos y encapsulamientos que realizaron las policías de la Ciudad de México, como si trataran de asfixiar el flujo y el caminar de las manifestantes. Aun así, hubo fiesta, cantos, tambores, reivindicación de los cuerpos negados y de las vidas violentadas. 

La Brigada Humanitaria de Paz Marabunta registró a lo largo de la jornada los distintos encuentros entre autoridades y manifestantes. Recogió distintos tipos de proyectiles que eran disparados por las policías de la Ciudad de México, con los que se intentaba alejar a las manifestantes pues expulsaban gas pimienta.

Vallas vueltas memorial, 7 de marzo.

Ayuden a tuitear que se interrumpa la violencia, estamos haciendo esta petición para que se interrumpa la violencia, pedir que dejen de arrojar estos artefactos que no solo detonan, sino que (…)” la transmisión se interrumpe porque un grupo de mujeres llegó a pedir ayuda para localizar a la joven Biridiana Salazar quien habría sido detenida por la policía.

“Seguimos esperando acciones para frenar la violencia, vemos que lanzan piedras (las autoridades) porque como están los bomberos ya no están lanzando sus artefactos incendiarios que fueron muy peligrosos. No entendemos  qué espera la jefatura de gobierno para acabar con la violencia”, decía en la grabación en vivo de Facebook de Marabunta.

Los voluntarios de Marabunta también resultaron heridos, una integrante de la Brigada resultó con una herida en la ceja provocada por arma blanca que, dijo, pertenecía a los policías; además la Brigada señaló que hubo al menos 50 mujeres manifestantes heridas por el gas pimienta, piedras y balas de goma que eran arrojadas directamente al cuerpo, como pechos y cara.

Pese a las evidencias grabadas, la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México negó arrojar gas lacrimógeno.

Y la marcha entró al Zócalo.

6. El Zócalo: entre el fuego y el canto

En la plancha del Zócalo fue una jornada larga. Al llegar a la plaza, los grupos corrieron directo al muro que rodeó a Palacio Nacional. Intentaron derribarlo con lo que podían. “El que no brinque es macho”, decían.

La culminación de la marcha fue después de las seis de la tarde con la dispersión de las y los asistentes.
Manifestantes siendo gaseadas.

Diversos grupos de mujeres entraban y salían de la zona más cercana a las vallas, pero el muro era muy grande. Durante varias horas las energías se enfocaron en hacer realidad la consigna: “no se va a caer, lo vamos a tirar”, pero las bombas de humo de colores y el gas que rociaron en repetidas ocasiones los elementos de seguridad -que no solamente eran mujeres- afectaron más de una vez la piel, ojos y nariz de quienes estaban cerca.

Desplazados la comunidad triqui de Tierra Blanca, Oaxaca, que permanecen en un campamento en el Zócalo desde hace mas de un mes, tuvieron que ser auxiliados por paramédicos varias veces.

Luego, la presencia de hombres que parecían armados desde el techo del Palacio Nacional causó asombro y temor. Luego se supo que las armas que parecían rifles eran más bien para derribar drones que se acercaran a la zona.

Pero en otros lugares del Zócalo, también había canto y tambores. Sonó de nuevo el Canto Sin Miedo.

Foto: María Ruiz

Luego de varias horas, cuatro vallas se vinieron abajo. “¡Sí se pudo!”, gritaron las jóvenes. 

Alrededor de las 6 de la tarde, las manifestantes encendieron una fogata cerca del asta bandera. Tomadas de las manos, las mujeres cantaron y gritaron protestas. Incendiaron dos maniquíes que fueron cargados por dos compañeras hasta el muro, donde ya había otra fogata con escudos antidisturbios y donde fueron depositados los cuerpos de plástico que se terminaron de quemar al caer la noche.

Era el fin de la manifestación anunciada por el acordonamiento del “muro de la paz” por parte de elementos de los derechos humanos.    

Reportera. Autora del libro “Nadie les pidió perdón”; y coautora del libro La Tropa. Por qué mata un soldado”. Dirigió el documental “No sucumbió la eternidad”. Escribe sobre el impacto social de la violencia y los cuidados. Quería ser marinera.

Nunca me ha gustado que las historias felices se acaben por eso las preservo con mi cámara, y las historias dolorosas las registro para buscarles una respuesta.

Foránea siempre, lo suyo es lo audiovisual y el periodismo es la vía por donde conoce y cuestiona al mundo.

Quería ser exploradora y conocer el mundo, pero conoció el periodismo y prefirió tratar de entender a las sociedades humanas. Dirigió seis años la Red de Periodistas de a Pie, y fundó Pie de Página, un medio digital que busca cambiar la narrativa del terror instalada en la prensa mexicana. Siempre tiene más dudas que respuestas.